'Hora de Jugar'Y la feria ya estaba aquí en nuestro condado. Claramente todos estan alegres, el director nos pidió tomarnos a todos tres días de vacaciones, aunque yo le iba a pedir la semana pero no me arriesgue a qué luego dijera que no a nada de vacaciones.
La feria se quedaría por una semana y tres días, partían el lunes que viene más arriba del condado. Tendríamos demasiado tiempo para desestresarnos.
Mi mente estaba nublada en estos momentos la verdad, tenía a Sean detrás de mi. Estábamos en el vestidor de los hombres. Se suponía que bueno, había práctica hoy pero la habían cancelado cuando casi nadie había llegado al instituto, así que no se cómo Sean me convenció de entrar con él al vestidor.
Bueno si, había entrado por voluntad propia a los vestidores pero porque él me había mandado un mensaje diciendo que se sentía mal y luego termine encerrada con el aquí.
Mis muslos dolían ya que golpeaban con el mármol del lavamanos, seguramente la falda no tapara el rojo que deje esto. Mi mano se reafirmó en el espejo que se encontraba empañado por mi respiracion.
Sean con su mano me hizo inclinarme aún más sobre el lavabo luego ambas manos ejercieron una presión que me excito en mis caderas. Su pelvis seguía chocando con mi culo, una y otra vez, sin cansancio, teníamos que llegar rápido porque el conserje no iba a tardar en pasar a revisar todo aunque la puerta se encontraba con tranca el podría llegar a entrar con las llaves o escuchar.
Una de sus manos se colo dentro de mi camisa y tomo la punta de mi seno. Gemí. La pellizco bruscamente y casi chillo, gemí tan fuerte cuando llegue que Sean tuvo que tapar mi boca.
-Te has vuelto muy ruidosa, princesa.
Busco calmar mi respiración a como de lugar, sé que Sean aún no ha llegado por lo que lo insto a acabar moviento mi trasero, y así lo hace. Jadeo cuando el choca otra vez contra mí y de repente escucho un ruido. No puedo concentrarme mucho en el ruido porque Sean me desconcentra con los suyos y los que hace su cuerpo con el mío.
-Sean... ha-hay algui... en afuera. -susurro pero Sean no me presta atención.
¿En qué momento fue buena idea venir a, supuestamente, ayudar a Sean?
Agarro, instintivamente, la mano de Sean que se encuentra en mi cadera cuando lo siento tensarse, mi cuerpo reacciona otra vez, ¿tendre otro orgasmo? Mis paredes se aprietan y Sean sigue, sin contemplaciones, necesita liberarse y yo también, de nuevo.
Él se sacude y mis piernas tiemblan cuando lo siento llenarme, gimo y esta vez Sean no me cubre la boca por lo que intuyo que se escuchó afuera del vestidor.
Oh. Oh.
-¿Fue idea mía o te volviste a...?
Unos golpes en la puerta dejan a medias la pregunta vergonzosa de Sean hacia mi.
Sean se sale de mi interior dando dos pasos hacia atrás, se sube los pantalones y se dirige a la puerta. ¿Que mierda hace? Ni siquiera espera a que yo me arregle un poco.Voy a matarlo.
Corro hacia las duchas y me escondo detrás de una pared. Arreglo mi ropa y mi cabello, también mojó mi cara con agua de una ducha. Y cuando estoy medio presentable salgo de las duchas y hubiera preferido no haberlo hecho.
¿Porque de repente siento pena?
No bajo la mirada, aunque se que definitivamente mis mejillas deben estar rojas pero diremos que es por la acción de ahora.
Él nos mira consecutivamente, estoy en shock y Sean parece estar como si nada, como si el no estuviera aquí y que casi nos pilla teniendo relaciones.
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Juliette Langston ©
AléatoireTodo tuvo un inicio... La muerte de su madre, Kristen. Desde ahí todo comenzó a cambiar. Pero hubo un segundo y contundente inicio que la llevo a investigar por su propia cuenta lo que sucedía en el condado. La muerte de su mejor amigo, Henry. Ju...