29 | The victory

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.:. CHAPTER TWENTY-NINE .:.
( LA VICTORIA )

Las vacaciones de semana santa no resultaron lo que se dice relajantes

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Las vacaciones de semana santa no resultaron lo que se dice relajantes. Los de tercero nunca habían tenido tantos deberes. Neville parecía encontrarse al borde del colapso nervioso y no era el único.

—Si no llego a pasar reprobare y probablemente tenga que... No, no. Piensa en positivo. Todo saldrá bien... todo estará bien...

Emma se encontraba sumamente nerviosa. Más nerviosa como nunca en su vida. O bueno, probablemente era la segunda vez en donde se sentía así de nerviosa.

La castaña caminaba sin parar en la sala común.

—Emma —comenzó a llamarla Harry—, Dai... amor.

Emma sólo logró quedarse quieta con eso que Harry acababa de decir. Era la primera vez que la llamaba así.

—¿Qué?

Amor —volvió a repetir Harry, tomándola de las manos—. Por que si, tú eres eso. Ahora, tranquilizate, eres una excelente estudiante. No tienes porque preocuparte.

—¿T-tú me l-llamaste am-mor?

—Sí —respondió Harry, sonriéndole. Realmente era algo que se le había escapado. Siempre la llamaba así en su cabeza, pero ese día al verla tan nerviosa se le escapó.

Emma se apoyó en el hombro de Harry.

—Todo saldrá bien... —suspiró una vez más—. Gracias. Te quiero demasiado.

—Yo también —dijo Harry, abrazándola.

Pero Emma no era la más nerviosa en su curso. Hermione estaba llena de trabajos y además estaba sumamente nerviosa. Aún sin Adivinación, cursaba más asiganturas que ningún otro. Normalmente era la última en abandonar por la noche la sala común y la primera en llegar al día siguiente a la biblioteca. Tenía ojeras como Lupin y parecía en todo momento estar a punto de echarse a llorar.

Ron, al ver el estado de sus dos amigas, comenzó a encargarse de la apelación en el caso de Buckbeak. Cuando no hacía sus propios deberes estaba enfrascado en enormes volúmenes que tenían títulos como Manual de psicología hipogrífica o ¿Ave o monstruo? Un estudio de la brutalidad del hipogrifo. Estaba tan absorto en el trabajo que incluso se olvidó de tratar mal a Crookshanks.

Harry, mientras tanto, tenía que combinar sus deberes con el diario entrenamiento de quidditch, por no mencionar las interminables discusiones de tácticas con Wood. El partido entre Gryffindor y Slytherin tendría lugar el primer sábado después de las vacaciones de Semana Santa. Slytherin iba en cabeza y sacaba a Gryffindor doscientos puntos exactos.

Emma y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora