Capítulo 6

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June

El fin de semana no me encontré con los chicos.

Han llevaba un par de días enfermo y Felix había ido a cuidar de él tal cómo nos había notificado este último en nuestro chat grupal, por lo que todos estuvimos de acuerdo en esperar al siguiente fin de semana, que Han ya estaría totalmente recuperado, para quedar y estar todos juntos. Cualquier plan que hiciéramos era siempre más divertido cuando los siete juntos.

Algunos de los chicos habían lanzado la sugerencia de ir el sábado a la única discoteca que había en el pueblo, pero todavía no habíamos dejado nada en claro, tan solo era una idea que lanzada al aire. Siempre que íbamos allí, solíamos encontrarnos con la mayoría de nuestros compañeros de la universidad puesto que el nuestro era un pueblo muy pequeño y muchos preferían no salir a la ciudad con el coche si luego iban a beber.

Aparqué el coche en el aparcamiento. Después de comprobar que había estacionado bien, me bajé del auto y lo cerré con llave bloqueando todas las puertas. Me acerqué a paso rápido hasta la entrada, colgándome la mochila en la espalda, y, una vez llegué, me tiré sobre la espalda de Minho, enganchándome a él. Rodeé su cadera con las piernas y pasé los brazos por su cuello. Suerte para mí que mi mejor amigo había dejado su mochila entre sus pies sino no habría podido llevar a cabo mi cometido.

—¿Tienes complejo de koala ahora, June? —se rio Changbin mientras Minho me cogía de las piernas para que no me cayera. Era raro ver que el señor musculitos había llegado hoy con tiempo.

—Puede ser —le dije apretando mi agarre alrededor del cuello de mi mejor amigo, dándole un abrazo desde allí arriba—. ¿Cómo está Han? —le pregunté a Felix, quien me miraba con una gran sonrisa.

—Se encuentra mejor. Con otro día más de descanso estará como nuevo —confirmó como si fuera un médico dando el parte a un paciente. ¿Se había doctorado y yo no me había enterado de ello?

La campana de inicio de clases sonó antes de que pudiera responderle. Minho agarró su mochila del suelo, inclinándose levemente hacía delante y llevándome a mí con él. Felix abrió la puerta de cristal y dejó que su primo entrara primero conmigo todavía sobre él. Hice fuerza con las piernas para poder bajarme de su espalda, pero mi mejor amigo apretó el agarre de sus manos en mis piernas, impidiéndomelo. Tenía más fuerza de la que aparentaba, supongo que cursa el grado de deportes era el motivo de ello.

Escondí mi cara en el hueco de su cuello a medida que avanzábamos por el pasillo para que nadie me reconociera. Pude escuchar la risa de Minho ante mi intento de ocultarme. Como venganza por burlarse de mí, respiré lo más despacio posible en su cuello, provocándole cosquillas. Sabía que el cuello era su punto sensible, al igual que lo era el mío.

Cuando llegamos a la primera planta Minho me dejo bajar, por fin, al suelo. Corrí veloz hasta mi taquilla y la abrí buscando el libro de clase de piano. Lo agarré con una mano cuando lo encontré mientras que con la otra cerraba la puerta metálica. Coloqué aquella enciclopedia de más de quinientas páginas entre mis piernas mientras rebuscaba en el bolsillo pequeño de mi mochila el parche para el ojo. Me lo coloqué bien, tratando de que los cordones no me irritarán demasiado las orejas, y entonces me di la vuelta. Mis amigos me estaban mirando atentamente, algunos incluso con cara de disgusto. Siempre ponían esa cara cuando me cubría el ojo izquierdo.

—¿Qué miráis? ¿Acaso no tenéis clases? —les dije dándoles prisa—. Venga, cada uno a su aula ya ha tocado el timbre—me acerqué a ellos y agarré a Changbin por los hombros empujándole con fuerza mientras ponía rumbo a toda velocidad hacía la segunda planta.

Lo solté cuando llegamos a las escaleras y entonces corrimos, saltando de un escalón a otro. Llegamos a la planta superior y ambos nos metimos en la sala de investigación. Nos avisaron ayer noche por correo de que hoy nuestros respectivos profesores no podían venir a clase las primeras horas por lo que teníamos dos horas libres en la sala de ordenadores para poder adelantar nuestros deberes, trabajos o empezar a estudiar para los exámenes finales —aunque no entendía qué querían que estudiáramos si recién acabábamos de volver de las vacaciones de navidad y los exámenes no eran hasta mayo—.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora