23

1.1K 223 78
                                    

—La última vez que estuviste aquí, para ser juzgado por lo mismo, te fue informado que no tenías permitido contar a nadie lo que veías en tus profecías sin que tuvieras nuestro permiso. Hace tres días rompiste esta regla, diciéndole su futuro a Park Sunghoon, hijo de Afrodita, para salvarlo —Atenea era la encargada de informar sobre toda la situación, pero a Sunoo le fue imposible prestar atención después de cierta frase

Tres días. ¿Llevaba durmiendo tres días?

—Has sido traído aquí para ser juzgado, condenado y castigado por tu desobediencia —informó Hades, quien había subido para formar parte de la reunión. Castigar a un semidiós al grado que iban a castigar a Sunoo era considerado algo importante.

Sunoo no entendía porque, pero tenía la misma sensación que la primera vez que estuvo ahí, se sentía molesto, sentía rabia. Era como... Si alguien lo estuviera obligando a estar molesto, y sentía la necesidad de reprochar a los dioses

—¿Tienes algo que decir en tu defensa?

—No, nada. Desobedecí, y sabía que lo estaba haciendo, pero así salve a Sunghoon. Si él está vivo ahora es por mi, a costo de mi vida, y lo volvería a hacer

—¿Perdona?

—Nos pasamos la vida entera entrenando, mejorando, cumpliendo misiones, protegiendo a otros, todo con la esperanza de ser suficientes —Entonces Sunoo dio un paso hacia el frente —Al final del día, seguimos siendo sus hijos, pero no hacen nada más que mandarnos a hacer las misiones que no quieren; el que nos manda es el dios Zeus, en realidad.

—Suficiente. No querrás que tu castigo empeore —Zeus prácticamente gruñó

—Nos usas, sin importar si nuestras vidas son puestas en riesgo. Estabas dispuesto a dejar morir a Sunghoon por el vellocino, todo por un capricho. Y si tú estás dispuesto a dejarlo morir, entonces yo estoy dispuesto a dar mi vida para que eso no pase

—¿Esa es tu postura entonces?

—Lo volvería a hacer una y mil veces más de ser necesario —aquella fue su respuesta. No tenía nada más que decir, pero aunque lo tuviera, Zeus definitivamente no iba a dejar que hablara más

—Kim Sunoo, por desobedecer las órdenes de los dioses, y decir el futuro que has visto, sin que te haya sido dado permiso, eres condenado a perder tu voz, no podrás volver a hablar; vas a ver el futuro y muerte de cada persona que tengas en frente, por más horrible que sea, y no podrás decir ninguna palabra al respecto —habló el gran dios del Olimpo, con voz tan fuerte que llegó a retumbar en las paredes

Sunoo por un momento dudó, aquello no sonada tan mal, en realidad. Podía aguantar las visiones, y dar su voz a cambio de la vida de Sunghoon no parecía tan terrible, muchas personas vivían sin su voz, después de todo.

—Tampoco podrás tener contacto físico con las personas. Estarás condenado a estar rodeado de quienes amas sin poder tocarlos, a ningún humano o semidios, pues el más mínimo toque de alguien, empezará a quemar tu piel, sentirás que te quemas vivo. —Oh, eso no sonaba tan bien. Zeus avanzó hacia Sunoo —Eso será para que aprendas que no puedes simplemente tener y hacer lo que se te de la gana

El silencio reinó en el lugar, nadie se atrevía a decir nada en aquel momento. Los pensamientos de los dioses estaban divididos: algunos, como Afrodita, Apolo y Hestia encontraban que no era justo castigar al niño, otros como Atenea, poseidon, Hermes y Hefesto, sabían que Sunoo debía ser castigado, pero definitivamente creían que el castigo estaba siendo excesivo, quitarle la voz ya era suficiente.

—¿Tienes algo que decir antes de recibir tu castigo? —Preguntó Atenea, como si buscara darle una última oportunidad para defenderse

—Lo volvería a hacer una y mil veces —Insistió, bajando su cabeza, listo para ser castigado. Estaba resignado, pues sabía que no iba a convencer a Zeus de absolutamente nada. El dios parecía odiarlo.

—Está hecho entonces. Apolo, sabes lo que debes hacer ahora —informó Zeus, levantándose de su trono y abandonando el lugar.

Hades, Hera y Ares se fueron también, sin siquiera mirar a Sunoo. Demeter, Hefesto, Artemisa y Atenea se fueron tras dedicarle una mirada de lástima al chico.

—No olvides usar el diario, Sunoo, te ayudará con todo esto —el que habló fue Hermes, dedicándole una pequeña y triste sonrisa al chico. ¿Por eso se lo había dado? ¿Acaso Hermes sabía de su destino?

La primera en acercarse a Sunoo fue Hestia, quien suspiró una vez que tuvo al niño en frente —Prometo cumplir mi promesa, hijo de Apolo

Sunoo le agradeció con una sonrisa triste y la diosa se fue, mas fue rápidamente sustituida por la diosa Afrodita, quien, en su forma humana, lo abrazaba.

—En serio lamento esto Sunoo. No sabes cuanto te agradezco por hacer esto por Sunghoon —dijo la diosa. Por segundos, Sunoo juró haber escuchado que la voz de la diosa se quebraba —Tu padre no podrá estar contigo, lo tiene prohibido, pero prometo acompañarte en su lugar, es lo menos que puedo hacer por mi ti —la diosa se separó

—Se lo agradezco mucho —habló sincero, ya tenía los ojos con lágrimas. La diosa lo abrazó por última vez, y al igual que el resto de los dioses, se fue, dejando al menor solo con su padre

Ambos se quedaron en silencio por minutos que parecieron una eternidad, no sabían que decir, Apolo no sabía cómo comenzar

—Yo... Te juro que si pudiera hacer algo, lo haría —Apolo fue el primero en romper el silencio

Sunoo asintió —Lo sé. Si te da algo de paz, no te culpo por nada de esto

—En serio lo siento, Sunoo, te prometo que lo hago —las lágrimas comenzaron a correr por el rostro de apolo, y en respuesta, corrieron por el rostro de Sunoo también

—Está bien, papá, en serio —Sunoo nunca le había hablado a Apolo con cariño, con suavidad, pero aquella frase había sido diferente, quería confortar un poco al dios, pero ver a su hijo siendo tan comprensivo, incluso cuando lo iba a castigar, lo hacía sentir peor

El dios se acercó a Sunoo y se atrevió a abrazarlo con fuerza, y a diferencia de como fue con Afrodita, Sunoo no dudó en corresponder al abrazo de su padre. Probablemente sería la última vez que lo vería, después de todo.

—Buscaré la forma de arreglar esto ¿sí? —murmuró

—No debes hacerlo, aprenderé a vivir así, de alguna manera. En serio estaré bien, papá —murmuró en respuesta. Entonces ambos se abrazaron en silencio.

Apolo no quería castigarlo, por lo que pasó un rato antes de que volviera a hablar —¿Estás listo? —un suspiro muy pesado abandonó los labios de Sunoo antes de asentir. Entonces todo se fue a negro

LIKE THE SUN - SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora