Capítulo 2

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Felix

—¿Qué...? —las palabras de June murieron en su boca al ver que era yo quien estaba tras de ella, sujetando su mano.

El lobo tumbado en el suelo profirió un gemido lastimero y mi amiga volvió a fijar su vista en él. Yo también lo observé atentamente, reconociendo de quien se trataba por su pelaje oscuro y la marca con forma de triangulo de color blanco que tenía en la frente. Ryan. Uno de los chicos de nuestra universidad y miembro de la misma manada. Sabía que era él porque, en alguna ocasión, habíamos coincidido en el claro y, transformados en lobos, habíamos ido todos juntos hacia la casa principal.

<<Zar, trata de hablar con el lobo de Ryan. Pregúntale que les ha ocurrido>> abrí la conexión interna con mi lobo.

Solté la mano de June y ella, finalmente, la depositó sobre la cabeza de nuestro amigo, acariciándosela lentamente. Ryan cerró los ojos ante las reconfortantes caricias que estaba recibiendo.

Apreté la mandíbula con fuerza al ver como la vida se le escapaba lentamente de los ojos. ¿Quién habría sido tan hijo de puta como para herir a un chico tan amigable y sonriente como lo era él?

<<Felix, ha sido la manada WolfGang. Jet dice que se han colado en el territorio y los han atacado mientras corrían por el bosque de los alrededores>>. Jet era el lobo de Ryan. Zar y todos nuestros lobos tenían la cualidad de poder hablar entre ellos, incluso si nosotros seguíamos en nuestras formas humanas y el contrario estaba transformado. <<Me ha dicho que les han dejado un mensaje con ellos después de herirlos y desaparecer: tiempos oscuros están llegando y nadie podrá salvar a vuestra manada de nuestra destrucción>>

Apreté los puños a mis costados.

Nunca había entendido el odio que nuestras manadas se profesaban entre ellas, pero ahora mismo lo único que quería era asesinar a todos los miembros de esta por lo que le habían hecho a Ryan.

WolfGang era la manada del pueblo del norte y siempre había escuchado rumores entre nuestros miembros sobre su odio hacia nosotros por ser más fuertes que ellos y estar siempre preparados ante sus ataques. Ellos querían ser los únicos que reinaran en los alrededores de Winter Falls. Lo que no lograba comprender era como habían conseguido poner un pie en nuestro territorio si nunca lo habían logrado con anterioridad. Por ese mismo motivo, siempre había varios miembros de nuestra manada patrullando por todo el bosque que rodeaba nuestro pequeño pueblo, impidiendo así su paso a nuestros dominios.

Salí de la profundidad de mis pensamientos cuando vi como Ryan se relajaba ante las continuas caricias de June. Sus ojos se cerraron lentamente y ya no volvieron a abrirse de nuevo. Maldecí internamente.

Iba a aniquilar personalmente a aquella manada torturando a cada miembro, uno tras otro, por haber asesinado a mi amigo de esta forma tan cruel. Lo habían dejado desangrarse por la herida que le habían causado en lo alto de su cuello.

La mano de June tembló cuando la alzó de su cabeza al ver que ya no volvía a abrir de nuevo los ojos.

—¿Está...? —su voz se rompió y no fue capaz de acabar la frase.

Se me apretó el pecho al ver como June se preocupaba y se ponía triste por el animal, aunque ella no supiera que, en realidad, el lobo era un chico de su edad a quien ella conocía demasiado bien.

—No. Vamos. Abre los ojos —le decía a Ryan, deslizándose en la nieva para acercarse más a él.

June alzó la gran cabeza del lobo, apoyándola sobre sus piernas. Le acarició la peluda mejilla con sus dedos y yo desvié la mirada de la escena. No podía seguir viendo el cuerpo lobuno de mi amigo empapado en su propia sangre, tendido e inerte sobre el suelo.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora