Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte

Capítulo 12

Hyunjin

Salimos de la casa de I.N y esperamos a que este cerrara la puerta con llave antes de caminar en dirección a la entrada suroeste del bosque, justo por donde se llegaba hasta el punto de reunión de nuestra manada.

Innie todavía parecía no haberse recuperado del shock causado por el contenido de la caja. Aunque, a decir verdad, todos estábamos igual de afectados. No podía creer que le hubieran enviado aquel pequeño zorro despedazado. Aquello nos había cogido a todos desprevenidos. Pensábamos que el pollo que le habían enviado a Felix había sido solo una simple casualidad, pero esto demostraba que no era así. Las cosas se estaban tornando demasiado creepies.

La manada WolfGang parecía conocernos bien y saber cuáles eran nuestros apodos. Y para colmar todo aquello, la nota que habían enviado había conseguido que quisiéramos arrancarles la cabeza a todos los miembros de aquella endemoniada manada. Nadie se burlaba del menor del grupo. Iban a pagar por corromper las mentes de Innie y Felix.

Caminamos en silencio por la calle y vi como I.N no tenía siquiera fuerzas para moverse. Arrastró los pies por todo el pavimiento, hasta que llegamos a casa de June y no tuvimos más remedio que correr para que no nos viera. A veces era un problema que viviera tan cerca del bosque. Siempre debíamos ser precavidos de que no nos viera. No podía siquiera imaginar el interrogatorio al que nos sometería si nos viera adentrándonos al bosque. Por no hablar de que de seguro nos seguiría hasta allí, algo que no podíamos permitir obviamente.

Llegamos a la entrada de la extensa arboleada y miré por sobre mi hombro, comprobando que nadie nos veía ni nos seguía. Todo despejado. Así que seguimos caminando y nos adentramos en la maleza.

Nos detuvimos en el claro donde siempre nos transformábamos. Innie dejó en el suelo la gran mochila de deporte que llevaba sobre los hombros, donde guardaríamos toda nuestra ropa.

Nos desvestimos y guardamos todas las prendas de manera ordenada dentro de la bolsa. Era una suerte que nadie, a parte de los miembros de la manada, se internaran en los bosques. Sería un poco incómodo tratar de explicar que hacíamos seis chicos de universidad semidesnudos en medio del bosque un sábado por la tarde.

—¿No vas a transformarte Innie?

La pregunta de Felix llamó mi atención y vi como el menor, todavía completamente vestido, cerraba la bolsa y la acomodaba de nuevo sobre su hombro.

—No tengo muchas ganas. Solo caminaré —fue todo lo que dijo.

Se apartó de nosotros y nos dejó espacio para que nos transformásemos.

El menor tenía la mirada triste y todos sabíamos a que se debía.

Suspiré hondo y me concentré en visualizar la imagen de Khazan en mi mente. Un lobo mezcla de color dorado, marrón, negro y blanco. Siempre recordaba lo tanto que decían que me parecía a un pastor alemán, solo que, con los ojos amarillos, más grande y con grandes colmillos que podían perforar la piel de cualquier animal y persona.

Mis huesos empezaron a romperse y pronto caí sobre mis cuatro patas sintiendo como el suave pelaje abrazaba a mi piel. Abrí los ojos y los enfoqué en el menor del grupo.

<<Khazan, ¿te molestaría si Innie sube sobre nosotros y lo llevábamos hasta la casa de la manada?>> abrí la conexión interna con mi lobo.

<<Claro que no. ¿Quieres que se lo diga a su lobo?>>

<<Por favor>>

Corté la conexión y mi vista volvió a I.N. Khazan debía de estar hablando con Akira, el lobo del menor, en estos momentos. Los chicos tampoco parecían tener prisa por irnos, estaban estirando sus patas sobre la hierba seca.