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Green Lantern junto a Flash y Kid Flash llegaron en un santiamén a la casa del primero. Lo primero que vieron al entrar en tal fue el escenario digno de una película de acción.

Todo, absolutamente todo estaba tirado por el piso, muebles, adornos, cuadros, decoraciones, TODO. Un completo desastre. Tanto así que incluso las paredes estaban algo... Chamuscadas.

[...]

Ya habían pasado un par de semanas desde la desaparición de Karol. Hal estaba cada vez más desesperado y sus esperanzas de volver a verla ya casi eran una simple niebla que estaba a punto de desaparecer.

El estado, tanto físico como mental, de Hal estaba al borde de un precipicio.

Físicamente, quedaba muy poco rastro del que alguna vez fue el intrépido piloto Hal Jordan. Para empezar, unas grandes y marcadas ojeras se ubicaban bajo sus ojos pardos, que habían perdido su usual brillo de malicia, burla e inmadurez. No se había afeitado en todo ese tiempo, pues su prioridad era encontrar a Karol, por lo que una barba desalineada crecía en su barbilla. En cuanto a su cuerpo en general, no había mejor descripción que "un completo desastre"; su cuerpo ya no era tan atractivo como hacia unas semanas, su cabello estaba apunto de pasar de castaño a negro, gracias a la suciedad y grasa capilar acumulada, y ni hablar de sus ropas, que no había cambiado en los últimos... Ahí fue cuando Hal fue consciente de que ya había perdido la cuenta de los días que llevaba con la misma ropa.

Soltó un suspiro de resignación.

Con esfuerzo se levantó del sillón más grande de su casa, que también estaba hecha un desastre, y se encaminó a su habitación.

Al pasar frente a la habitación de Karol, se quedó observando la puerta cerrada, pues hacía ya mucho que no entraba a esta. Después de pensarlo por unos segundos, Hal abrió la puerta y entró a la habitación.

Todo estaba en orden, demasiado para sus sentimientos, pues recordaba que casi los siete días de la semana tenía que estar pasando frente a esta, para asegurarse de que Karol si hubiera ordenado su habitación, tal y como Hal le había dicho que hiciera.

Con el corazón en la mano, salió de la habitación y reanudó su camino hacia la suya.

Al llegar a tal, se dirigió inmediatamente al baño, pues en su última visita, Barry junto a Wally lo habían amenazado sobre ya no ayudar en la búsqueda de Karol si es que no volvía a ser, o tan siquiera verse, como una "persona normal".

Luego de una larga, y aunque no lo quisiera admitir, necesaria y satisfactoria ducha, Hal salió y se puso ropa limpia para luego salir de su casa rumbo a el Salón de la Justicia.

Al entrar de nuevo en la habitación de Karol, se la imaginó acostada en su cama, con sus audífonos viendo "sus monitos chinos", como Hal los había llamado.

Al percatarse de su presencia, Karol le hubiera dicho que de se le hacía tarde para "su junta de trabajo", y lo correría del lugar, asegurándose de que si se fuera rumbo al trabajo y no a alguna perdida de tiempo, como Karol solía llamarle a sus citas, para luego volver a su habitación y seguir viendo "sus monitos chinos", en espera a que Hal volviera de su "trabajo".

Con la renovada motivación generada por el recuerdo de cada una de las acciones de Karol para cuidar de él, desde despertarlo para que no se le hiciera tarde para llegar al trabajo hasta ir por él al hospital cuando sufría algún contratiempo y regañarlo en el camino de regreso, se dirigió al Salón de la Justicia, a la reunión que tenían los miembros de la Liga, y de paso a descubrir algo que le ayudará a descubrir el paradero de Karol.

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora