N°1 En Poder y N°1 Turkey/Turca /2021
1°Libro de la Trilogía Mafia Turca.
Las calles de Estambul significa poder, ambición, terror y rencor o al menos eso recorre por las venas de la Organización Eminof.
Ismail el primogénito de una de las mafia...
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⚔.SELENE.⚔
- Esperaré afuera - habla Beth, desde el otro lado de la puerta que nos separa del dormitorio al cuarto de baño.
No me atrevo a responder, mis lágrimas salen sin poder controlarlas, solo puedo escuchar el sonido del agua fría de la ducha golpeando mi cabeza y unos cuantos sollozos que salen de mi garganta.
Abrazo lo más fuerte que puedo mis rodillas ocultando mi rostro entre ellas.
Hace unos días atrás mi madre se había asomado en el balcón de su habitación con aquel conjunto blanco que siempre traía puesto, algo parecida a una anciana. Sus ojos se veían más hundidos de lo normal y una ligera sonrisa se le dibujó mientras subía al auto de Alexander para ir al trabajo.
Me sentí tranquila solo de pensar que aún tenía la posibilidad de que se recuperará, pero hoy eso se había esfumado.
Se había esfumado, porque ya estaba muerta.
No me atrevo a mirar a la cara a mi hermana y preguntarle porque Beth, es la viva imagen de mi madre.
Un nudo en la garganta me dificulta respirar e intento inhalar lo más profundo que puedo pero me es imposible. Cada segundo que pasa, siento como mi mundo se me viene encima y esa herida que ya tenía abierta se había profundizado por completo.
Y la cicatriz que estaba por comenzar a sanar ahora se había infectado.
Aquella herida se esta agrietando de una forma tan profunda que me aprieta el pecho, cada vez que respiro. El leve cosquilleo inicia de la parte frontal de mi rostro hasta la punta de los dedos de mis manos.
Entreabro los labios por lo difícil que se me hace respirar, intento ponerme de pie pero estos me brindan una mala jugada, cayendo de nuevo sobre la gris cerámica. Con un movimiento atontado, llevo una de mis manos hacia la llave de la ducha, girando y cerrando la misma.
Mi cuerpo esta completamente empapado, aunque hace un momento los pensamientos me habían invadido ahora el frío se cuela en mis huesos y carnes volviéndome a la realidad.
Una realidad en la que no quiero estar, una realidad que me esta haciendo tanto daño.
Nunca me había sentido tan sola, en cualquiera de los casos.
Mi padre siempre me había apoyado aunque no estuviera de acuerdo en las cosas que elegía, por otra parte mi madre a pesar de que la mayor parte del tiempo se la pasó, bajo los efectos de una droga siempre me escabullí por las noches y me acurrucaba entre sus brazos, contándole todo y absolutamente todo lo que había hecho en el día.
Y me sentía feliz, porque en el fondo sabía muy bien que ella me escuchaba.
Aunque perdí la noción del tiempo dentro de la ducha, me atrevo a salir esperando a que no haya nadie, y así lo es.
