Los días siguientes pasaron en un borrón, rápidamente habían caído en una rutina entre ellos: Luego de levantarse él salía a trotar con AK por el vecindario mientras ella preparaba el desayuno y se alistaba, después de desayunar la llevaba a la pastelería e iba a la oficina por un par de horas, a la hora del almuerzo llegaba y comían juntos, en las tardes él se sentaba en una de las mesas con un café o un postre mientras trabajaba y en las noches iban a un gimnasio donde practicaban las técnicas de defensa personal y luego iban a casa.
Las veces que Skylar tenía que hacer algo o se reunía con sus amigas se aseguró que fueran en zonas seguras y donde pudiera acceder a ella rápido, sin que ella lo supiera siempre tenía un escolta, había hablado con Josh y estuvo de acuerdo con brindarle protección organizando que unos oficiales la siguieran sin ser vistos a pesar de su desacuerdo de no decirle nada sobre lo que estaba pasando.
El día de la barbacoa había llegado y él estaba en su jardín preparando todo mientras Skylar estaba jugando con su perro, le había demostrado que era ruda cuando estuvieron practicando en el gimnasio y le había dado unos buenos golpes que después se había preocupado por sanarlo y recompensarlo de la mejor manera. A pesar de eso, él sabía que un hombre podía ser capaz de cualquier cosa.
Se estaba acostumbrando a tenerla a su alrededor cuando estaba en casa y se dio cuenta que había estado solo bastante tiempo, no era como si le hiciera falta compañía pero ahora con ella no se imaginaba volviendo a la rutina anterior.
—Es el timbre. Yo voy, ¡vamos chico! —la vio alejarse, estaba feliz que ella se adaptara tan fácilmente a su vida y su casa. Además que su perro parecía que lo había cambiado por ella, aunque no lo culpaba, cualquiera podía caer enamorado de ella.
—Llegó por quien lloraban, perras. —Derek atravesó las puertas de cristal con un sixpack de cerveza en cada mano.
—¿No puedes ser más vulgar? Hay una dama. —la voz de Viktor llegó a sus espaldas. —¿Qué tal?
—Si me invitan es porque saben cómo soy.
—Sí, sin vergüenza. —Nathan entró con los envases de la comida —Discúlpalo Sky, se cayó de la cuna y algo se atrofió en su cerebro.
—No me molesta, una amiga puede maldecir como el peor de los marineros.
—Ya escucharon, a la señorita no le molesta mis coloridas palabras.
—¿Josh? Creí que venían todos juntos. —preguntó al ver que su amigo no estaba.
—Oh, le pedí que pasara buscando a mis amigas. Eli no se monta en motos pero no tiene auto.
—De acuerdo. —Sabía que Josh se había vuelto cercano a Skylar desde el día que la llevó a casa, pero no sabía que intercambiaban mensajes.
— Mmhm me parece que te sale humo de tus orejas, Robert. —le hablo Derek.
—Calla.
—Tienes jodidos celos de Josh. —Se rió a carcajadas. —Tu linda mujer es amiga de Josh y tú detestas cada segundo de eso.
—No lo detesto. No me molesta que sean amigos.
—Sí claro. Amigo, —acentuó la palabra con una palmada en su espalda. —ya no tienes vuelta atrás.
—No seas ridículo. Mejor ve si resultas útil en otro lado, ¿quieres?
—Bien, me voy.
—Largo. —Mira a Viktor, señalando un lugar apartado—Vik necesito un favor.
—Claro. —se acercó a la parrilla entregando una de las cervezas que tenía.
—Esta semana necesito que me acompañes a casa de Sky.
—Por el tema del acosador, imagino. ¿No quiere ir sola?
—Ella no sabe que voy a ir.
—¿Irrumpir en propiedad privada? —no respondió. — ¿Te das cuenta que soy un oficial de la ley?
—Por eso te pido que me acompañes.
—Deberías decirle lo que está pasando. No puedes tomar esa clase de decisiones sin ella.
—No la viste el día que lo descubrió, no sabes cómo estaba. Mientras dependa de mí no voy a ver ese miedo en sus ojos nuevamente.
—¿Cómo piensas hacer eso?
—Le cambié las llaves de su llavero esta mañana. Tengo planeado ir cuando la deje este miércoles en la pastelería
—Sigo diciendo que es mala idea, pero ella es tu pareja, no mía.
—Lo haré igual con o sin tu ayuda. —señalo lo obvio.
—Prefiero que me tengas como testigo en caso que se presente cualquier cosa.
—Gracias. —El sonido de las brasas chisporroteando llenó el aire junto a las voces y risas del fondo. —¿Qué sucedió con la hija de tu amigo?
—No he sabido nada más, al momento que me aprueben las vacaciones en la comisaría me iré.
—Sé que no es agradable para ti ir hasta Rusia.
—No son buenos recuerdos. —se encoge de hombros. No es como si tuviera una mejor opción.
—Sabes que te cubrimos la espalda.
—Sé que sí, pero este es un tema que debo resolver solo. La Bratva quiere algo y no se andan con juegos.
—Esta chica…
—Es la hija de un amigo. Me necesita e iré a ayudarla. —dijo tajante.
—Espero que pienses con la cabeza fría.
—Lo hago.
El sonido del timbre los alertó de que Josh y las amigas de Skylar llegaron.
—Ey, —Nathan se acercó. —Tengo información sobre nuestro hombre. Esperemos que Josh se acerque. Ya puse al tanto a Derek para que entretuviera a las chicas, pero tienen que saber esto.
Tan pronto como Josh atravesó la puerta se dirigió hacia ellos:
—Derek dijo que tenías algo. —Viendo detrás de él, noto que ninguna de las chicas había salido. —Se quedaron en la cocina conversando. Tu chica tiene unas amigas bastante peculiares. —lo miro divertido. — Unas más que otras.
—Lo sé.
—Bien escuchen: Adam O’Connor, tiene veinticinco años y acaba de llegar de Alaska. No tiene familiares vivos y no tiene antecedentes, ha sido un adulto modelo en los últimos seis años.
—¿Antes de eso?
—Estuvo en prisión una temporada por posesión y agredir a un oficial, pero fue borrado de su expediente por ayudar a detener a una banda de narcotraficantes más grande.
—Parece que tuvo una adolescencia bastante activa. —se escuchó decir.
—Así es. ¿Qué hacemos?
—Lo enfrentare. Si es él quien está acosando a Skylar no sabe qué le espera.
—Cuenta conmigo. —secunda Josh. Llegaron a un acuerdo de cómo iba a actuar, para esta hora mañana sabrían si Adam O’Connor tiene o no algo que ver con las amenazas a su muñeca.
En el jardín la carne se estaba asando cuando las risas rompieron la tranquilidad de la noche, por la puerta aparecieron Sky y sus amigas. Estaba Elizabeth, quien había cambiado el color de su cabello, el que antes era de un color púrpura ahora era de un rosa pálido; Sam con una sonrisa y las manos llenas de platos, seguida de quien asumió era Dylan. Estaba vestida con colores oscuros y estaba acariciando a AK, quien apreciaba la atención extra que recibía. Las cuatro eran un cuadro muy interesante de admirar.
—Se supone que tu perro debería ser… no sé, algo más agresivo ¿no? —habló Viktor que miraba la misma escena con ojos curiosos y una sonrisa divertida.
—Se supone. —Sus amigos se estaban alejando, cuando decidió tener unas palabras aparte con Josh quien se quedó mientras los demás se sentaban.
—¿Si?
—No te lo tomes a mal…—empezó. —Pero esta cosa tuya con Skylar simplemente…
—¿Celoso, Robert? —Lo interrumpió.
—¡¿Qué?! —Sí, era cierto, pero nunca lo admitiría.
—Derek me envió un mensaje diciendo que cuando escuchaste que hablaba con Sky, de repente estabas de un tono verde. —riendo. —Que no te favorecía mucho.
El imbécil disfrutaba de torturarlo. Decidió que su mejor respuesta era no dar ninguna.
—Escucha, en un principio te advertí muy en serio sobre Sky. Me gustaba. —Corrigió. —Me gusta. Y si te veía desaprovechar la oportunidad que tenías con ella me iba a entrometer, pero te respeto y sé que ella tiene sentimientos fuertes por ti. —En un tono más bajo, agrega. —No la cagues. Porque vas a perder a una buena mujer.
Su declaración lo dejó sin palabras, sabía que había más que un interés amistoso de su parte pero escucharlo salir de su boca era otra cosa. Aprovechando su silencio, agregó:
—No te preocupes, sé cuando alguien es feliz y ella lo es contigo. En mi, Sky tiene una amistad sincera. No te preocupes porque pueda hacer un movimiento, no lo haré. —guiñandole un ojo se alejó.
Camino con la bandeja restante de carne que Josh había dejado atrás hasta el grupo que se había sentado y miró a todas las mujeres a su alrededor. Ciertamente era un grupo interesante cuando las reunían todas.
La noche se llenó de bromas, juegos y anécdotas divertidas, sus amigos parecían haber congeniado y se estaban llevando todo bien, sin tomar en cuenta a Dylan y Josh que lanzaban comentarios mordaces el uno al otro. Estaban pasando un buen rato y tanto Skylar como él había dejado atrás por un momento la situación.
—Buscaré el postre. —poniéndose de pie Sky desapareció por la puerta.
—¡Esa es la mirada que describo en mis libros cuando el protagonista ve partir a su enamorada! —escucho la voz de Elizabeth, se había inclinado a su lado.
—¿Cuál es esa mirada?
—La mirada de un hombre enamorado.
—¿Amor? No… —las palabras se atoraron en su garganta.
—Ahí viene, —señaló. — pero tu tranquilo, siempre son los protagonistas los últimos en notarlo.
Antes de que pudiera agregar algo, se enderezó en su asiento y Sky se sentó a su lado.
—¿Todo bien? — Sus ojos estaban enfocados en alguna parte del jardín y su rostro un poco más pálido de lo normal.
—¿ Mmhm? —giró su rostro hacia él y sonrió. —Sí, solo que había olvidado algo.
—¿Qué cosa? —enredo en su dedo un mechón que había escapado de su cola de caballo.
—No hice la masa para los brioches de esta semana. —acercó sus labios a su mejilla. —No te preocupes, lo resolveré mañana. Disfrutemos de esta noche.
Prestando atención a la conversación se rió de lo que había dicho Dylan.
Si alguno de los personajes de Elizabeth se sentía así cuando miraba a su compañera podía entender porque se refería al amor..
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Hola! Estuve teniendo problemas con la computadora pero lo resolví y aquí estamos.
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La amenaza más dulce.
RomanceEntre Robert Cambell y Skylar Maters, al instante de conocerse comienzan a saltar chispas entre ellos, aunque no siempre sean las chispas que todos esperan desde el inicio. Esta es una historia llena de romance, risas, drama y un poco de suspenso, q...