03

2.3K 420 159
                                    

Sunoo despertó aquella mañana sintiéndose extraño, no mal, tampoco bien, simplemente extraño, con el cuerpo pesado. Yeonjun se había encargado de llevarlo a tomar desayuno apenas había despertado, y ahora ellos, los amigos de Yeonjun y sus propios amigos se encontraban sentados frente al lago, simplemente hablando, disfrutando de ver como Jungwon jugaba con pequeñas gotitas de agua y los mojaba con ellas también. 

Todo había sido calma para el grupo de semidioses hasta que una voz conocida para todos se hizo presente  —¡Buenos días!  —Shim Jake había llegado  —Desperté tarde, pero ya llegué  —informó mientras se sentaba entre el grupo de amigos. Jake era realmente querido, al parecer, por todo el campamento. Pero aquello estaba lejos de entrañarle a Sunoo, pues si él mismo tuviera la personalidad alegre y divertida de Jake, probablemente le agradaría a todo el mundo también

 —Nos alegra verte, Jake  —dijo Jungwon, sincero

 —Lo sé, lo sé, y a mi me alegra verlos a ustedes. Pero no he venido a hacer vida social...  —fue interrumpido por Yeonjun

 —Que extraño eso viniendo de ti  —fue una burla, y recibió una mala mirada de parte del afectado

 —Como sea, vine por Sunoo, realmente quiero presentarle a mi mejor amigo, así que, si me lo permiten...  —se levantó y ayudó a Sunoo a que se levantara también  —Me robaré a su querido niño por un rato, prometo devolverlo en una sola pieza

Los presentes rieron por el humor del hijo de Hefesto y este finalmente emprendió viaje por el campamento junto al hijo de Apolo. No tuvieron que caminar mucho antes de detenerse. Un grupo de chicos se reunían frente a alguien de apariencia fuerte e imponente, guapo, por cierto. Jake apuntó hacia aquel chico.

 —Bueno, Sunoo, ellos son mis amigos. El que puedes ver allí, con todos escuchándolo atentos, es Heeseung, es el único hijo de Zeus que hay en este momento, así que es como una celebridad. El de allí  —entonces apuntó a un chico de ropa casi por completo negra, el chico tenía la mandíbula más marcada que haya visto en su vida entera, y leía pacíficamente un libro  —, es Jay, hijo de Hades, se ve malote y odioso, pero no es malo en realidad, si lo conoces se vuelve una masita  —explicó con una amplia sonrisa, aquella que era capaz de dar tranquilidad a Sunoo

 —¿Y cuál de los dos es el mejor amigo que me querías presentar hoy?  —preguntó el menor con curiosidad, volviendo a mirar a su amigo

 —Oh, no, no es ninguno de esos dos. Ven, debe estar por aquí  —el rubio tomó la mano de  Sunoo y lo obligó avanzar hasta que finalmente quedó a vista de los dos un grupo de personas, cada cual más guapo que el anterior; tres de ellos brillaban con un halo rosa que, de alguna manera, los hacía ver aún más majestuosos  —Los que ves ahí son...

 —Hijos de afrodita  —completó el mismo Sunoo, nadie se lo había dicho, pero si aquel lugar estaba lleno de semidioses, aquellos hermosos seres no tenían otra opción más que ser hijos de Afrodita, ¿Quién más podría ser así de bello?

 —¡Exacto! Ese de ahí es  Hyunjin  —apuntó a un hombre rubio, realmente guapo  —es el hijo de afrodita mayor, al menos aquí en el campamento  —luego apuntó hacia una chica de contextura pequeña pero rostro angelical, su cabello era castaño y largo, y sus labios realmente rosados, ella, al igual que Hyunjin, tenía aquel halo rosado  —Ella es Wonyoung, llegó hace como una semana, por eso aún tiene el halo tras ser aceptada por afrodita 

 —¿Ese halo rosa es por haber sido reclamados?

 —Si, justo así

 —¿Entonces Hyunjin y el otro chico también fueron reclamados hace poco?  —preguntó algo confundido, frunciendo el ceño, mas le era imposible apartar la mirada del tercer chico. Sí, todos ahí eran realmente hermosos, pero él, aquel chico de cabello rubio-gris, tenía una belleza que era incomparable a la de sus hermanos, tenía algo que lo hacía resaltar... Tal vez era la bonita forma en que pequeños lunares se esparcían por su rostro

¿Es en serio, Sunoo? ¿Realmente estás babeando por un chico?

 —¡Oh, no! Entiendo la confusión, pero no. La diosa Afrodita puede conceder su bendición a sus hijos cuando así lo quiera, y ha decidido volver a otorgárselas a ellos. Lo que me lleva a quien te quería presentar. Ven, vamos  —volvió a tirar de Sunoo y lo obligó a acercarse por más que él no quisiera. La verdad, se sentía intimidado por tanta belleza... ¿eso era posible? pues debía serlo, porque así se sentía Sunoo  —¡Hey, Hoon, ven aquí, tengo a alguien que presentarte!

El rubio gritó, y entonces la mirada de aquel chico del que no podía despegar la vista se posó en ellos, o dioses, de frente era aún más guapo ¿En serio eso podía ser así? 

 —¡Hey, Jake!  —respondió al llamado y se levantó de donde estaba para emprender trote hacia su amigo. Al llegar a su lado lo saludó con un abrazo  —Me preocupé cuando escuché que Quirón te envió por el profeta. ¿Todo salió bien?

Al parecer el chico no se había percatado de la presencia de Sunoo, tal vez porque estaba absolutamente estático detrás de Jake  —Todo salió bien. De hecho, traje alguien para que conozcas  —Jake tanteó con su mano tras su espalda hasta finalmente dar con Sunoo, y lo jaló frente a su cuerpo al notar que no tenía la intención de moverse.

La mirada de Sunghoon de inmediato se clavó en el chico bajito de cabello rosa que ahora estaba de pie frente a él. Sunoo, por su parte, se había sonrojado mucho al ver como el hijo de afrodita le sostenía la mirada, sin problema, por tanto tiempo.  —Es adorable, sus mejillas combinan con su cabello  —dijo, dando una sonrisa ladina. Su mano se tendió entonces, hacia el avergonzado menor  —Un placer, Park Sunghoon, hijo de afrodita

 —Eso puedo notarlo...  —balbuceó el chico, estirando su mano para tomar la de Sunghoon. Apenas se percató de sus palabras se sintió más que avergonzado, ¿Cómo era posible que haya dicho algo así? Sunghoon y Jake rieron por sus palabras, haciendo que sus mejillas agarrasen aún más color  —D-digo, Sunoo, mi nombre es Kim Sunoo, hijo de Apolo

Sunoo quería que la tierra se lo tragara ahí mismo, es más, se veía tentado a pedirle a Hades que se lo llevara, no quería tener que ver a Sunghoon después prácticamente haberle dicho guapo.

Y como si la vida estuviera de su parte, por lo menos por una vez, Quirón apareció de la nada, y cargó su mano en el hombro del avergonzado chico

 —Un gusto verlo, Señor Park, igual a ti, Jake  —saludó a los dos nombrados, mas luego habló a Sunoo.  —Kim Sunoo, te necesito en mi oficina, tengo algo realmente importante que hablar contigo, y es de extrema urgencia

Sin dudarlo ni un segundo, Sunoo asintió, dispuesto a acatar cualquier orden que fuese capaz de sacarlo del rango de alcance de la belleza de aquel hijo de afrodita. Caminó entonces rápido a la oficina de Quirón, en donde ya había estado en la noche anterior, y no fue hasta la mitad del camino que se percató del llamado que el hombre había hecho.

Sonaba grave, sonaba como una reunión a la que nadie querría asistir, pero ya no había marcha atrás, quisiera o no, debía asistir a aquello, pues así lo había ordenado Quirón.

Bastaron un par de minutos para que finalmente se encontrase sentado en el despacho de quien lo había llamado, con él y Dionisio sentados en frente suyo, con una mirada que parecía fúnebre 

 —Sunoo, seremos directos con esto, pues sentimos que es mejor comenzar así... Zeus quiere tu cabeza, pues cree que has cometido una ofensa contra los dioses.

LIKE THE SUN - SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora