Yo sólo quería seguir mi sueño de vivir en Francia y hacer mi vida fuera de mi ciudad natal. Y lo logré, logré salir de Colombia, logré estudiar fuera y fui demasiado feliz.
Pero en algún momento del camino las cosas comenzaron a salir espantosament...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando termino la llamada con Kylian me resulta imposible no mirar mi celular con extrañez. No estoy muy segura de lo que acaba de pasar pero, creo que Kylian acaba de llamarme y acabo de arreglar una reunión para poder ver a mi hija después de un mes de no hacerlo.
¡Voy a ver a Nathalie!
Sin tener un control total sobre mi cuerpo, la siguiente vez que soy consciente estoy saltando alrededor del sofá, sosteniendo mi celular aún en la mano, con la sonrisa más grande que he podido tener en los últimos meses. Nathalie me ha hecho demasiada falta y en resumidas cuentas creo que necesito demasiado a mi hija, estoy segura que ella es lo único que ha impedido que yo caiga en depresión por todo lo sucedido. Y tener la oportunidad de verla es como si me dijeran que tendré la oportunidad de respirar después de haber estado por mucho tiempo bajo el agua.
Lo único malo es que no podré traerla a casa conmigo y eso quiere decir que Charles no podrá verla porque me llamó hace un par de horas para decirme que hoy llegaría en horas de la madrugada a casa, que podría dormirme o que si no quería estar sola podría irme a la casa de alguno de mis amigos. Como si tuviera muchos. Para no hacer que las esperanzas de Charles se eleven es mejor si no se da cuenta que fui a ver a Nathalie.
—Debería comprarle algunos regalos a Nath antes de ir — murmuro cuando me he cansado de saltar alrededor del mueble. —Debería estar lista para irme — termino de decir y corro a mi habitación para escoger ropa y luego entrar a la ducha y darme un baño.
Estos días el frío está siendo demasiado así que lo mejor será cubrir la mayor parte de mi cuerpo, hoy quiero dejar mi cabello suelto, hace un par de días fui a retocarme las puntas así que están bastante relucientes y para ser honesta, me gusta demasiado el morado en mi cabello, creo que me da un poco de vitalidad incluso si no me siento tan viva.
Cuando estoy finalmente lista tomo mi auto y conduzco hasta el único centro comercial que conozco, tras estar por algún tiempo vagando de tienda en tienda siento que tengo todo lo que quiero, además el tiempo está justo para poder llegar a la casa de Kylian y poder abrazar a mi pequeña. Definitivamente me siento como una niña que espera navidad o que espera con ansias que el ratón de dientes le deje dinero bajo la almohada para así poder comprar algo de chocolate. Y pensándolo en términos un poco más adultos, siento como si me dijeran que alguien pagó todas mis deudas o que me he ganado la lotería, siento que podría tocar marte si me lo propongo.
—Muy bien Andrea, debes calmarte, ya eres una madre y no puedes llegar simplemente gritando como si tu fueras la niña — me riño cuando estoy frente a la casa de Kylian. El guarda me ha dejado pasar con la misma excusa, que Kylian me ha pedido que venga por la niña, solo que en este caso no es una mentira.
Toco el timbre un par de veces y aliso una arruga invisible que hay en mi pantalón mientras espero. Sólo espero con todas las ansias de mi corazón que Kylian no haya cambiado de parecer y que ahora vaya a decidir que no me dejará ver a mi hija. Kylian abre la puerta después de unos segundos y es ahí cuando los latidos de mi corazón se aceleran a niveles que no estoy segura de poder describir. Sabía que ver a mi hija me emociona, pero no esperé que mi corazón hiciera esa pequeña cosa por la presencia de su padre, aunque no puedo negar, entre más pasa el tiempo Kylian parece verse mucho mejor.
