Capítulo 25

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June

Me di la vuelta en mi cómoda cama. Arropándome más con las mantas que me cubrían.

Abrí los ojos de golpe al darme cuenta de ese dato. ¿Qué hacía yo en mi cama? ¿No estaba en el lago patinando con los chicos? Y, lo más importante, ¿yo no me había caído en el agua congelada del lago? ¿Cómo había llegado hasta aquí?

¿Había sido todo producto de mi inconsciente?

Me senté en el colchón, como un indio, y me palpé todo el cuerpo. Todo se había sentido tan real, era imposible que tan solo lo hubiese soñado. Me pellizqué el brazo para comprobarlo. Dolía. Vale, no estaba alucinando. Estaba en mi habitación, en mi cama.

Miré por mi ventana y vi que todavía era de día. Seguíamos estando a sábado, ¿verdad?

Saqué las piernas de debajo de las mantas y observé que todavía llevaba la ropa con la que había ido al lago. ¿Estaba en una especie de mundo paralelo? No entendía que era lo que había ocurrido. Tenía una especie de laguna mental. Mis recuerdos se acababan en el momento en que el hielo se rompía debajo de mí.

Me puse las zapatillas y me puse en pie. Antes de dar un paso para salir de mi habitación, me quedé congelada en el sitio.

Han, Innie y Felix estaban tirados en el suelo de mi habitación, durmiendo acurrucados entre ellos. ¿Qué hacían ellos aquí? ¿Y cómo habían entrado en casa? No quise darle más vueltas a la cabeza con preguntas para las cuales no tenía respuestas. Cogí dos de las mantas de mi cama y tapé a los tres chicos con ellas. Se veían muy tiernos durmiendo juntos.

Caminé haciendo el menor ruido con mis pies y salí de la habitación. Si el resto de los chicos estaban abajo y había alguno despierto esperaba que pudiera explicarme que estaba pasando porque mi cabeza no conseguía procesar nada.

Mi mente se había congelado en el momento de mi caída al lago, al igual que recordaba que mi cuerpo había estado ante el impacto del congelado líquido.

Estornudé levemente, sintiendo frío repentinamente. Me recorrió un escalofrío al pensar en que, cuando caí al agua y empecé a hundirme por el peso de mis patines, el único pensamiento que azotó fue mente fue que iba a morir congelada.

Una vez en la planta principal, me dirigí primero al salón. Changbin y Minho se encontraban estirados sobre el gran sofá, cada uno con la cabeza reposando en cada esquina. Mi mejor amigo estaba hecho una bolita, tapado hasta arriba con la manta mientras que Changbin, por otra parte, tenía esta enredada a sus pies. A veces me sorprendía la de vueltas que podía dar este último mientras dormía.

Cogí otra manta del sillón individual y se la eché por encima. No quería que ninguno de mis amigos se constipara.

Salí de allí en dirección a la cocina.

Todavía no había visto a Hyunjin. ¿Estaría él también durmiendo en alguna estancia de mi casa? No recordaba que hubiésemos quedado en organizar una pijamada. Algo estaba sucediendo y necesitaba que alguno de los chicos me lo contara todo.

Al llegar a la cocina me detuve en seco. Mi rubio amigo de pelo largo estaba sirviéndose un café en una taza. Lo observé fijamente desde la puerta, captando todos sus movimientos. Hyunjin debió sentir mi presencia porque dejó lo que estaba haciendo sobre la encimera y sus ojos se encontraron con los míos.

Primero pareció invadirlo el shock al verme frente a él, pero entonces su mirada se ablandó y sus labios formaron una gran sonrisa. No tuve tiempo suficiente para preguntarle si había sobrado algo de café para mi cuando su cuerpo se precipitó hacía el mío.

Caminando entre lobos | Stray Kids | Primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora