¿Quién dijo que los iguales se repelen?

capítulo 9: Donde los Sueños se acaban

Lunes 13 de Abril de 2020
18:25 horas
El Edificio más lujoso de Maine
Saracen Fang

Lola tenía razón: las películas que protagonizo tienen un guión terrible. La última idea de un hombre superpoderoso después de perderlo todo, peleas de disparos a un metro, un leñador que rompe madera a patadas que vive solo en un bosque maldito...

El ascensor tardaba mucho, y habían dos razones para eso. Una era que 92 pisos no era ninguna tontería, y segundo porque se subía bastante gente; lógico. El ascensor por ese motivo era enorme. Lo que no era tan normal era la vestimenta de todos ellos: trajes negros, corbata blanca, lentes oscuros y aurícular en el oído. No se subían todos de una, iban intercalados, y cada vez que me veían saludaban con una inclinación de cabeza y un "buenas tardes".

La segunda cosa que me hizo sospechar es que todos iban al mismo piso que yo. Entraban, se colocaban al fondo, y no marcaban piso. Iban al mismo sitio que yo.

Lola tenía gustos muy caros. Era normal, a veces, que contratará gente para fingir un tiroteo en algún rincón pobre del país y luego usarlo como material de película. Pero de eso a contratar agentes de Matrix para su casa había un trecho.

La comparación no fue solo por la vestimenta: todos eran iguales.

Al llegar al último piso, fui el primero en bajarme. Lentamente caminé hacia la residencia de mi buena amiga y maestra. Más lento si cabe saqué la llave de respuesto que ella me había dado.

El silbido del aire me dijo que estaba en peligro.

La bala atravesó la madera de su puerta sin problemas. Rápidamente, y esquivando las balas del Agente Smith de la forma más divertida posible, llegué hacía él y de una patada lo mandé a volar.

El resto tardó en reaccionar. O eso creí la primera vez.

Tres de ellos bloqueaban el paso mientras los demás entraban usando la llave al hogar de mi maestra, solo por cortesía.

Antes de reaccionar, la bala me hizo caer al suelo hacia atrás.

Y por primera vez en la vida, reí a carcajadas de lo ridículas que son mis películas.

Lunes 13 de Abril de 2020
18:22
La residencia más lujosa d Maine
Lola Bierce

A duras penas esquivé el disparo, cuya bala rompió el cristal. Le lancé la copa de vino y corrí por la madera hacía mi pistola. Sorpresa sorpresa, era la misma pistola que usaba el asesino.

Él, o mejor dicho: ella, era una guionista de cine que me había ayudado en mi última gran película: "Spectrum", estrenada en Enero y siendo un éxito en Taquilla y Crítica, tanto del público como profesional. Su nombre nunca me lo aprendí, pero creo que era Gina Cross.

No importa

La única razón por la que sigo viva es porque todo lo que ella tiene de talentosa en cine lo tenía de defectuosa en armas. Sostenía el Revólver con una mano, apuntaba torpemente y disparaba sin mucho control, hasta que las balas acabaron.

Salí de mi escondite y corrí directo hacía ella. Un golpe en la mandíbula, otro en el estómago y uno en los senos fue suficiente para dejarla adolorida en el suelo. No estoy segura de porque, pero estaba vestida exactamente como yo, con el lujoso vestido y todo. Obviamente era de imitación. Lo que realmente me sorprendió no fue su vestimenta, sino sus ojos. Esos malditos ojos completamente amarillos que tantos problemas me dieron en el pasado.

Viví mucho tiempo con miedo a su regreso. Viví preocupada por terror a que me castigara otra vez. Por suerte, en todo este tiempo aprendí cosas.

Rápidamente cogí mi zorro, el zorro que había dado su vida para salvar la mía tiempo atrás. ¿Quién dijo que era mala idea tener un zorro de mascota? Convertido en accesorio ahora era mi mayor arma, y mi mayor aliado.