28

1K 194 20
                                    

Los días se empezaban a pasar volando, no para Sunoo, pues para él cada día era una tortura, pero sus amigos se pasaban cada segundo tan ocupados, que los días se habían terminado por ir más rápido de lo que querían 

Se habían pasado aquel tiempo entre el campamento y la casa que aquellos siete semidioses compartían, esto ya que los chicos los estaban entrenado para "patear traseros", como los mismos adultos lo habían dicho

No solo los estaban entrenando físicamente, sino que los estaban ayudando a trabajar sus poderes, a mejorarlos, y los ayudaban a volverse mucho más fuertes mentalmente, pues temían lo peor, y debían ponerse en cada posible caso; pelear contra dioses era una tarea suicida, por lo que debían prepararse lo mejor posible

Finalmente el día había llegado, aquel día que a todos los amigos de Sunoo los tenía nerviosos. Estaban todos cerca de salir del campamento, pero Sunghoon se detuvo antes

—Yo debo... Hacer algo primero, por favor, denme un minuto —pidió antes de salir corriendo, adentrándose pronto en el bosque, comenzando a buscar aquel árbol en el que Sunoo solía encontrarse, y en efecto, ahí estaba

Sunghoon sonrió al ver como Sunoo sonreía levemente a la mujer a su lado, quien Sunghoon no tardó en reconocer como la diosa Hestia, ya que sabía que desde que lo habían castigado, ella iba a acompañarlo y consolarlo, ya que ningún mortal podía

No se atrevió a hablar de inmediato, pues temía arruinar todo para Sunoo, así que no fue hasta que el menor se percató de su presencia que habló

—Sunoo... —el menor lo miró con súplica en sus ojos

Sunghoon lo conocía, no necesitaba hablarle para que el hijo de afrodita pudiera entender que le estaba suplicando que se fuera, no porque no quisiera verlo, sino que porque lo extrañaba más que a nadie, y verlo tan cerca, pero tenerlo tan lejos a la vez era una peor tortura que la que Zeus en sí le había dado

—Yo solo... Quería venir a recordarte que te amo, Sunoo, y nada va a cambiar eso, ninguna circunstancia, ni siquiera los dioses. Siempre vas a ser el amor de mi vida, y espero que nunca olvides eso —la voz del mayor salió con tristeza, algo que Sunoo no tardó en notar

Hestia se fue para poder darle espacio a los jóvenes, mientras, Sunoo avanzaba hacia Sunghoon, preocupado por sus acciones, sin saber que aquella era la forma de Sunghoon de despedirse, pues temía morir, y más aún, temía que si eso ocurría Sunoo pudiera olvidar que lo amaba

—No lo olvides ¿sí? —volvió a pedir el mayor, y una triste sonrisa se formó en su rostro al ver como Sunoo, con sus ojos llenos de lágrimas, gesticulaba un "te amo mucho, Sunghoon". Aquello le dio energía a Sunghoon, le hizo entender que el sacrificio definitivamente iba a valer la pena. Repitió un último "te amo" y abandonó el bosque yendo en dirección a la entrada del campamento

Fue una sorpresa para todos el encontrarse con una mujer adulta fuera del campamento, castaña de profundos ojos castaños, a quien Sunghoon tardó en reconocer, pues nunca la había visto de aquella manera

—Diosa Hestia —saludó, y en cuanto todos supieron quien era, saludaron respetuosamente también, no era momento de hacer enojar dioses, no aún 

—Exijo que me digas que harán —sentenció, firme 

—No sabemos a que se...

La diosa lo interrumpió de inmediato —Fuiste a despedirte de Sunoo, tal vez él no lo notó, pero yo sí, aquello fue una despedida, hijo de afrodita, y más vale que me digas ahora qué es lo que tienes planeado, porque si te pone en riesgo, no te dejaré hacerlo, eres lo único que evita que Sunoo elija morir, y yo no lo dejaré morir

Sunghoon pasó saliva con algo de dificultad, escuchar que él era la única razón por la que su amado Sunoo no decidía acabar con su vida lo había hecho sentir extremadamente triste 

—Iremos al olimpo, le exigiremos a... quien ya sabe, que levante el castigo —confesó finalmente, expectante por la reacción de la diosa

—Eso es peligroso, casi suicida ¿lo sabes, no?

Sunghoon asintió —Todos lo sabemos, pero debemos intentarlo...

—¿Estás seguro? —insistió la diosa, y el menor no dudó en asentir. Aquel asentimiento finalmente fue correspondido por la diosa, quien apoyó una mano en el hombro del semidios —Tendrán amigos en el Olimpo, Sunghoon, cuenta con eso

Tras aquello la diosa desapareció de la vista de todos, y finalmente no tuvieron más opción que emprender su viaje a destino. Sunghoon y los diez amigos de Sunoo viajaron hasta finalmente encontrarse en la sala de reuniones del olimpo, la cual se encontraba vacía como casi todo el tiempo, algo que realmente agradecían, y que claro, intuían que había permanecido así pese a su llegada gracias a la diosa Hestia, algo que realmente agradecían

Todos sentían su cuerpo temblar mientras se acomodaban en el lugar tal y como lo habían acordado durante semanas, pero sabían que aquello era lo correcto. Durante semanas habían aprendido cuidadosamente aquel plan, pues todo debía ser hecho de forma exacta, o de lo contrario podían morir todos ahí mismo, en ese preciso momento

Sunghoon miró a todos sus amigos, soltando un último suspiro antes de hacer una seña a Taehyun, y con aquello todos los semidioses desaparecieron, dejando solo a Sunghoon parado en la entrada del salón

—¡Zeus! —gritó el hijo de afrodita con todas sus fuerzas. Ya no había vuelta atrás, el plan había sido puesto en marca

LIKE THE SUN - SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora