Capítulo Dieciocho.

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Con sus brazos envolviéndola, su cabeza descansaba contra su pecho y el ritmo constante de su corazón la ayudo a calmarse. Luego de todo lo que había sucedido en su oficina, había quedado nerviosa y con las emociones revolucionadas, le hubiera gustado que él la hubiera acompañado de vuelta a casa pero, en parte orgullo y en parte molestia, se negó aceptar su oferta.

De camino al edificio Josh intento que hablara pero cuando recibió respuestas escuetas desistió, la acompaño y reviso que no hubiera nada fuera de lugar, para cuando se fue un frio la envolvió haciéndola sentir incomoda de estar en su propia casa y de hacer cualquier cosa. No comió, ni durmió o ducho, simplemente se sentó en el sofá y dejo que las horas pasaran, por lo que estuvo agradecida cuando llamo y estuvo dispuesto a venir. No quería estar sola y su compañía era justo lo que necesitaba.

—¿Le contaste a tus amigas?

—No. Se van a preocupar y no sé si es alguien peligroso. —un escalofrió recorrió su cuerpo.

—Ni vas a descubrirlo. ¿Por qué no tomas una ducha? Mientras nos preparó algo de cenar. —no se había dado cuenta de que había pasado el tiempo, ya eran las ocho de la noche. —Anda, ve.

Estaba en modo automático, se levantó y fue a la ducha, cuando entro en el agua el frio de esta la envolvió, trayéndola un poco a la realidad. Cerró los ojos y dejo que el agua fuera cambiando de temperatura mientras estuvo ahí, no sentía que estaba en su cuerpo. Ella aun quería creer que todo era un sueño y no había algún pervertido detrás de ella.

¡La vio mientras se daba placer! De alguna manera se sentía violada, sentía que su burbuja había sido profanada. Cerrando la ducha, se envolvió en una toalla y entro a su habitación. Una sensación incomoda la invadió al saber que alguien le había tomado fotos sin su permiso, tomando su ropa rápidamente la llevo hasta el pasillo donde se vistió.

De regreso en la sala, Robert había preparado unos sándwiches para la cenar y los había puesto en la mesa de café, había encendido la radio y una suave canción llenaba la habitación. Sabía que estaba intentado hacerla olvidar la situación.

—No sabía que te gustaba, así que fui por lo seguro: jamón y queso. ¿Vienes? —se sentó junto a él en el suelo y lo miro. — ¿Qué?

—Quiero olvidar. —su voz fue tan baja que no estaba segura de que hubiera dio en voz alta.

—¿Cómo?

—Quiero olvidar lo que está pasando, quiero sentirme segura en mi casa.

—Sky...

—Y sé que no es mi culpa y probablemente no lo debería comparar, pero me siento violada, sucia.

—Ey... —tiro de ella hasta que estuvo sentada a horcajadas sobre sus piernas. — es normal que sientas así. El bastardo violo tu privacidad, tu espacio. —tomo su rostro entre sus manos, acariciando sus pálidas mejillas —Quiero poder llevarme esa tristeza en tu mirada, muñeca.

—Hazlo, por favor. —Besando su rostro y sus labios insistió —Robert hazme olvidar, ayúdame a sentirme segura.

—Skylar, no quiero aprovecharme de ti. Estas angustiada, ha sido un día difícil...

—Se cómo me siento y estoy en mis cabales, por favor Robert hazme olvidar esto, en tus brazos me siento segura. Protegida. —Fijando su mirada en el gris de sus ojos y tirando de él para unir sus labios, susurró —Por favor.

Mientras lo besaba tiro de su camisa fuera del camino y de su propio camisón de dormir, quedando ambos desnudos de la cintura para arriba. Viendo aun su indecisión le tomo las manos y las puso sobre sus senos.

La amenaza más dulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora