18. Provocación.

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'Provocación'

Me tiró en la gran cama que tengo aquí en la casa Wright y la verdad no entiendo cómo es que están comoda.

Iba a quedarme en la habitación de Henry pero luego no quise porque sé que tengo que dejarlo ir, y aferrarme a toda hora a sus recuerdos me comenzaba a doler.

No he podido buscar nada en la casa porque sus padres ahora pasan aquí junto a Hall y los criados, se me han complicado las cosas.

En algún momento tendrá que pasar algo que pueda ayudarme a buscar algo en la casa.

Suspiro y sigo con la mirada en el techo.

Aún sigo con la cabeza en la cabaña y las cosas que faltan de Henry es como si alguien tratará de esconderlas o peor aún esconder cualquier rastro de él y de su existencia.

No sé que sucede.

Me levanto de la cama y miro mis manos y mi brazo derecho, me paro frente al espejo y lo miro, las quemaduras no fueron graves pero aún así dejaron marcas y ampollas grandes que al paso de estos días han ido mejorando.

Mi muñeca izquierda fue la más lastimada de mi cuerpo debido a que se expuso más al fuego, según el doctor fue una quemadura de segundo grado y es la que más se ha demorado en sanar y creo que quedará alguna cicatriz.

Escucho en la lejanía las sirenas de una patrulla lo que hace que me ponga un buzo manga larga ya que me encontraba en una camisa básica.

Bajó las escaleras rápidamente, mi mirada se encuentra con la figura de papá que terminaba por colocarse su respectivo chaleco.

—¿Que ocurre, papá?

Veo a Hall salir por la puerta que está a un lado de la cocina y detrás de él viene Jair nada nuevo, está semana Jair ha pasado demasiado tiempo en esta casa.

Papá se acerca a mi, mirando discretamente hacia donde Jair. Alzo un poco mi rostro para observarlo directamente a los ojos.

—Otra muerte, Jul.

Evitó llevar mi mano a mi frente para masajearla. Papá se aleja de mi y se detiene en la puerta de la casa, se despide en voz alta y sale, no dudo en seguirlo.

La patrulla con las luces de colores encendidas y haciendo el típico ruido se aparca en la entrada de la reja, papá no se ha dado cuenta que yo voy detrás de él.

Solo se percató de mi presencia cuando abrí la puerta del auto para subirme, él abrió su boca para decir algo pero entre rápido, escuche como suspiro y luego entro cerrando un poco fuerte.

Mi mirada se encontró con la del otro policía que estaba manejando por el retrovisor por segundos.

Nos mantuvimos callados todo el camino, el cual se hizo corto porque el policía conducía rápido. Fruncí mis cejas al ver la dirección por la que iba; al instituto.

—¿Porque vamos al instituto?

—Porque ahí es donde encontraron a la persona muerte, Jul.

Definitivamente este año es el peor de todos.

¿En serio no puede estar ni una semana en paz?

El otro policía no alcanzo ni a estacionar el auto cuando papá salió corriendo de el, mientras yo lo seguí detrás, las personas estában amontonadas en la entrada del instituto, ví a las chicas del equipo de porristas apartadas de los demás. Ellas venían porque habíamos quedado en ensayar para el próximo partido. Me relaje cuando las ví a todas.

Juliette Langston © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora