N°1 En Poder y N°1 Turkey/Turca /2021
1°Libro de la Trilogía Mafia Turca.
Las calles de Estambul significa poder, ambición, terror y rencor o al menos eso recorre por las venas de la Organización Eminof.
Ismail el primogénito de una de las mafia...
Si existe alguna falta ortográfica, recuerden que es un borrador.
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⚔.SELENE. ⚔
El poderoso ruido de docenas de personas a nuestro alrededor me incitan a que llene mi alma de alegría, los gestos de cada uno de ellos son remotos y eufóricos ya sean en grupos, parejas e inclusive familias enteras compartiendo una noche en fin de semana tranquilo y con libertinaje en el parque de diversiones de la ciudad.
Las luces parpadean en cada uno de los juegos triviales que Alexander me ha motivado a venir en nuestro primer aniversario, después de haber estado tras una ronda completa de dieciséis horas dentro de un hospital.
A pesar de mantener mis ojos abiertos a la fuerza, en mi pecho no cabía la alegría y satisfacción de estar juntos en nuestro primer año de relación.
Rodeo mi mano derecha alrededor de su brazo izquierdo para acurrucarme solo un poco, mientras caminamos hacía el carrito de helados que se ubica en un lugar poco alejado de los juegos mecánicos.
— ¿Chocolate? — pregunta, con una sonrisa en sus labios al cual asiento de inmediato.
El chocolate es mi dulce favorito y nadie más que él, lo sabe a la perfección.
La música de fondo es bastante entusiasta y entretenida al menos para los más pequeños que brincan de un lado al otro en compañía de sus padres.
—Buenas noches — saluda al hombre del otro lado del carrito — uno de chocolate y otro de menta — ordena, mientras extrae la billetera del bolsillo interior de su abrigo para sacar dos monedas de un dólar.
El hombre asiente, con una gran sonrisa en su rostro sin dejar de preparar ambos postres, los cuales nos ofrece una vez que ya ha terminado.
— Feliz San Valentín — menciona alegremente, aceptando las doradas monedas.
Y así fue, Alexander había escogido un día como éste para empezar una relación y yo, estaba más que emocionada por ello.
— Gracias — soltamos al unísono y a la vez sonreímos por tal cosa con el fin de alejarnos.
La brisa es un poco fría y ambos estamos abrigados intentando calentarnos de ella.
— ¡Mami!— exclama un niño muy pequeño, a nuestro lado saltando con una bolsa de papel llena de cannolis rellenos de chocolate — Deberías probarlo esta muy bueno — termina, tomando la mano de la que parece ser su madre.
Mis ojos se elevan un poco hacia a las diversas carretas de comida que están frente a nosotros en busca de los cannolis y mis labios se elevan al encontrarlo en unas de ellas.
Mis ojos se abren de par en par, tras ver una sola bolsa al otro lado de la vitrina y suelto euforica —¡Oh!, Es el último — señaló la carreta donde específicamente se encuentra la bolsa.
