Capítulo 14

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June

Las letras fluorescentes moradas de la discoteca Blueprint brillaban sobre el gran edificio mientras nosotros hacíamos fila en el exterior. Teníamos solo un grupo de cinco personas por delante de nosotros, por lo que no tardaríamos más que unos minutos en entrar.

Hacía bastante frío y el aire invernal no ayudaba demasiado con ello, y llevando solo mi corto vestido no tardaría demasiado en convertirme en un cubito de hielo.

Empecé a temblar al ver que el encargado de dejarnos pasar todavía no había salido del interior de la discoteca. Iba a demandarlos si cogía una hipotermia o una pulmonía. Aunque, teniendo en cuenta cómo iba vestida, tal vez era mi culpa por no haber cogido una chaqueta. Odiaba mi memoria olvidadiza.

La chaqueta estaba colgada en el mismo perchero del cual había cogido mi bolso. ¿Cómo no se me había ocurrido cogerla antes de salir por la puerta? ¿Y por qué ninguno de los chicos me lo había recordado tampoco?

Empecé a temblar con más violencia en el sitio. Si el segurata no salía en los próximos diez segundos iba a arrancarle la cabeza por dejar que me congelara aquí fuera.

Froté mis muslos entre ellos para darles también algo de calor. Mis piernas por lo menos estaban cubiertas por las medias, por lo que no sentía tanto frío. La peor parte, desde luego, se la llevaban mis brazos que estaban en contacto directo con el gélido aire de la noche. Me los froté con las manos, pero sentía que estas estaban igual de congeladas por lo que no conseguí mucho.

—Joder —me empezaron a castañear los dientes.

Me di la vuelta para ver si alguno de los chicos me dejaba acurrucarme contra él para conseguir algo de calor, pero algo se posó entonces sobre mis hombros y sentí un repentino calor arropándome. Hubiese gemido de placer si no supiera que eso llamaría la atención tanto de mis amigos como de los cinco chicos que había frente a nosotros.

Tenía una chaqueta negra sobre los hombros. Si bien no era de pelo o plumas, que era el material que más calentaba en invierno, esta paraba el impacto del aire contra mi piel desnuda. Miré fijamente a mi amigo y le agradecí con una sonrisa.

Pasé mis brazos por sus costados y lo rodeé mientras apoyaba mi cara sobre su camisa, tratando de no ensuciársela con el maquillaje que llevaba puesto.

—Sabía que te la dejarías, así que la he cogido del perchero antes de salir de casa —sus brazos rodearon mi cintura y me atrajeron hacía él.

Podía sentir un gran calor corporal salir de su cuerpo.

—Tu siempre cuidando de mí, pollito —le dije a Felix.

El nombrado apoyó su cabeza sobre mi coronilla y ambos nos quedamos en esa posición mientras escuchaba como nuestros amigos seguían hablando entre ellos.

En un momento capté algo de la conversación que los chicos delante de nosotros estaban teniendo y pude escuchar cómo nos nombraban e incluían la palabra novios en la misma frase. Me reí, pero la risa quedó ahogada ante la repentina ráfaga de aire que me sacudió el pelo y me hizo temblar entre los brazos de Felix, haciendo que este me abrazara con más fuerza.

Si bien Lixie y yo éramos muy amigos, y de pequeña me había sentido atraída por el inmenso mar de pecas que adornaban su hermosa cara y su voz grave, nunca se lo dije al chico, pues no quise romper nuestra amistad ni que cambiara su forma de ser conmigo. Todo quedó como unos bonitos sentimientos de una niña que siempre se había visto protegida por su amigo y ahora era como si fuéramos casi hermanos. Felix era el segundo en el que más confianza tenía después de Minho. Sentía una conexión con él que sobrepasaba los límites de familia. No podía encontrar las palabras justas para explicarlo.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora