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Ya era un nuevo día, Hal Jordan junto a Barry Allen se encontraban de camino hacia el orfanato en el que la noche anterior habían asistido como sus Alter ego.

— ¿Y por qué tengo que venir yo? —preguntó por enésima vez el velocista, claramente fastidiado. Hal suspiró.

— Porque, según tú, eres mi mejor amigo —explicó Hal con la mayor calma posible—. Además, ¿qué no dijiste tú qué los mejores amigos se ayudan para cualquier estupidez que haga el otro?

— Pues si, pero-... —Barry fue interrumpido por Hal.

— Hay está —dijo Hal, aunque Barry siguió hablando.

— Pero, ¿qué tienen que ver tus estupideces con el orfanato? —preguntó, claramente confundido— Y, ¿qué tengo que ver yo contigo?

— ¿Enserio te encanta escuchar como digo que somos mejores amigos, verdad? —preguntó en un suspiro Hal.

— Si —confesó Barry con una sonrisa burlona, pero a la vez feliz de que Hal por fin lo aceptará, pero algo triste por ello.

Hal solo suspiró y siguió conduciendo. Llegaron al orfanato.

— Buenos días —saludaron a la secretaria del lugar en cuanto cruzaron la puerta de entrada y salida. Hal con seriedad, muy pero muy poco común en él, y Barry con voz seductora, a su punto de vista.

— Buenos días —les respondió la joven mujer, de unos veintitantos años de edad, con voz un tanto coqueta. Era de piel clara pero bronceada con cabello castaño rubio y ojos azules.

— ¿La oficina de la directora? —preguntó Hal sin rodeos, pues no necesitaba escuchar los coqueteos de su amigo con la secretaria cuando podrían estar obteniendo la información que necesita.

— Derecho, puerta del fondo del último pasillo a la izquierda, puerta de madera de roble barnizada —indicó la mujer, dejando de coquetear con Barry— ¿Planean adoptar? —preguntó con curiosidad.

— ¡¿Qué?! —preguntó Barry alarmado al escuchar el "planean"— ¡No! ¡Claro que-...! —fue interrumpió por Hal, quien lo empezó a arrastrar a través de los pasillos del orfanato.

La secretaria soltó una pequeña risa al ver a tan "inusual pareja", pues había asumido que la seriedad de Hal era el resultado de sus celos por Barry al estar "coqueteando" con ella.

Hal caminó por el largo pasillo hasta llegar al pasillo que la secretaria indicó, arrastrando a Barry con él, para luego dirigirse a la puerta indicada y pararse justo frente a ella.

— Quédate aquí —le dijo Hal a Barry, quien miraba el muro por el que la noche anterior la misteriosa chica había desaparecido—. Pero no hagas ninguna idiotez.

— ¿Cómo podría? El único idiota aquí, eres tú —bromeó Barry, mirando a Hal a los ojos.

— Ja ja ja —rió con sarcasmo Hal para seguidamente mirar la puerta frente a él, suspirar en un intento de armarse de valor y golpearla con sus nudillos.

— Adelante —se escuchó desde el otro lado de la puerta. Hal entró a la oficina hecho un manojo de nervios combinado con furia al reconocer esa voz tan hipócrita que había escuchado la noche anterior.

— Buenas tardes, me llamo Hal Jordan —saludó y se presentó primeramente Hal, tratando de sonar lo más calmado posible.

— Buenas tardes, señor Jordan, soy Alice Jhonson, la directora de este orfanato, ¿qué se le ofrece?

— Me gustaría adoptar, a una chica que vi ayudando a otros huérfanos en la calle. Según lo que escuché, la chica es latina, de cabello castaño y ojos pardos. También escuché que es nueva —especificó.

— ¡Ah, si! Es Karol —Jhonson hizo como si la recordará—. Una adolescente nueva que llegó hace un par de meses. Según los informes —sacó de un cajón del escritorio una carpeta, que le entregó a Hal— su madre murió en un accidente —Hal empezó a ojear la carpeta—. Es algo problemática, pero con el amor y la atención de una verdadera y amorosa familia, estoy segura de que madurará. Es solo cuestión de tiempo.

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora