4. ESTOY MUY BORACHA

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— ¡Mamá! ¡Voy a salir con Elena y Josh! — digo gritando para que me escuche, ya que yo estoy a punto de salir y ella está arriba.

— ¡Vale! ¡Que lo pases bien y no hagas tonterías, sé responsable! — me contesta mi madre.

En la fiesta...

— Hola Elena, os he estado buscando... — digo.

— Pues nosotros no nos hemos movido de aquí — dice Josh.

— Lo que pasa es que hay mucha gente... — replico.

— ¿Vamos por algo de beber? — propone Elena.

— Vale — aceptamos.

Nos movemos entre la gente hasta la mesa donde hay bebidas.

Luego de beber unos vasos de Whisky empezamos a bailar enmedio de la gente que movía el esqueleto. 

Estuvimos horas bailando y cantando desafinadamente canciones que nos sabíamos de memoria, Elena y Josh, ya iban un poco contentos y venian con más vasos de bebida. 

No sé porque, pero bebí otro vaso, y otro, y otro, hasta que perdí la cuenta. Entre que yo me emboracho fácilmente, porque no suelo beber, y entre que bebí de más, estaba completamente boracha. 

— Estás muy borracha — me dice Kilian acercándose a mi.

— No me digas genio, lo has deducido tu solito — le digo apoyándome en la pared para no caerme.

— Tus padres no pueden verte así — me dice él, señalándome. 

— Por primera vez en mi vida, te voy a dar la razón — digo.

Él se acerca a mi y me sujeta por la cintura, me lleva entre la gente y no sé dónde me lleva. A lo lejos veo a mis mejores amigos y noto que nos acercamos a ellos.

— ¡Anne! Nos tenías preocupados, has bebido demasiado, ¿que vas a hacer ahora? — dice Elena.

— No sé — digo.

— Yo te llevaría a mi casa pero es que ahora ha venido mi prima a pasar unos días y duerme conmigo porque no tenemos más camas... — dice Elena.

— Podrías venir a mi casa, está cerca de la tuya — dice Kilian dudando un poco.

¿Kilian ofreciéndome quedarme en su casa? Este chico también ha bebido mucho para haber pensado eso.

Supongo que es mi única opción.

— ¿En tu casa? Bueno, vale, pero no os mateis — dice Elena.

— Haremos una pequeña tregua, no te preocupes — le digo sujetándome a Kilian.

— Bueno, está bien, me quedo más tranquila. Y tú — dice señalando a Kilian — como le hagas algo te quedas sin descendencia.

— No le voy a hacer nada — dice él.

— Más te vale — le dice mi mejor amiga.

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Narra Kilian: 

Llevo a Anne en mi coche, el silencio reina entre nosotros.

— ¿Tienes ya planeada tu venganza? — le pregunto divertido.

Ella que hasta ahora estaba perdida en sus pensamientos mirando por la ventanilla del coche, se gira hacia mí y me mira con cara de confusión.

— ¿Que venganza? — pregunta.

— Uy, si que te has pasado de tragos, que no te acuerdas ni de tu pasatiempo preferido... — digo riendo.

— Bueno, no es que no me acordara, es que mi cerebro hasta arriba de alcohol intenta procesar lo que me dices — dice Anne, poniéndo una mano en su cabeza. 

— Como tú digas...

Ninguno dice nada más hasta que ella decide volver a hablar.

— Oye, porque... ¿Porque te has ofrecido a ayudarme?

La verdad es que yo me pregunto lo mismo.

— Pues... Porque si — contesto.

— Porque si no es una razón — replica ella.

— Pues para mí si — le digo.

— Te has vuelto muy caritativo, no? Porque siempre has sido un completo idiota — me dice ella, asesinándome con la mirada. 

— Gracias por los insultos, pero te los podrías ahorrar, te recuerdo que te estoy ayudando — le digo, aparcando el coche en frente de mi casa.

Abro la puerta para bajar mientras escucho como ella protesta. 

— Si, vamos me salvas la vida — dice ella con sarcásmo, saliendo del coche.

Anne, tropieza con el escalón de la acera, pero antes de que caiga al suelo la cojo de la cintura y la acerco a mi evitando que se caiga.

— ¿Que decías? Yo diría que te he salvado, ¿no? — digo, a lo que ella rueda los ojos.

Saco las llaves de mi casa y abro la puerta. Dejo las llaves en la mesa de la entrada, veo como Anne cierra la puerta detrás de mí y me sigue hasta las escaleras.

Tarda en subir las escaleras, ya que se le hace una misión un tanto complicada con tanto alcohol encima. Yo la ayudo y nos dirigimos a mi habitación, veo como ella se queda afuera y duda en si tiene que entrar o no.

— Puedes entrar, no te voy a tirar por el balcón — digo.

— Es que estoy en la puerta del cuarto del diablo, lo que sería lo mismo que el infierno — dice ella.

Tiene tanto alcohol en sus venas y su cerebro aún se las ingenia para decir comentarios graciosos, esta chica es increíble.

— Exagerada, ni que tuviera cuernos y ojos rojos — digo.

— Casi, casi — dice ella, ahora si, atreviéndose a entrar en la habitación.

— Bueno, yo voy a cambiarme. ¿Tu te vas a cambiar? Te puedo dejar algo — le digo.

— Voy a ir a mi habitación a por algo de ropa — me dice ella.

— No, iré yo, a ver si te vas a caer por el balcón. Tu espérame aquí — digo saliendo al balcón.

Ella me obedece y espera sentada en la cama. Yo me cuelo por el balcón de su habitación y cojo algo de ropa, vuelvo a mi habitación y se la doy.

Los dos nos cambiamos, ella en el cuarto de baño y yo en mi habitación. Pocos minutos después ella sale del baño. 

Al final acabamos durmiendo uno a cada lado de la cama. 



TE ODIO, PERO TE QUIERO (Del Odio Al Amor Hay Solo Un Paso) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora