14 | Miss potter

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.:. CHAPTER FOURTEEN .:.
(SEÑORITA POTTER )

Cuando Harry y Emma iban de regreso a la sala común a causa de la noche que comenzaba a caer, una voz los hizo detenerse a mitad del

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Cuando Harry y Emma iban de regreso a la sala común a causa de la noche que comenzaba a caer, una voz los hizo detenerse a mitad del

—¿Harry? ¿Emma? —Los nombrados se voltearon para ver de quién se trataba, encontrándose con el profesor Lupin, que los miraba desde la puerta de su despacho—. ¿Qué hacen? —les preguntó Lupin—. ¿Dónde están Ron y Hermione?

—En Hogsmeade —respondió Harry.

—Ah —dijo Lupin. Observó a Harry y a Emma un momento—. ¿Por qué no pasan? Acabo de recibir un grindylow para nuestra próxima clase.

—¿Un qué? —preguntó Harry.

—¿En serio? —preguntó a su vez la castaña con emoción.

Entraron en el despacho siguiendo a Lupin. En un rincón había un enorme depósito de agua. Una criatura de un color verde asqueroso, con pequeños cuernos afilados, pegaba la cara contra el cristal, haciendo muecas y doblando sus dedos largos y delgados.

—Es un demonio de agua —explicó Lupin, observando el grindylow ensimismado—. No debería darnos muchas dificultades, sobre todo después de los kappas. El truco es deshacerse de su tenaza. ¿Se dan cuenta de la extraordinaria longitud de sus dedos? Fuertes, pero muy quebradizos.

El grindylow enseñó sus dientes verdes y se metió en una espesura de alga que había en un rincón.

—¿Una taza de té? —ofreció Lupin, buscando la tetera—. Iba a prepararlo.

—Bueno —aceptaron ambos chicos a la vez.

Lupin dió a la tetera un golpecito con la varita y por el pitorro salió un chorro de vapor.

—Siéntense —dijo Lupin, destapando una caja polvorienta—. Lo lamento, pero sólo tengo té en bolsitas. Aunque me imagino que estarán hartos del té suelto.

—¿Cómo lo sabe? —preguntó Harry.

—Me lo ha dicho la profesora McGonagall —explicó Lupin, pasándoles a Harry y a Emma una taza descascarillada—. No les preocupa, ¿verdad?

—No realmente —respondió Emma.

Emma comenzó a tomar su té, pensando en que pasaría ahora. Harry ahora… bueno, era su novio. La verdad no le preocupaba mucho lo que diría su padre, tal vez molestaría a Harry por un rato, pero se le pasaría. La reacción de su madre la tenía calmada, probablemente haría un pequeño drama y le daría la charla, pero nada más que eso.

La voz del profesor Lupin la hizo salir de sus pensamientos.

—¿Estás preocupado por algo, Harry?

—No —mintió Harry. Sorbió un poco de té y vió que el grindylow lo amenazaba con el puño—. Sí —dijo de repente, dejando el té en el escritorio de Lupin—. ¿Recuerda el día que nos enfrentamos al boggart?

Emma y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora