27. Verdades.

5 1 0
                                    


‘Verdades’

No sabía que pensar.

Desde ayer no había dicho palabra alguna.

Me sentía débil.

Por primera vez en mi vida quería morirme.

Estaba hambrienta.

Tenía sueño.

Olía horrible.

Sam no dejaba de verme con desprecio como si yo le hubiera hecho algo.

A toda reina se le acaba su reinado algún día. Me dijo.

Dylan, sin aún conocerlo muy bien fue el que más me dolió, me dolió ese giro que tomo esto porque nunca se me pasó por mi cabeza que él fuera así. Sabía que estaba arrepentido por tenerme en esta situación se le notaba en la mirada pero no hacía nada.

A Jair... a él no lo había vuelvo a ver desde ayer, desde... desde que se fue...

Dolía recordar eso, dolía más no saber si el iba a volver e iba a volver a vio... me asustaba. Me aterraba. No podía dormir, ni siquiera cerrar mis ojos para descansarlos porque me asustaba quedarme dormida y que el apareciera a mi lado o también porque al cerrarlos lo primero que viene a mi mente era aquello.

Repito en mi cabeza por milésima vez que quiero morirme.

—¡Hora de comer!  —el grito de Sam me asusta.

Enciende mis alarmas y entonces me pegó más contra la pared y me arropó, con una sábana que huele horrible, la mitad de mi cuerpo.

La puerta se abre y ella entra, la deja abierta y la luz tenue del foco brilla.

—Aqui tienes tu comida, princesa, te la mando Jair, te manda saludos y muchos besos.

No digo nada.

Siento asco y ganas de vomitar.

Sam se agacha a una distancia prudente de mi y deja la comida en el suelo.

—Puedes meterte esa comida... ya sabes dónde

—Ah, entonces si hablas. Pensé que habías quedado muda despues de lo de ayer.

—Muda vas a quedar tu cuando estés muriendo, perra.

Sam sonríe despreocupada.

—Ya veremos, Jul.

Me arrastró hasta el paquete de comida que ella dejo en el suelo y abro la bolsa, y antes de que ella salga de la habitación cojo lo que sea que haya en el vaso de cartón y se lo tiró. Claramente, se esparce el contenido en toda su parte trasera.

—Tu te lo búscate, Jul.

Me pongo de pie rápidamente porque yo sin pelearle a esa perra no voy a caer.

—Nunca te hice nada, siempre me la llevé bien contigo, me prohibieron tocarte y así me pagas...

Camina hacia mi.

—¿Cómo? ¿Apuñalandote por la espalda? —sugiero irónica —¿Asi no es como hicieron ustedes? ¿Así no es como ustedes me tienen aquí? Tengo muchas cosas más en mente para hacerte y hacerlos pagar, Sam. No crean que van a salir sanos de aquí, perra.

—Tu te lo buscaste, Jul.

—Tu también, perra.

Ella se abalanza contra mi pero soy más rápida y la esquivo tomándola del pelo y empujándola contra la pared.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 28, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Juliette Langston © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora