019

219 14 0
                                    

[...]
[Una década y cacho antes]

Una Karol de trece años se encontraba haciendo un "pequeño trabajo" de mesera en una fiesta de la clase alta en la que la fundación González junto a otras grandes y ejemplares empresas del continente firmaban contratos entre ellas para ayudar la economía y seguridad de las ciudades que la requerían.

Entre los invitados más nombrados, o llamativos y extravagantes, se encontraban Bruce Wayne y Oliver Queen, quien iba acompañado de su hijo adoptivo, Roy Harper.

El verdadero motivo por el cual Karol se encontraba infiltrada era por qué un traficante extranjero cualquiera había empezado a meter de sus sustancias al país, y eso los González y los Pérez no lo perdonarían.

Gracias a sus fuentes, se enteraron de que el traficante se encontraría en tal fiesta, por lo que armaron un plan.

Karol sería la encargada de armar un mini espectáculo, que consistía en robar uno de los autos más lujosos de los presentes, mientras Kimberly, quien tenía unos diez u once años en ese entonces, se encargaba de hacer salir al traficante para finalmente "pagar cuentas".

La primera fase del plan marchaba a la perfección, la música estaba bien, todos los invitados habían llegado y los contratos se habían firmado. Eso significaba que la segunda fase empezaría.

Karol se encaminó con charola en mano hacia la mesa en la que se encontraba Oliver junto a Roy, quien ya le había puesto un ojo encima a Karol desde hacia unas horas atrás, y fingiendo ir distraída chocó a propósito contra Oliver, aprovechando para quitarle el boleto del ballet parking.

Al chocar, la charola que llevaba Karol se resbaló, pero para su suerte, o quizás no, Oliver alcanzó a sostenerla antes de que las bebidas en ella se derramarán.

— Perdone me, señor Queen —se empezó a disculpar Karol, fingiendo vergüenza y arrepentimiento—. No fue mi intención chocar contra usted, perdone me, señor.

— No hay problema —le restó importancia Oliver con una sonrisa mientras le volvía a entregar la charola, aunque tomó uno de los martini que llevaba—. De todos modos no es la primera vez que me pasa.

— Discúlpeme, señor —rápidamente, Karol abandonó la mesa bajo la atenta mirada de Roy, pues había notado como Karol le quitaba el boleto del ballet parking a Oliver, y eso le causaba una mezcla de curiosidad y gracia, por lo que, con la excusa de ir al baño, la empezó a seguir.

Karol no era estúpida, ya que ya sabía que Roy la había empezado a seguir, por lo que se golpeó mentalmente por no ser más discreta. Pero aún así decidió seguir con el plan.

Al final de la noche, el plan se tuvo que modificar unas cuantas veces debido a la constante intervención de Roy en sus planes, pero el resultado establecido al principio se obtuvo.

[...]
[Un par de años más tarde]

Karol contaba ya con quince años y se encontraba en Star City junto a su abuelo, Mariano González, para infiltrarse en un evento de caridad a un orfanato en la ciudad, pues este mismo había estado informando sobre desapariciones de algunos de los pocos niños latinos que habían junto a otros orfanatos en el territorio anteriormente mexicano.

Grande fue su sorpresa al ver a Roy siendo uno de los invitados especiales al evento, y más al ver qué él junto a Oliver eran de los donadores más activos y generosos que los orfanatos tenían.

Karol sabía que Roy sería una especie de niño rico y mimado pero a la vez humilde y algo bondadoso, y eso le llamaba la atención.

Aunque debía admitir, que jamás esperó a que aquel idiota pelirrojo que la nalgueó por accidente fuera uno de los héroes de esa ciudad, y mucho menos que fuera él quien la ayudaría a encontrarse con su padre.

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora