1. Primera Muerte.

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‘Primera Muerte’

Desperté con una sensacion rara, me sentía triste y melancólica. Tenía ganas de llorar.

¿Eso provoca el último de secundaria? No sabía, pero de lo que si estaba segura es que nada ni nadie arrunaría Mi año.

Me levanté, me bañé, me puse una ropa adecuada, con adecuada quiero decir una falda y una blusa de mangas cortas, mis tenis, mi bolso y listo.

Bajo y me topo con mi padre, que está como siempre corriendo porque se le hace tarde ir al trabajo es: jefe de policía de Haverford, Delaware.

—Mi amor ¿te vienen a buscar, cierto?

—Si pa', no hay problema, puedes irte tranquilo —dejo un beso en mi cabeza y salió por la puerta corriendo, si ese es mi papá cada mañana.

Tomo mi teléfono para llamar a Jair, pero no responde, maldito hijo de... mejor me callo.

Una bocina resuena por toda la casa, salgo corriendo vale decir que voy tarde, entro hecha furia.

Le mando una mirada rabiosa —¿Que?

—¿Como que, que? pedazo de basura, mira la hora que es, se supone que tengo que llegar antes que todos. Necesito arreglar unos asuntos para el baile de bienvenida. Y tú llegas a esta hora. Será mejor que conduzcas como flash si no quieres que te haga reprobar todas las materias.

—No puedes hacer eso —alegó.

Sonrío maliciosa —Oh, claro que sí puedo, soy la presidenta puedo hacer de todo. —veo el miedo en sus ojos. Y pone en marcha el auto, luego de varios minutos que parecieron segundos.

—Llegamos —frena en seco.

El nombre en piedra del instituto se ve apenas pones un pie en la calle: Haverford High School.

Apenas entró al instituto, los chicos del periódico estudiantil se acercan a mi.

—Por amor a Dios ¿viste la hora? —me regaña Sam y me enseña su reloj.

—¿De quién será la culpa? —digo, mirando a Jair —Ya estoy aquí.

Les expliqué algunas cosas que tenían que hacer, y sobre que teníamos que escribir este año.

—Reunión a las dos no se les olvide. —me aleje, pero el equipo de porristas me intersecto.

—Lindas ¿cómo están hoy? —dije entusiasmada.

—Mal —dijo una

—Horrible. —dijo otra.

—Peor que todo eso —dijo otra.

—¿Que paso? —pregunté.

—¿El director no ha hablado contigo? —fruncí mi ceño, y negué.

Por favor Dios, no empecemos con las malas noticias.

—Mejor habla con el. —sugirió Amanda la chica que me cubre, su co-capitana.

—Reunión a las tres. —les avise.

Me alejo dejándolas atrás, enseguida el equipo que está encargado de decorar para el baile de bienvenida que es este sábado, me ataja.

¿Acaso no puedo caminar en paz?

—Juliette ¿que son estás horas? —esta vez es Clará la que me regaña.

—Chicos, les envié por el correo como sería la decoración y vestimenta de este año, nos encontramos a la una en el salón grande —expliqué —Ahora no tengo tiempo, tengo que ir a hablar con el director.

Juliette Langston © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora