Capítulo Uno.

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La música del local era pegajosa, pero cuando tienes tres horas escuchando lo mismo te produce dolor de cabeza pero esta parecía ser solo la opinión de Skylar, quien tomando un trago de su cubalibre observo a sus amigas en la barra intentando captar la atención del barman mostrando sus pechos, que indudablemente salían a resaltar con el marcado escote de cada una.

Es hora de ir a casa, tomando una profunda respiración se encamina a los baños para reajustar su ropa. El simple vestido negro con cuello en v hacía que el tono claro de su piel reluciera llamando la atención de su escote y sumándole a esto, los tacones conocidos como "follame" no podía negar que se veía muy bien. Sus amigas indudablemente se esforzaron esta noche.

Siendo dueña de una pastelería en pleno surgimiento prácticamente no le quedaba tiempo para casi nada, de hecho Tasty Sky abría sus puertas todos los días a primera hora de la mañana, sin embargo para tener productos frescos debía comenzar a hornear cerca de las cuatro de la mañana, lo cual reducía su tiempo libre al mínimo. Es por eso que está aquí hoy viernes a las dos de la mañana en uno de los Nightclub más populares del momento y no en su casa descansando como debería, pero sobre todo está aquí por sus amigas porque para ellas necesitaba tener interacción con el mundo nuevamente y citando a Nicole: "Como tus amigas, no podemos quedarnos sentadas y ver como tu vida social, amorosa y sobre todo sexual se va directamente al infierno por estar dejando tu piel en esos deliciosos pasteles."

Una vez dichas esas palabras la llevaron a su habitación la desvistieron y vistieron como si de una Barbie se tratara.

— ¡Sky! Creímos que te fuiste sin despedirte. — Elizabeth exclamo cuando regresó a la mesa. Su morena amiga, ya con su rostro colorado por el alcohol marca su disgusto con un puchero que enseguida se convirtieron en risitas tontas.

—No me iría sin despedirme, aunque sea, de una de ustedes.

— ¡Genial! Además las chicas conocieron a unos bombones. Que Diosh. —en definitiva la manera en que arrastraba las palabras dejaba claro que alguien se había pasado de copas.

— ¿No crees que estas algo... achispada? — intentando ocultar su diversión toma un sorbo de su bebida. —De todas maneras ya me voy a ir, tengo que comenzar a hornear temprano.

—No, no te puedes ir. Las chicas me dejaron sola.

—Por eso esperare a que regresen, pero tú no debes tomar más Elizabeth. ¿Cómo lograron conseguir los tragos? La barra está a reventar. —miro con el seño fruncido hacia la barra.

—Ah sí, las bebidas. Los lindos chi... no, no. Hombres. Los hombres que conocimos nos hicieron el favor. ¡Ey! ¿A dónde llevas eso?

Sin decir nada tomo los tragos y los dejo en una de las mesas de su alrededor, era inaceptable que aceptaran alcohol de desconocidos.

—Es hora de irnos Eli, te llevo a casa. —tirando de su brazo intenta ponerla de pie sin tener éxito. —Elizabeth, por favor.

—Pero no quiero. —Cuando por fin logra mantenerla de pie tiene que poner todo su esfuerzo para llevarla tambaleándose hasta la pista. —Llevo tacones Sky y se me sube el vestido.

En realidad era muy divertido la manera en que Elizabeth murmuraba arrastrando las palabras, aunque no era el mejor momento para burlarse de ella iba a tomar nota de esto. Encaminada a la salida les escribe un texto a sus amigas, avisando que se iban a casa, ya estaba casada solo quería llegar a casa y dormir por lo menos un par de horas, cuando vislumbra el cartel luminoso que anuncia la salida, no perdió el tiempo e incremento la velocidad.

—Cui... —Estrellándose contra una pared ambas caen al suelo. —dado.

Mientras Eli se mantiene en el suelo riendo a carcajadas Sky se pone de pie enfrentarse a quien sea que la tirara al suelo.

La amenaza más dulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora