Capítulo 9

210 26 3
                                    

Minho

En cuanto el timbre que indicaba el fin de la comida sonó, Han se llevó a June a su próxima clase mientras nosotros agarrábamos a Changbin de la chaqueta y lo sacábamos a rastras por las puertas de cristal de la cafetería hasta el patio de la universidad.

Nos ocultamos tras uno de los grandes pinos nevados, junto al campo de fútbol también todo cubierto por la blanca nieve, rodeando a Changbin. Este era el mejor sitio para ocultarse de los profesores que pasaran por allí para dirigirse a la salida de la universidad desde la cafetería. Cualquiera que nos viera pensaría que estábamos intimidando a nuestro amigo, aunque ese no fuera el caso. Solo queríamos preguntarle de forma amable si se había dado un fuerte golpe en la cabeza para haberle enseñado su tatuaje de la manada a June.

Changbin se encogió ante nuestra penetrante mirada. Podría tener el cuerpo más ejercitado de nuestro grupo y tratar de lucir siempre todo lo intimidante que quisiera, pero, en realidad, era el que con más facilidad se asustaba. Incluso Innie se burlaba de él por ser el más bajo siendo el segundo mayor y este no podía pelearse con el pequeño porque, siendo sinceros, el menor era el que más miedo daba de todos nosotros cuando se enfadaba —incluso conseguía superarme a mí en ocasiones—. Parecía que tenía escondida una personalidad oscura en su interior —algo que también podía ser consecuencia de su lobo, aunque tenía entendido por él que Akira era igual de tierno su portador—.

Dentro de nuestro grupo era mejor nunca meterse con June e Innie cuando se transformaban en sus versiones oscuras.

—¿Se te ha ido la cabeza? ¿Por qué le has enseñado a June la marca de la manada? —le pregunté mientras podía captar como toda la gente abandonaba la cafetería y se iban a sus clases.

Esta era una de las ventajas de ser hombre lobo y tener super oído.

—No lo sé. Me lo ha pedido y ninguno de vosotros estaba mirándome para poder pedirle que se inventara alguna excusa. Ya sabéis que lo de pensar en una solución al instante no es lo mío. Me ha pillado desprevenido y no sabía qué hacer, me tenía acorralado —confesó mientras se rascaba nervioso la nuca—. ¿Pero qué tiene de malo? Ya la vio cuando era más pequeña, que la vuelva a ver ahora no marcará ninguna diferencia. No sabe el significado real escondido tras él.

Changbin nos observó a todos, pasando la mirada de uno a otro. Todos empezaron a relajarse ante sus palabras. Me di cuenta entonces de que ninguno, a parte de mí, se había dado cuenta de lo que había ocurrido cuando June me persiguió por toda la cafetería.

—Se ha chocado con James cuando estábamos corriendo y le ha visto la marca en el cuello —Changbin se paralizó ante mis palabras, conectando los cables en su mente al instante. Los chicos empezaron a soltar palabras al azar. Todos estaban nerviosos—. Creo que se ha acordado de tu tatuaje y por eso te ha pedido que se lo enseñes —todos se quedaron repentinamente en silencio—. No podemos dejar que June sospeche que le estamos ocultando algo. No me imagino como podría llegar a reaccionar si se enterará de lo que somos y de que llevábamos, prácticamente, toda la vida engañándola.

Todos nos quedamos en silencio y nos sentamos sobre en el suelo, apoyando la espalda alrededor de todo el tronco del árbol y consiguiendo que la nieve mojara la parte trasera de nuestros pantalones. Sinceramente no me importaba eso. Y, además, ya era demasiado tarde para ir a nuestras clases, de seguro no nos dejarían siquiera entrar, y no me apetecía escuchar un regaño por parte de mi profesor de deportes.

Aproveché las dos horas que teníamos por delante para pensar algunas mentiras y excusas que añadir al cajón de todas las que ya le habíamos dicho a mi mejor amiga, todo por si le daba por ponerse a investigar la relación que había entre el tatuaje de Changbin y el de James que, conociéndola como lo hacíamos desde hacía tantos años, era de seguro que lo haría.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora