No había pasado ni una hora y Barry ya se planteaba la idea de ir a espiar a su amigo en la oficina. Para él, un velocista, el tiempo empezó a ir más lento de lo normal, tal y como si fuera en su contra. Las ansias de saber porque su mejor amigo había insistido tanto en ir al orfanato a hablar con su directora, por alguna razón desconocida para él, con tanta urgencia lo invadían casi en sus cinco sentidos, necesitaba saberlo y ese simple hecho le estaba carcomiendo la mente, y con ello el razonamiento.
Con el paso de los segundos, tortuosamente lentos para él, la idea de vibrar sus moléculas y atravesar la puerta de la oficina empezaba a sonar menos y menos descabellada, aunque fue interrumpida por cierta chica.
— ¿Necesita algo? —preguntó la chica que el día anterior había perseguido hasta "perderle" el rastro. Era morena, ojos pardos, cabello un poco largo de color castaño, algo alta y con un gran, pero muy gran parecido a su amigo Hal Jordan—... ¿Señor? —preguntó con duda la chica, pues Barry la miraba fijamente sin emitir sonido alguno, tal y como si se hubiera congelado, por lo que la chica se empezó a incomodar a gran escala.
— ¿Qué? ¡Ah, sí! No. No es nada —dijo Barry de manera rápida y nerviosa—. Solo-... —buscó una excusa creíble— Solo, estoy ¡esperando a mi amigo! ¡Sí! ¡Eso! Solo espero a mi amigo, él está —señaló la puerta detrás de él— hablando con la directora. Eso es todo.
— Ah-... —finguió comprender la chica— Está-... Bien. No creo que tarde mucho su amigo —dijo en un intento de ser amable para después darle una sonrisa medio nerviosa, que más bien pareció una mueca, darse la vuelta e irse a paso apresurado.
En cuanto la chica dio la vuelta al final del pasillo Barry soltó un suspiro de alivio. Al par de segundos escuchó como la puerta de la oficina era abierta, miró en la dirección a la oficina y vio como una mujer regordeta con traje de oficina, de más de cincuenta años, salía de la habitación junto a su amigo. Una vez Hal hubiera salido, la mujer se quedó en el marco de la puerta y le extendió la mano derecha, para estrechar la, y la izquierda para entregarle una carpeta.
— Bien —su voz era suave y amigable, a diferencia de la que habían oído la noche anterior—, fue un placer conocerlo, señor Jordan.
— Digo lo mismo, señora Jhonson —escuchó Barry mentir a su mejor amigo mientras con una mano estrechaba la mano de la mujer y con la otra tomaba la carpeta.
— Le advierto que Karol puede llegar a ser muy terca, y difícil de tratar, pero eso es solo una etapa —se soltaron las manos—. Karol ahora esta en la adolescencia, y no es una etapa para nada fácil, en especial para los padres. Pero cualquier duda, puede venir a pedir ayuda, o algún consejo —dijo la mujer con una sonrisa, falsa—. Nuestras puertas siempre estarán abiertas para los padres primerizos e inexpertos.
— Muchas gracias —le "agradeció" Hal a la mujer mientras le entregaba la carpeta a Barry—. Entonces, nosotros nos retiramos. Nos vemos mañana, señora Jhonson.
— Nos vemos mañana, señor Jordan —despidió la mujer. Cuando ambos hombres dieron la vuelta al final del pasillo—. Por fin se llevan a esa rata tercermundista —escupió con un notorio asco impregnado en cada palabra— ¡Grace! —llamó en un casi grito a su secretaria.
— ¿Si, señora? —preguntó con algo de miedo la mujer en cuanto llegó.
— Dile a Karol que empaque sus cosas —ordenó la mujer regordeta con voz fría y autoritaria—, mañana a primera hora se irá. ¡Ahora!
— Si, señora —y sin más la secretaria corrió lejos de su jefa, hacia la "habitación" de la latina mayor en el orfanato.
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La Hija De Hal || Roy Harper
FanfictionCréditos de la foto de fondo de la portada a sus respectivos creadores. _Todos los personajes de este fanfic pertenecen a DC Comics, a excepción de los que yo inventé_ Nota: Si ven una falta de ortografía corríjanme por favor, soy nueva en esto. Sin...