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[...]
[Unas horas antes]

Karol se dirigía a la cocina por un café antes de salir a patrullar, cuando algo le llamó la atención en el edificio vecino.

A través de las ventanas abiertas se podía ver, a diferencia de otras noches, que el edificio estaba completamente oscuro, lo que le dio una mala señal.

— Pudiste haber tocado —le dijo a la inusual sombra en su cocina.

— No sabía si estabas —respondió tal sombra mientras salía a la luz. Era Jade Nguyen—. Pero veo que ya te ibas.

— También es un gusto volver a verte —dijo sarcástica pero amable Karol—, ¿qué necesitas?

— Un favor, y uno grande —respondió Jade mientras negaba la taza de café que Karol le ofrecía—. Seré breve, quiero que cuides a Lian por mí.

— ¿Lian? ¿Tienes un perro? —preguntó Karol confundida.

— Lian no es un perro, es mi hija —Karol se paralizó ante tales palabras—. Larga historia, y no tengo el tiempo suficiente.

— La Liga te persigue —más que preguntar, afirmó Karol—. ¿Por qué? —preguntó con frialdad.

— No te incumbe —respondió de igual manera Jade. Se formó un silencio incómodo.

— ¿Y Lian? —cambió de tema Karol. Jade, quien llevaba una mochila con ella, la abrió y de ella sacó a un pequeño bebé de no más de seis meses— Me estás generando muchos problemas con Harper —afirmó Karol al ver el parecido entre la bebé y Roy—. La pregunta es, ¿debo tenerlos?

— Si —respondió como si nada Jade, pues sabía que Karol, por más que quisiera, no le haría nada a Lian—. Pero eso ya depende de ti —agregó mientras le extendía la bebé. Karol suspiró aceptando la.

— Asumo que será por un largo tiempo —dijo Karol—. Aunque conociendo a Harper, no le gustará que te la vuelvas a llevar.

— Es mejor así —contestó Jade, fingiendo que no le importaba.

— Si no te medio conociera, diría que te vale tres pepinos lo que le pase a tu hija —admitió Karol mientras mecía levemente a Lian en sus brazos.

— Si me importa o no no es de tu incumbencia. Solo vine aquí a-... —Karol la interrumpió.

— A dejar el recado, por así decirlo —dijo con sarcasmo—. Pero es mejor a qué también la persiga la Liga —insinuó.

— Enton-... —Karol la volvió a interrumpir.

— ¡Abajo!

Una ráfaga de disparos cruzaron la cocina, entrando por la ventana y perforando la pared enfrente de está.

Jade y Karol, quien seguía con Lian en brazos, se agacharon justo antes de que el sonido de los disparos llegará a sus oídos y las balas pasarán donde antes se encontraban sus cabezas.

— Maldita sea —maldijó Jade por lo bajo.

— Vete, yo los distrae re —dictó Karol mientras tomaba una bandeja y en ella colocaba a Lian. Al colocarla bien, se acercó al final de la isla detrás la cual se refugiaban y con un movimiento giratorio la mando directo hacia la sala, lejos de la zona de disparos. Tomó una arma escondida de la división entre un gabinete y el refrigerador, que estaban frente a ellas—. Vete, yo la cuidaré —dijo en dirección a Jade, quien seguía ahí observando cada movimiento de Karol—. ¡Vete!

Sabiendo que su hija estaba en buenas manos, Jade salió del apartamento mientras Karol disparaba hacia el edificio vecino, que era de dónde provenían los disparos, dejándole la salida libre.

A los pocos segundos, los disparos cesaron.

— No se qué demonios hiciste, Jade, pero Thalia no te perdonará así de fácil —murmuró Karol con algo que, de ser otra situación, no hubiera identificado como preocupación.

Se levantó y se encaminó con paso rápido hacia la bandeja en la que estaba Lian, quien seguía dormida.

La miro por unos momentos mientras la volvía a sostener en sus brazos, recordando que Roy también tenía el sueño pesado.

Sonrió inconscientemente.

Miro alrededor suyo, su vista topó en la caja de tamaño mediano en la que había recibido mercancía respecto a sus vidas de héroes y, consciente de lo que iba a hacer, colocó a Lian dentro de tal.

Con la caja de su lado izquierdo, se sentó en la sala a esperar la llegada de Harper.

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora