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— ¡Jordan! A mi oficina, ahora —dijo la directora de la preparatoria en la que Karol estudiaba. Tenía voz de "señora mamona", a vista de Karol.

Era una mujer de baja estatura, no pasaba de los treinta, regordeta y con una amor incondicional hacia los gatos y el rosa.

Se escuchó un: "ih", alargando la "i", por todo el salón en general. Era bien sabido que Karol Jordan, el profesor McLaggen y la directora Carrow no se llevaban para nada bien.

Con algo de flojera, Karol recogió sus cosas y se encaminó hacia la "sala de torturas número dos", pues en el puesto número uno se encontraba el gimnasio y su "dueño".

Al llegar tocó la puerta con pesadez mientras miraba por la ventana del pasillo continúo. «Quiero ser una nube» pensó con flojera.

— Pase —se escuchó desde el otro lado de la puerta, por lo que Karol abrió y entró. Grande fue su sorpresa al encontrar a su padre dentro. «Me lleva la-...» pensó con gran fastidio—. Llévale esto al profesor McLaggen —le ordenó la directora Carrow mientras le entregaba una carpeta. Esperó a qué Karol saliera de la oficina—. Bien, señor Jordan, hubo un problema con su hija.

— ¿Qué hizo mi hija? —preguntó Hal.

— Su hija se peleó a golpes, con su mejor amigo —explicó Carrow.

— ¿Con mi mejor amigo? —preguntó Hal a modo de chiste. La directora no entendió.

— No, su hija tiene un mejor amigo, aquí, en la escuela —le explicó Carrow a Hal, como si se tratara de uno de sus alumnos con retraso mental.

— Ah —Hal se hizo el que comprendió, era buen actor a decir verdad. «Okey, gracias. Yo pensé que algún camarada andaba revalidando en este infierno» pensó Hal con sarcasmo.

Se hizo un silencio algo incómodo.

— ¿Y-... Quién ganó? —preguntó Hal.

Carrow, quién tenía una tablet en sus manos, dió vuelta a esta mostrando el vídeo de una cámara de seguridad.

En el, se podía ver perfectamente a Karol trabajando con normalidad, cuando de repente llega un chico de su misma edad y le puso un puñetazo en la nariz, cosa que hizo que la sangre de Hal ardiera, sacándole sangre.

Karol se levantó, limpió la sangre que salía de su nariz con el dorso de su mano y seguidamente le regresó el golpe al chico, lo tumbó en el suelo, y le siguió pegando en repetidas ocasiones, sangrando encima de él.

Hal permaneció en silencio, viendo el vídeo hasta momentos después de que este terminará.

«¡Esa es mi pinche guerrera! ¡Eres un vikingo, cabrona!» pensó con orgullo Hal, en especial al ver el parecido de el chico al que le había pegado con uno de sus archienemigos de la infancia «Salió a su papá»

— Señor Jordan, por parte de los padres de el joven Skeeter, le pido que hable con su hija. Así, nos evitamos otro inconveniente.

«Así que es hijo de Skeeter, eh» pensó Hal con un gran resentimiento interno.

— ¡Pero si ese idiota fue el que empezó! —exclamó Hal indignado. No iba a dejar que le echarán la culpa a su hija.

— Lo siento, señor Jordan, pero hablamos con testigos del incidente, como la señorita Parkinson, y nos dijeron que su hija había empezado el problema al llamar "primermundista", en español, al señor Skeeter.

— Y con razón —murmuró Hal.

— ¿Perdón? —Carrow se hizo la despistada. Hal suspiró, disimulando.

— Hablaré con Karol —dijo mientras se levantaba del asiento y extendía su mano hacia Carrow, con intensiones de estrechar la.

— Eso espero —respondió Carrow, haciendo como que no veía la mano de Hal—. Que tenga buen día, señor Jordan.

— Igualmente —murmuró Hal con una sonrisa forzada mientras se daba la vuelta y abría la puerta de la oficina—. Karol tiene razón, es una vieja "lerda" —dijo en cuanto estuvo lo suficientemente lejos para no ser escuchado.

— ¡Mira como me dejaste el ojo, latina!

La Hija De Hal || Roy HarperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora