capítulo 18: Cantos de Sirena

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Domingo 18 de Abril de 2020
5:22 horas
Mar del norte
Penny Astrid Reiner

Voz melodiosa. El cantar de medianoche. Una dulce melodía. Que hermoso cantar. Como un artista con un lienzo. Producto de la inspiración. Un arte que pocos entienden. La satisfacción de la culminación de un trabajo. Pues, mientras mayor sea el riesgo, mayor gratificación hay en lograrlo. El fin de las cadenas que nos tienen retenidos en el espacio, para dar paso a la libertad añorada por el poeta con la tinta. Por el escrito y su pluma. Por el arquitecto y sus planos.

El frío del mar salado. Mi vida. También mi muerte. Pero, ¿No estamos muertos ya? Un marino sin un navío está muerto. Un poeta sin versos está muerto. Un blanco sin esclavos está muerto. Muerte muerte muerte. ¡Maldita palabra de seis letras!

Que dolor verla tanto. Que mierda escucharla demasiado. ¡Maldita sea! Pobre muerte, está muerta. Mismo destino que el amor, arruinado por los poetas. Por esa innecesaria romantización a tan triste realidad.

Desperté acostada en una cueva malamente iluminada. La fría agua corría por mi espalda. Frente a mi había un camino que, aparentemente, llevaba a mar abierto. Y lo seguí. Pero conforme más avanzaba, la profundidad del espacio también. Y yo, que decir más de mi baja estatura, no sabía nadar... Más o menos.

Finalmente, el agua llegó a mi cuello. Pero había algo bueno: vi el fin de la cueva al final. Y con ello, un hermoso amanecer en el horizonte.

Dios, no sabía nadar. Tenía miedo de salir de la pequeña extensión. Digo, no podía ver el fondo del pequeño abismo del aparente estrecho. Era malditamente oscuro. Tenía "gravedad" propia, o al menos la suficiente para "arrastrarme" allí.

Y eso lo noté cuando di un mal paso. Lentamente la corriente de agua me llevaba hasta el fondo. Intentaba recordar que demonios había pasado para terminar así. Yo, una expedición con Sandy, una isla misteriosa, un p*** monstruo marino...

¿Por qué una cueva?

Logré aferrarme a una roca cuando la necesidad de aire se hacía notoria. Y por impulso, cometí el error de abrir los ojos en el mar...

Pero el agua no estaba salada. Era dulce, como un río. Gracias a que podía ver, finalmente logré volver al punto de partida. En la salida de la cueva podía ver el amanecer, podía esperar el siguiente atardecer. O simplemente podía esperar a que la enredadera que me agarraba de la pierna finalmente me arrastrara al fondo.






































Sábado 4 de Julio de 2020
23:12 horas
Hogar hogar
Nadie

Brock: Max, ¿Eso no es demasiado?

En unas pocas horas, cual paranoica de la conspiración, hizo en su pared un muro de la teoría de conspiración. Tenía fotos de todos los Brawlers, y como estos estaban conectados a través de los "sucesos extraños" de los 6 meses que llevaba en ese pueblo. Desde la extraña relación que hubo entre Mortis y Tara, el particular pasado de Piper que se hizo referencia alguna vez, las múltiples menciones (y ocasiones) que de algún modo involucraban a Darryl, a Carl, a Jacky y a 8-bit con "el fin del mundo", y finalmente un vago, muy vago recuerdo de algo que sucedió que confirma toda su teoría conspirativa relacionada a Matrix por Sión o jerarquía en monasterios por la mención de Priorato, referente a Prior.

Max:

Max:

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¿Quién dijo que los iguales se repelen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora