— Tú no estarás haciendo trampas, ¿no? — le digo a mi primo Sergi.
Estamos jugando a cartas, que por cierto, me está ganando.
— Yo? Nunca — me dice mi primo inocentemente, tierando una carta al centro de la mesa.
— Hagamos como que te creo... — le digo, mirándo mis cartas — ¡Es que no puede ser que haya ganado 3 partidas y que ahora me ganes tú, es que no puede ser!
Tiro una carta de mi baraja y recojo el número que me corresponde.
— Has ganado 2 y a la otra hemos empatado — me dice el listillo.
— Bueno, es lo mismo... — le digo con mala cara.
— No es lo mis... — intenta replicar él.
— Shhh, cállate que tengo que concentrarme — le digo, fingiendo concentración en mis cartas.
Al final me ganó él.
— ¡Hermanita! ¿Vienes a jugar? — le pregunta Sergi a su hermana, abrazándola por los hombros.
— Que no me llames hermanita, te recuerdo que soy mayor que tú — le dice ella, señalándolo con el dedo y dándole una colleja.
— Ay! — se queja Sergi, tocándose la nuca — Sabes que voy a seguir llamándote hermanita digas lo que digas, ¿no?
— Si que lo sé, pero aún tengo esperanzas de que crezcas un poquito y dejes de hacer el tonto — le dice Aina.
— Si tu padre es igual, Aina, yo ya he perdido las esperanzas de que deje de hacer tonterías, así que él también está perdido... — le digo a mi prima.
— Que graciosas, me parto... — nos dice Sergi, mirándonos mal — Juegas, ¿o no?
— No — niega Aina.
— ¿Porque? — le pregunta su hermano.
— Porque no — insiste ella.
— Eso no es una respuesta... — replica Sergi.
— ¡Pues porque no me da la gana! — exclama Aina.
— Eso tampoco es una respuesta — insiste Sergi.
— Porque me voy de compras con Anne y Elena, ¿a que si prima? — me inquiere Aina, robándome con su mirada que diga que si.
— Si, hemos quedado con ella a las seis y media — le digo a Sergi.
— ¿A que puedo venir con vosotras? — ruega mi primo.
— No, es una tarde de chicas — señalo.
— Que aburridas sois, pues me voy con el abuelo y los tíos — nos dice y se marcha por la puerta del patio enfurruñado.
— Que pesado es el pobre... — se queja Aina — Gracias por salvarme, si no llegas a decir que si, me hace jugar a cartas hasta las 9.
— Jajaja, de nada, ya sabemos cómo es... — comento.
— Pues me voy de compras con vosotras — dice mi prima — Me voy a pedir dinero a mi madre.
Ay, mi prima. Mi prima es un caso perdido y está un poco loca, pero la queremos igual.
Un día cuando éramos pequeñas de repente por la calle se puso a gritar:
— Coco, coco! Cuculu, cuculu!
Luego me hizo gritarlo a mi. Yo al principio me negué, pero logró convencerme. Me dio un poco de vergüenza ajena pero bueno, fue divertido, jajaja.
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— ¡Elena! — exclamo al verla
— Anne — dice ella al verme, antes de acercarse hacia nosotras para darme un abrazo.
— Hola Elena — saluda mi prima.
— Hola Aina, hacía tiempo que no te veía... — dice ella.
— Si... ¿Dónde vamos de compras? — dice ella saltando de alegría, tiene un año menos que nosotras y le encanta ir de compras.
— Pues iremos por las tiendas del centro — digo.
— Creo que han abierto un Stradivarius — nos informa Elena.
— Podríamos ir también a Mango o a Springfield... — sugiere mi prima.
— Vale — aceptamos Elena y yo.
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— No hemos comprado mucho, pero... Me sirve — dice mi prima satisfecha.
— Es que el dinero no crece en los árboles, amiga mía — bromeo.
— Pues ya podría crecer allí, así sería todo mucho más fácil — sigue bromeando mi prima.
— Ya, pero si el dinero creciera en los árboles no tendría ningún valor — dice Elena.
— Estoy de acuerdo, toda la gente podría conseguir dinero fácilmente, así que nadie tendría que trabajar para ganar dinero — digo.
— Estáis muy inspiradas hoy... — dice mi prima.
— Nos hemos puesto a reflexionar — dice Elena y las tres reímos.
— Yo debería irme ya... — dice Aina, mirándo su móvil.
— Nosotras también, ya es tarde y mañana hay clase... — digo.
— No vuelvas a pronunciar esas últimas palabras en tu vida — refunfuña Elena.
Nos despedimos y nos vamos a nuestras casas.
Siempre igual, está muy aburrido el pobre. Y mira que tiene amigos para molestar, pero no, siempre me molesta a mi.
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TE ODIO, PERO TE QUIERO (Del Odio Al Amor Hay Solo Un Paso) #1
RomanceAnne Williams es una chica rubia de ojos azules, sarcástica y un poco (bastante) vengativa, con una familia muy peculiar y divertida. Y Kilian Walter un chico de pelo castaño y ojos color miel, es su odioso y molesto vecino, al que conoce desde que...