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Ya habían pasado un par de días desde la entrada de Lian a la vida de Karol y Roy.

Grandes cambios habían acontecido, ya fueran para bien o para mal.

Karol se encontraba en la casa de su padre junto a Barry, Wally y la pareja de este último, Dick Grayson.

Hal y Barry se encontraban, solo Barry, en la cocina preparando comida suficiente para los dos velocistas, Dick y Karol, quien había llegado repentinamente interrumpiendo el anuncio de la boda de Dick y Wally, diciendo algo sobre que estaba en un gran problema y necesitaba de su ayuda.

Y ahí se encontraba, sentada en el sillón individual de la sala contándole todo, exceptuando posibles traumas hacia el pelirrojo obviamente, lo que le había pasado en los últimos días.

— Déjame ver si entendí —empezó a decir Wally—, Roy-... Harper —se corrigió al ver la pequeña mueca de desagrado en Karol— tuvo una hija, ¡¿con una asesina?!

— ¡Wally! —Dick le dio un ligero golpecito, pues Wally, además de casi gritarlo, lo dijo sin censura alguna.

— ¿Qué? —preguntó confundido Wally, sin entender porque el regaño.

— Déjalo, Dick —intervinó Karol con voz cansada. Suspiró—. En fin, no se que hacer con esto, y Harper no es de gran ayuda —ambos héroes la miraron con una mueca de confusión. Karol volvió a suspirar—. Harper no puede ni cuidar de él mismo solo, ¿saben lo que haría, !si lo dejo solo con Lian?! —preguntó histérica.

— Ok, ok, ya entendimos, perdón —dijo Wally con rapidez.

— Mmm-... —murmuró Dick con concentración, tal y como si estuviera armando una estrategia mentalmente— Bien, que tal si-... —Dick fue interrumpido por el timbre de la puerta principal.

Los tres se miraron con extrañeza para seguidamente dirigirse a la puerta con lentitud y alerta, pues pasaban de las diez de la noche y no era muy normal que hubieran visitas bienvenidas a esas horas.

Karol iba al frente de los cinco, pues Hal y Barry se les habían unido, y con lentitud, haciendo la escena más dramática, extendió la mano hacia la perilla de la puerta y la abrió.

Una ráfaga de viento pasó por su lado, levantando los cabellos de más de uno.

— ¡Vaya! Es más grande de lo que me imaginaba —dijo con emoción una voz. Los cinco se fueron con rapidez hacia los sillones, dejando la puerta abierta, que era de donde provenía dicha voz—. ¡Cierto! No se preocupen, yo cierro la puerta —de nuevo, la ráfaga de viento pasó junto a ellos, solo escucharon el sonido de la puerta cerrarse y de nuevo la ráfaga de viento pasó a su lado.

Sentado en el sillón donde antes estaba Karol, se encontraba un preadolescente, de doce o trece años, de cabello castaño rojizo y ojos verdes, ojos, en forma, muy parecidos a los de Barry. Llevaba un traje muy parecido al que usaban Flash y Kid Flash, aunque esté blanco con un rayo rojo en el centro del cuerpo, guantes rojos, botas y lentes amarillos.

Karol activó los ojos del jaguar. Eran rojos con tres especies de aspas negras girando a su alrededor sobre una órbita.

— ¿Quién eres —empezó a preguntar Karol con voz fría mientras los hombres presentes se ponían en pose de pelea— y qué quieres?

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— ¿Quién eres —empezó a preguntar Karol con voz fría mientras los hombres presentes se ponían en pose de pelea— y qué quieres?

— ¡Vaya! Das más miedo en la vida aquí que allá —admitió sorprendido pero emocionado el chico. Emoción que decayó drásticamente en cuanto Karol entrecerró sus ojos rojos—. Entonces los rumores son ciertos —murmuró con algo de preocupación—. Si, bueno-... —se puso nervioso ante la atenta y penetrante mirada de Karol, por lo que empezó a reír con nerviosismo. Dick lo interrumpió.

— ¿Quién eres? —preguntó el pelinegro, logrando distraer al preadolescente de los atrayentes ojos de Karol.

— ¡Soy Bart Allen! —exclamó volviendo a su emoción, y su mirada topó con Barry. Señaló a este mismo— ¡Tu nieto!

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora