LIKE THE SUN - SUNGSUN

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La mención del nombre de Zeus logró invocarlo de inmediato al lugar, especialmente pues no había sido llamar desde cualquier parte, sino que había sido llamado desde el salón del trono, pese a que no sabía que había alguien en él

Junto al dios mayor, todos los dioses restantes fueron invocados. Cada mirada se pegaba a Sunghoon con asombro y curiosidad, y es que en primer lugar nadie entendía cómo había llegado a aquel lugar sin llamar la atención de nadie

La única que no lo miraba a él, sino a su alrededor con el ceño un tanto fruncido era Hécate, quien parecía ser la única capaz de ver al resto de los semidioses en el lugar, mientras nadie más parecía enterado de las diez presencias restantes, pues la magia de Taehyun los cubría, como si de un velo se tratase

—Vengo a negociar —habló con su mirada clavada en Zeus 

El dios soltó entonces una carcajada por la audacia del menor —¿Y qué te hace pensar a ti, semidios, que puedes venir aquí a negociar?

Sunghoon se encogió de hombros —Decir que vengo a negociar es mejor que decir que vengo a exigir ¿no es así?

—Habla ya, hijo de afrodita —exigió Zeus, con su voz siendo más dura ahora, pues no le agradaba nada la forma en que el chico le estaba hablando

Sunghoon tomó aire antes de hablar —Quiero que le quites el castigo a Sunoo

—No, él se lo ha gana...

Sunghoon lo interrumpió —Y una mierda, castigaste a Sunoo por algo que fue tu culpa en primer lugar, y ahora queremos que le quites el castigo 

—¿Queremos? —preguntó Atenea, algo confundida por aquella palabra en plural que Zeus no había parecido siquiera notar

Sunghoon asintió, y aquel velo que Taehyun había puesto sobre todos desapareció, y quedaron finalmente a la vista —Queremos —repitió, con una pequeña sonrisa de suficiencia por la forma en la que el rostro de Zeus se había desfigurado

—Es estúpido de su parte venir a exigir cosas. ¡Son nuestros hijos! No tiene derecho a exigir 

—Venimos a negociar, padre —corrigió Heeseung con cierta gracia, quien finalmente apareció a la vista de su progenitor, colocándose junto a Sunghoon 

Zeus frunció entonces su ceño —Los escucho

—Libera a Sunoo de su castigo, y a cambio, nosotros nos vamos sin crear un desastre en este lugar —aquella sonrisa se mantenía en el rostro del hijo de afrodita, incluso cuando Zeus soltó una carcajada por su respuesta

—¿Bromeas?

Sunghoon negó —La parte más vital de su fuerza está en esos tronos —Sunghoon apuntó aquello en que los dioses se encontraban sentados —Ustedes pueden ser difíciles de destruir, pero esos tronos... Sería una pena que los destruyéramos, porque entonces no serían mucho más que nosotros, y vencerlos sería el menor de los problemas

—No podrías destrozar uno de estos tronos por más que quisieras —retó Zeus, causando que ahora fuese Sunghoon quien soltara una carcajada. Tal vez no era posible notarlo, pero Zeus había comenzado a preocuparse, y todos los dioses, excepto aquellos que querían ayudar a Sunoo se comenzaron a tensar

Una segunda carcajada se hizo presente, esta vez de parte del hijo de Hécate, quien estiró su mano en dirección al trono vacío de Hades y este tras temblar un poco explotó en pedazos que volaron por el lugar, ganándose gritos de asombro de algunos dioses. El trono entonces volvió a la normalidad, como si el tiempo hubiera dado marcha atrás

—Yo no, no con mis manos al menos, pero Taehyun...

La sonrisa de orgullo en el rostro de Afrodita y de Hécate apareció de forma instantánea, otros dioses, como Hestia y Apolo, hacían lo posible por ocultar una pequeña sonrisa, y es que sabían a la perfección que los semidioses habían encontrado el punto débil de los dioses, de Zeus, su talón de Aquiles, y eso hacía que ya no fuese tan poderoso. Hestia en el fondo estaba aliviada, tal vez no tendría que hacer nada por ayudar a los semidioses después de todo

—Ustedes son muy poderosos, pero se han dedicado toda la vida a subestimarnos, y ese sí que ha sido un error —Sunghoon avanzó e dirección a Zeus, ahora la distancia entre ambos era menos. Sunghoon ya no temía, sino que se sentía más poderoso que nunca antes

—Esto es una falta de respecto, podría matarlos por esto —la voz de Zeus salió casi como un gruñido, el dios estaba hecho una furia, pero a la vez no podía simplemente reaccionar, no ahora que sabía que se encontraba entre la espada y la pared

—Oh, puedes matarme, pero entonces cada trono comenzará a explotar, y estarán todos destruidos antes de que puedas matar a la mitad de nosotros. Si no pudiste bajar a pelear con aquel cíclope siendo dios, entonces no podrás pelear contra uno de nosotros sin tus preciados rayos, será un gran problema para ti ¿no es así?

Zeus parecía pensar rápido, por lo que intentando ser más inteligente, intentó persuadir al chico —¿Le harías eso a tu madre, Sunghoon? ¿Le quitarías sus poderes?

Pero el dios no contaba con que el chico estaba más decidido que nadie en aquel lugar, y aunque amaba a su madre, no era su prioridad, en aquel momento su prioridad era Sunoo —Mi madre aprenderá a perdonarme, estoy seguro

Los semidioses unieron sus manos y como por arte de magia todos los tronos comenzaron a vibrar bajo los cuerpos de los dioses, quienes se comenzaron a dar miradas entre ellos, tratando de decidir como reaccionar aquella amenaza; de pronto los tronos ya no solo vibraban, poco a poco habían comenzado a temblar, inquietando más a los dioses

—Puedes pensarlo si quieres, pero cuando el tiempo se acabe, cada torno comenzará a explotar, y esta vez no se arreglarán como antes —informó Sunghoon

Zeus esta vez intentó apelar al resto de los jóvenes —¿En serio serán unos malagradecidos? ¿Realmente están dispuestos a pelear con sus padres por ese niño? ¿Dañarán a sus padres por Sunoo?

—Sí —la respuesta fue unánime, ninguno de los semidioses pareció ni siquiera pensar la respuesta, y es que habían planeado cada cosa, y tenían más que claras las posibles consecuencias de sus actos, sabían que podrían tener que pelear con sus padres, pero poco les importaba, la amenaza que estaban haciendo ya había funcionado para otros antes, y contaban con que funcionaría incluso mejor ahora

Los tronos ahora no solo temblaban, sino que se movían bruscamente, amenazando con quebrarse en cualquier momento