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Sunghoon dormía tan en paz, tan plácidamente, que el sueño empezó a llegar a Sunoo también. Y es que el mayor parecía un angelito mientras dormía, y verlo relajaba al menor. Fue así como terminó por dormirse también, con su espalda y cabeza apoyada en el árbol, y su mano aún en el cabello de Sunghoon.

Cuando despertó nuevamente, esperó encontrarse aún bajo el árbol, con Sunghoon a su lado, pero en la realidad estaba en su cama, arropado de una forma un tanto peculiar.

Le recordaba a la forma en que lo habían arropado el día de la fogata... Oh... ¿Entonces había sido él?

Sunoo creía que ese día Heeseung o Yeonjun lo habían llevado a la cabaña y lo habían acostado, pero con esto se daba cuenta que realmente había sido Sunghoon, y por alguna razón, sintió una cálida sensación en el pecho.

Miró hacia afuera de su cabaña y se percató que la noche ya había caído por completo, y todos se encontraban durmiendo, pero él ya no tenía sueño, por lo que tomó su lira, y a escondidas  salió. No debían verlo, pues no tenían permitido estar fuera mientras todos dormían, pero sentía la necesidad de salir, la idea de ir frente a los dioses lo agobiaba cada vez que lo recordaba, así que necesitaba despejar su mente.

Se sentó no muy lejos de su cabaña, y comenzó a practicar con la lira que Yeonjun le había regalado. Hermosas y suaves melodías sonaban, logrando calmar un poco la mente del chico, mas no era suficiente como para darle sueño, por lo que entre melodías, la mañana cayó sobre el campamento, y Sunoo fue el primero en recibirla al no haber dormido.

(...)

Dos semanas habían pasado desde ese día. Tres semanas desde que Sunoo había llegado al campamento, y a la fecha, faltaba una semana para que el de cabello rosa tuviera que presentarse frente a los dioses para apelar a su inocencia.

Pero la inquieta presencia de Quirón, quien se acercaba al comedor donde todos desayunaban, estaba a punto de cambiar todo, y no para bien, si somos honestos

—Sunoo, necesito hablar contigo, es un asunto urgente —informó y Sunoo, con el miedo revolviendo su estómago, asintió. Se levantó, y de forma obediente avanzó tras Quirón hasta la oficina del mismo, con todos murmurando sobre aquella escena, dejando a los amigos del chico absolutamente preocupados —¿Recuerdas que habíamos acordado presentarnos frente a los dioses dentro de una semana más?

—Sí, dijo que sería tiempo suficiente para prepararme 

—Bueno, hay cambio de planes —informó Quirón, y guardó silencio intentando encontrar una forma adecuada de decirlo sin preocupar demasiado a Sunoo 

—Zeus te ha mandado a llamar para juzgarte, mañana por la noche —informó Dionisio mientras entraba a la oficina, ganándose la peor de las miradas de parte de Quirón, decir que no quería pegarle sería una gran mentira. 

Sunoo, por su parte, sintió como si lo hubieran golpeado, se sintió mareado, e incluso llegó a sentir ganas de vomitar. No era posible, no podía ir, no mañana, aún necesitaba tiempo para... Procesar todo, no podía pararse frente a los dioses aún

—Entiendo que esto puede ser muy repentino, Sunoo, pero si te ha mandado a buscar, no hay nada que nosotros podamos hacer para evitarlo —colocó su mano en el hombro del menor, pero este rápidamente se apartó. No respondió, tampoco pidió permiso, Sunoo simplemente salió corriendo de la oficina, sintiendo como si sus propias lágrimas fueran a ahogarlo.

Corrió hasta la cabaña de Hermes y se lanzó en su cama, todos estaban comiendo, así que para su suerte, la cabaña se encontraba vacía. Entonces se permitió llorar, sollozar, se permitió derrumbarse mientras estaba solo, sentado en su cama; eso hasta que sintió unos brazos envolverlo con fuerza

LIKE THE SUN - SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora