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—No hagamos ruido, entremos en silencio —dijo Yeonjun, comenzando a caminar, pero Soobin lo detuvo de inmediato.

—No se te ocurra simplemente entrar —murmuró como evidente amenaza —Vamos a idear un plan

—¿Y por vamos te refieres a...?

—A mi, yo voy a idear un plan, y ustedes lo van a seguir —concluyó el hijo de Atenea

—Que sorpresa —respondió Taehyun, con diversión, ganándose una mala mirada de Soobin, de esas miradas que usualmente le daba a Yeonjun

—Como sea. Ese es el vellocino —apuntó algo que tenía aspecto de manta blanca con bordado en oro —El cíclope no hace ruido, así que debe estar durmiendo. Si entramos en total silencio, deberíamos poder sacar el vellocino sin que se de cuenta, e irnos de aquí antes que despierte

—Está muy alto, genio, ¿cómo pretendes que lleguemos? —reclamó el mayor con tono obvio, causando que su novio respondiera de la misma forma

—Con tus zapatos, genio

Entonces todos dirigieron su mirada a los zapatos de Yeonjun, notando que, en efecto, se trataba de las Zapatillas de hermes. Zapatos alados, perfectos para la ocasión.

—Vas a volar, en silencio, basta el vellocino, lo tomaras y Taehyun lo bajará con su magia hasta mis manos para no hacer ruido. Luego simplemente nos vamos —explicó el plan que ya había hecho. —Si tenemos suerte, Sun, Hoon y Ni-ki ni siquiera tendrán que moverse de aquí

—Me parece bien —aceptaron todos y el plan se puso en marcha.

Yeonjun se alzó del suelo y de forma lenta, manteniendo el silencio, se dispuso a avanzar y avanzar hasta el vellocino, el cual se encontraba colgado sobre una pila de cosas que estaban en el oscuro lugar.

Hizo un gesto a Taehyun cuando finalmente tuvo su objetivo en sus manos, y el hijo de Hécate se dispuso a bajarlo hasta las manos de Soobin, quien ya se había adentrado lo suficiente en la cueva como para agarrar el vellocino de oro.

Todo iba acorde al plan, todo hasta que el ala de uno de los zapatos impactó contra una olla, y no fue solo eso, sino que la olla cayó, y tiró consigo un montón de cosas, y como no, antes de que pudieran reaccionar, el cíclope ya estaba casi sobre ellos

—Huele a Semidioses —gruñó la bestia, y entonces la sangre de todos se heló, estaban perdidos.

La mano del cíclope agarró a Yeonjun y, quien por segundos se vio pequeño, y comenzó a apretarlo. ¿Iba a comerlo?

—¡Yeonjun! —gritó Soobin, desesperado. En su espalda traía colgada una aljaba, por lo que soltó la espada y agarró su arco, pues ciertamente sería más útil, disparando certeramente a la mano del cíclope, captando, por su puesto, su atención

—Hey, bestia, ¿por qué no vienes por nosotros? —llamó Ni-ki, ya empuñando a contracorriente.

El cíclope soltó a Yeonjun tras aquel llamado, y de inmediato comenzó a avanzar hacia los cinco chicos restantes, mientras el mayor recuperaba el aire que le faltaba

Aquello era oficialmente guerra, y Sunoo no estaba muy seguro de poder ganarla

Todos empuñaron sus armas y comenzaron a dispersarse por el lugar, haciendo lo posible por no ser atrapados, y el monstruo se dedicaba a atacar al que tuviera en su mala vista.

Pero eso comenzó a cambiar cuando se percató que lo que buscaban hacer era robar el vellocino, su precioso vellocino. Empezó a correr entonces, tras el que tuviera artefacto, dispuesto a aplastar, matar y comer a quien fuese necesario para recuperarlo.

El vellocino pasó de manos de Soobin a las de Taehyun en cuestión de segundos, y luego el vellocino voló a manos de Sunoo. El chico era relativamente pequeño a comparación de sus amigos, por lo que pudo esconderse un tiempo antes que polifemo lo encontrara

—Sunoo, pasame el vellocino —gritó Sunghoon al ver que su novio estaba muy cerca de ser atrapado. Ahora que el hijo de Afrodita tenía el vellocino, entonces él era el perseguido, y luego lo fue Ni-ki

Entonces la vista de Sunoo se volvió borrosa, y en su mente imágenes, que antes había visto de forma aleatoria, pasaban como si se tratase de una película. Ahora todo tenía sentido, ahora podía ver el futuro claramente, el futuro de ellos, de Sunghoon, y no le gustaba para nada.

Podía ver como sus amigos luchaban con el cíclope, intentando debilitarlo. Veía cómo corrían, como eran heridos, y al final, veía como Sunghoon era aplastado por la bestia. Cuando finalmente tomaban el vellocino, ya era muy tarde, ya sunghoon había muerto. No podía permitir eso, no podía dejar que Sunghoon muriese.

Tenía dos opciones, podía confiar y no decir nada, tal vez su visión no era acertada, tal vez lo que había visto no era verdad. En el mejor de los casos, nada pasaba, en el peor, Sunghoon moría. O podía decirle a Sunghoon su visión para salvarlo, en el mejor de los casos, Sunghoon se salvaba y él era castigado, en el peor, su amor moría y él igualmente era castigado...

Entonces entendió, realmente no tenía opción, Sunghoon siempre sería la única opción, y si podía salvar su vida, incluso aunque fuese a cambio de la suya, lo haría.

—Hoon, tienes que salir de ahí —gritó tan pronto como volvió en sí, pestañeando con rapidez para espantar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos tras haber visto la horrible visión.

—¿Uh? —El chico se giró a verlo, confundido —No te entiendo, Sunoo

—Tuve una visión, Hoon, tienes que salir de ahí —volvió a gritar, y su novio esta vez sí lo escuchó

El hijo de Afrodita negó de inmediato, tentado a cubrir sus oídos. Gritó en respuesta —No me digas, Sun, no me digas lo que viste —rogó, sabía que debía ser difícil, pero por ningún motivo podía dejar que Sunoo le dijera su futuro. —Prometo abrazarte todo lo que quieras cuando volvamos, pero no me digas, no te arriesgues

—Es que no va a haber un luego si no sales de ahí, Sunghoon. Ese cíclope te va a matar, va a aplastarte, debes correr —gritó desesperado. Estaba hecho, Sunoo le había dicho su futuro a Sunghoon y ya no había nada que pudiera hacer para evitar su propio destino

—Sunoo, por el Olimpo, no debiste hacer eso —gritó Sunghoon mirándolo, con sus ojos llenos de lágrimas que caían por saber cuál sería el destino de Sunoo, no por el propio.

Sus ojos estaban tan nublados por las lágrimas, y su mente tan dispersa y llena de angustia, que no fue capaz de percatarse cuando él cíclope comenzó a caminar directo hacia él.

LIKE THE SUN - SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora