N°1 En Poder y N°1 Turkey/Turca /2021
1°Libro de la Trilogía Mafia Turca.
Las calles de Estambul significa poder, ambición, terror y rencor o al menos eso recorre por las venas de la Organización Eminof.
Ismail el primogénito de una de las mafia...
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⚔.ELIZABETH.⚔
Mis manos acarician su cabello húmedo lleno de espuma, su cuerpo desnudo se abraza consigo mismo rodeando con su manos, las rodillas.
Su dolor la carcome.
Su cuerpo esta pálido a un gran extremo por la pérdida de sangre, luego de su desmayo. Al principio no entendía lo que pasaba, y estaba completamente segura que Selene tampoco.
La ambulancia tardo en llegar en las afueras del edificio y cuando llegamos al hospital ya fue demasiado muy tarde.
Lo había perdido.
Toda su entrepierna estaba cubierta de sangre, su bebé ya no estaba.
Ni, tan siquiera lo sabía, jamás lo conoció.
Sus llantos desgarradores me lastiman, mi pecho duele pero su dolor es incurable.
Su alma se ha ido y, tiene el corazón roto.
En un instante, lo perdió todo.
Su vida ha caído al abismo, que le será imposible de resurgir.
Es irreparable.
El oscuro tono bajo sus ojos y como se ven ellos tras soltarse en su miseria, me causa impotencia.
Impotencia por no poder ayudarla.
Solo puedo estar a su lado, y quisiera hacer más.
Siempre fue una mujer de carácter fuerte, terca e incluso loca en varias ocasiones sin contar que la mayoría de las veces ayudaba al resto, pese a sus propios problemas pero ahora no hay nadie más que yo, en su ayuda.
Aunque siento que no he hecho nada más que estar cerca de ella, cobijarla para que se suelte.
Se abraza así misma en la bañera, mientras que llora de nuevo. Un nudo se me hace en la garganta al verla de esa forma al mismo tiempo que vierto un poco de agua en su enjuague a todo su cuerpo.
-¿Dónde quieres ir ?- sugiero, no sin antes tomar un poco de aire.
Es una decisión que me duele, pero que tengo que hacerlo ya que jamás la abandonaría.
Soy, lo único que tiene.
Si tengo que sacrificar mi felicidad por restaurar la de ella, lo haré sin pensarlo.
La destrucción de su alma se ha vertido en mil añicos y tomará tiempo en volver a agruparlas.
A partir de ahora la protegeré.
No articula ni una sola palabra, el silencio que aborda en sí no me da buena espina ya que siempre que lo hace es porque cientos de ideas invaden su mente.
Y en el estado que esta, no es buena idea.
Sin más, se coloca de pie y sale de la bañera, mis ojos solo pueden seguirla con la mirada hasta que se pierde hacia la habitación.
