Capítulo 32

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Hyunjin

Los ojos de June observaron la gran luna llena que asomaba por uno de los agujeros del techo antes de observarnos de nuevo. O eso creo que hizo antes de que su cuerpo cayera desplomado en el suelo con un estridente golpe seco.

Todo a mi alrededor pareció detenerse.

Los coloridos ojos de June que todavía nos observaban perdieron su vida en cuestión de segundos. Su pecho se detuvo aun cuando la sangre no dejaba de manar de las grandes heridas en su clavícula.

El blanco jersey que vestía se pintó casi por completo de rojo y un inmenso charco escarlata se fue formando bajo su cuerpo.

Mis ojos debían de estar engañándome.

No podía ser que June estuviera muerta.

Peor aún. Que hubiese muerto frente a nuestros ojos.

Habíamos hecho tanto por protegerla. Le habíamos ocultado nuestro verdadero ser solo para que no ocurriera algo como esto, para evitar que se viera en vuelta en un mundo desconocido para ella. Pero lo único que habíamos conseguido con nuestros secretos había sido atraerla a la boca del lobo y conseguir que la mataran.

Tal vez nunca habíamos sido sus héroes tratando de protegerla del peligro, suponía que, a fin de cuentas, habíamos sido quienes le habían ocultado secretos y la habían conducido de forma inconsciente a su muerte.

Algo en mi pecho se me comprimió.

Me negaba a creer que June estuviera muerta. Era simplemente imposible.

Pero no había más que verla.

Su corazón y todos sus órganos se habían detenido debido al veneno que impregnaba nuestros colmillos.

Siempre nos habían advertido que un hombre lobo nunca podía marcar a un humano por este mismo motivo. La sustancia que nuestros dientes introducían en el sistema circulatorio de una persona normal les causaba un inmenso dolor y terminaba provocando el paro de todas sus funciones motoras, principalmente del corazón.

Y esa era una de las principales reglas de las manadas junto con la de no involucrar a humanos en nuestro mundo y la manada WolfGang acababa de romper dos de ellas en un par de horas. Ya no había nada que nos impidiera acabar con ellos.

El propio código de la manada lo indicaba muy claramente: aquellas personas que rompieran alguna de las reglas establecidas por nuestros ancestros serían expulsadas de la manada y posteriormente ejecutados.

Pero la manada WolfGang ya había firmado su propia sentencia de muerte en el momento en que decidieron secuestrar a nuestra amiga.

—¡JUNE! —el grito que profirió Han fue suficiente para hacerme volver a la realidad.

Observé a los chicos quienes se estaban levantando del suelo y los imité.

La muerte de June no sería en vano ni tampoco la dejaríamos pasar.

—¡MALDITO CABRÓN! ¡ACABAS DE FIRMAR TU MUERTE!

Minho no necesito ninguna señal ni que alguien le concediera permiso antes de levantarse del suelo a toda velocidad y pillar desprevenidos a los dos tipos que había junto a él, asestándoles a ambos un puñetazo en la cara.

Entonces sus pies corrieron veloces hacía donde se encontraba June.

El supuesto jefe de la manada WolfGang estaba relamiéndose los labios cubiertos por la sangre de nuestra amiga. Sus ojos negros estaban disfrutando de este momento como un niño disfrutaría de una piruleta.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora