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Pov Ava.

─¿Ves que no te iba a sentar bien comer tan tarde? ─ me regaña Alexander mientras que mi cara está en la taza del inodoro.

─Alexander….., cállate ─ le regañó, hace cómo quince minutos desperté con enormes ganas de vomitar y a penas llegué a mi baño, mientras Alexander estaba detrás mío y ahora él sujeta cariñosamente mi cabello mientras me regaña por no hacerle caso.

Es lindo y al mismo tiempo quiero matarlo

─¿Ya te sientes mejor? ─ me pregunta.

─Si, ya vomite hasta lo que no me comí ─ contestó sentándo me en el piso y desde donde estoy escuchó cómo mi celular empieza a sonar ─ es de la oficina ─ me levanto enseguida debe ser para informarme del problema de España, pero cuando me levanto e intento dar un paso él piso se mueve a mi alrededor y gracias a que Alexander me sujeta no caigo contra él piso.

─Mi Lucero, Ava, Ava, ¿estas bien? ─ me pregunta Alexander preocupado y apenas lo escucho bien porque solo puedo sentir un pitido en mis oídos.

─Ya no me muevas ─ le pido me está sacudiendo mucho.

─Ava te traje a la cama, no te estoy moviendo ─ dice y abro un poco los ojos, porque los había cerrado al sentirme muy desorientada ─ llamaré a mi doctor ─ dice y rápidamente lo tomó del brazo.

─No, no lo llames no es para tanto ─ le digo, apenas lo estoy viendo bien, creo que me está mirando feo.

─¿Que no es para tanto?, estuviste vomitando cómo por veinte minutos y ahora apenas puedes estar en pie ─

─Justo por que vomite, los más seguro es que esté deshidratada y solo debo tomar líquidos ─ no se si mis palabras lo están convenciendo, no visualizo su bella cara, en todo caso mis palabras tienen peso y él lo sabe, suspira.

Gane

Mi celular empieza a sonar y manoseo hasta encontrarlo.

─Te traere algo de tomar ─ me dice Alexander levantándose de la cama. Entonces contestó la llamada mientras tanteo de nuevo buscando mis lentes y cómo me temia la situación nones buena se tendrá que resolver en persona.

─Llamare al señor Litman y lo pondré al tanto de la nueva información, hay que reprochar toda la agenda de los siguientes cuatros días máximo ─ le digo Alexander regresa a la habitación con un vaso de agua y otro de jugo y frunso él ceño esperando que no sea para mi, porque ese es él jugo verde que él toma.

Esa cosa sabe horrible 

Lo probé una vez, hace mucho por simple curiosidad de saber que sabor tenía, además de que me habían dicho que era muy bueno, tome un trago y casi vomito.

─Vas a tener que ir españa ─ le digo mientras me pasa él vaso con agua.

─Esperaba no tener que hacerlo, los abogados no me dan buenas noticias aun ─ dice.

─Lo se, pero si no se resuelve ahora él problema con esa empresa él daño será irreparable ─ le digo, pero eso es algo que él ya sabe y le regreso él vaso vacío. 

─Quien sabe, quizás sea mejor que Addison haga su aparición mientras estamos lejos, así solo hablara con los abogados y no tendré que verla ─ dijo y para mi mala suerte me tiende él horrible jugo verde, hago una mueca.

─Nooooo….─ me quejo y niego mientras hago pucheros también.

─Si, si tomate lo ─ me dice y niego ─Ava bebe lo te hará bien ─ me dice.

─Se que lo hará, pero sabe horrible ─ me quejo.

─No sabe horrible ─ niega él.

─Lo tomas desde siempre, para ti eso es cómo agua ─ le recuerdo.

─Es mucho mejor que él agua, bebe ─ insiste ─ por favor, por mi, mi bello lucero ─ acaricia mi mejilla junto y profundizando su suave voz de poeta.

─Tramposo ─ me quejo tomando él baso, él sonrie triunfal ─ pero te advierto que apenas le dará unos pocos sobornos ─ le advierto. 

─Con que sean dos, largos, me conformo ─ dice y respiro profundo antes de dar él primero, pero para mi completa sorpresa, no me siento nauseas al tomarlo, incluso, sabe bien.

─¿Cambiaste él jugo que tomas? ─ le preguntó con sorpresa.

─No, es él de siempre ─ contesta y yo tomo de nuevo y cuando me vengo a dar cuenta ya me lo he terminado todo ─ vaya, ¿y enserió no te gusta? ─ me pregunta Alexander.

─No, no me gusta ─ digo segura y me levanto de la cama, está vez no me siento tan mareada, si, solo necesitaba líquidos.

─¿A dónde vas? ─ me pregunta persiguiendo a la cocina donde me sirvo más jugo y lo tomo, de verdad debe de tener algo diferente, porque me sabe bien.

─¿En serio no lo cambiaste o te lo cambiaron? ─ le preguntó.

─Me hubiera dado cuenta si lo hubieran hecho, pero su sabor siempre a sido él mismo ─ me dice mientras me sirvo un tercer vaso ─amor, ¿estas segura de que no te gusta? ─ me pregunta.

─Le tengo conflicto ─ contestó antes de tomar del vaso y él se sirve él resto para él, porque al paso que voy no le dejare nada y él debe tomar también. 

Después más de media, hora, porque Alexander se prepara primero porque se tiene que ir antes que yo, no podemos llegar juntos al trabajo, yo por fin me voy a la oficina, pero antes de llegar a la oficina paro en la primera cafetería de la oficina, sirven desayunos ahí y no alcance a desayunar en mi casa, me compro un cruasán.

─Buenos días chicas, ¿él señor Litman ya llego? ─ preguntó, aunque ya se que ha llegado.

─Si, llego hace 15 minutos, dijo que cuando llegaras fueras a verlo ─ me dice Jena y asiento dándole una buena mordida a mi cruasán de camino a mi oficina para dejar mi bolso y otras cosas que no voy a usar por él momento─ aquí está él café del señor Litman ─ me pasa Flor cuando paso por su escritorio de nuevo y seguir directo a la oficina de Alexander, donde tocó dos veces primero hasta que me dice que puedo pasar.

─¿No te has sentido mal de nuevo ? ─ me pregunta no más cierro la puerta.

─No, estoy muy bien ─ contestó afreciendole su café él lo toma y con la otra me sujeta de la muñeca para tirar de ella y que caiga en sus piernas ─Alexander ─ me quejo le he dicho que no haga esté tipo de cosas, su padre puede aparecerse en cualquier momento o peor, Addison aparecer cuando uno menos se lo espere.

─¿Me estás diciendo la verdad? ─

─Claro que sí, deja de exagerar que me siento perfectamente ─ le digo peleando con él hasta que, consigo levantarme ─ ya estoy preparando todo para él viaje e informado a los que van a ir, se espera que el vuelo sea a las seis y regresamos él viernes….

Y justo así fue cómo pasó, le envié un mensaje a mis amigas enviándole que estaría fuera por unos días por temas de trabajo, Tina no creyó que de verdad era trabajo, pero le repetí muchas veces que sí, y la verdad dudo que tengamos tiempo para algo más.

No me equivoco, no la pasamos de reunión en reunión de horas y horas discutiendo él manejo que han tuvieron los encargados y si estos tendrán que pagar personal por las dudas que provocaron y él futuro de la empresa, además que él cambio de horario me está pegando malisimo, no me pueden dejar sola por más de cinco minutos porque me quedo dormida ene l ligar, no entiendo que me pasa, me estoy durmiendo en todos lados y en la noche también estoy durmiendo cómo costal, simplemente caigo y no se de mi hasta él día siguiente.

Tampoco quiero comer, nada me gusta o me da nauseas, lo único que me la paso comiendo mucho son castañas asadas, no importa donde las vea me detengo y compro para después en los pocos momentos libres me las paso comiendo las, también me han dado muchas ganas de comer almendras tostadas. 

─Ava dime la verdad, ¿estas enferma? ─ me pregunta Alexander después que termino de vomitar, es la tercera vez que lo hago en él día y cuando no vomite tuve muchas nauseas.

─No lo se ─ contestó con voz cansada.

─Debes ir con él doctor, no puedes seguir así ─ me dice.

─Cuando volvamos ire con mi médico y me haré exámenes, lo prometo….

Quiero Un Heredero ◇Herederos Litman 1 ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora