24 | His story

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.:. CHAPTER TWENTY FOUR .:.
( SU HISTORIA )

Los gritos de Harry habían afectado de cierta manera su convivencia diaria

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Los gritos de Harry habían afectado de cierta manera su convivencia diaria.

Hermione y Emma comenzaron a evitar la sala común, refugiándose en la biblioteca. Cuando se aburría de estar allí encerrada, Emma se encontraba con el cuarteto de Slytherin para pasar el rato.

Las clases comenzaron poco después de año nuevo, cuando los alumnos comenzaron a regresar. Lo último que deseaba nadie una mañana de enero era pasar dos horas en una fila en el patio, pero Hagrid había encendido una hoguera de salamandras, para su propio disfrute, y pasaron una clase inusualmente agradable. La primera clase de Adivinación del nuevo trimestre fue mucho menos divertida. La profesora Trelawney les enseñaba ahora quiromancia y se apresuró a informar a Harry de que tenía la línea de la vida más corta que había visto nunca.

Harry extrañaba mucho a Emma, y se arrepentía muchísimo por haberle hablado de esa forma. Extrañaba pasar tiempo con ella, hablar, tomarla de la mano, o simplemente estar en silencio con ella en la sala común. Pero no encontraba la oportunidad para disculparse.

Emma también extrañaba a Harry, pero la forma en que les habló, a ella y a Hermione no fue la mejor. Y no tenía pensado dejar sola a su mejor amiga cuando más la necesitaba.

Ambas chicas iban caminando por el pasillo hacia el Gran Comedor, detrás de Harry y Ron.

—Aún parece enfermo, ¿verdad? —escucharon decir a Ron—. ¿Qué crees que le pasa?

Hermione hizo un «chist» de impaciencia, mientras se sentaba a los pies de una armadura para ordenar su mochila, la cual parecía estar a punto de explotar. Emma se agachó para ayudarla.

—¿Por qué nos chistas? —le preguntó Ron irritado.

—Por nada —dijo Hermione con altivez, echándose la mochila al hombro, mientras Emma se ponía de pie.

—Por algo será —dijo Ron—. Dije que no sabía que le ocurría a Lupin y tú...

—Bueno, ¿no es evidente? —dijo Hermione con una mirada de superioridad exasperante.

—Deberían dejar de hablar de el profesor en los pasillos —susgirió Emma en voz baja, incómoda por la mirada de Harry en ella. Era la primera vez que se sentía incómoda por eso.

—Si no nos lo quieren decir, no lo hagan —dijo Ron con brusquedad-—. Siempre las dos se cuentan todo, seguro Emma te convenció de defender a su padrino.

—Vámonos —dijo Hermione, llevándose a Emma por el brazo. Sabía muy bien que ella en ese momento no estaba para escuchar esas cosas.

—No lo saben —dijo Ron, siguiendo a las chicas con la mirada—. Sólo quieren que les volvamos a hablar.







Emma y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora