Adiós: Edward Delevingne

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No, no.

Ed, tienes que mantenerte cuerdo. No puedes dejar que ellos te vean así.

Se acababan de llevar a Madeline en camilla cuando mi padre me había dedicado una mirada feroz.

No dije nada, pero pude sentir como mi rostro se armaba de una mueca sin permiso. No lo había controlado. No lo podía controlar en lo absoluto.

—Ella está bien—Su padre había murmurado para el mismo—. Ella siempre hace esto, siempre sale librada. Ella es inteligente, solo es uno de sus dramas—Oh, como odio a ese tipo.

Linda se acercó y me analizó con su ceño fruncido.

— ¿Me puedes decir que paso?—Espeto, con sus manos en la cintura—Los culpan de homicidio y luego ella se desmaya.

—Todo es tu culpa—La miré con cara de asco—. ¿Por qué nos llamaste y nos dijiste que ya se había cometido el homicidio cuando no era así?

— ¿De qué estás hablando?—Su cara decía ‹‹No vas a poder probar eso›› Pero claro que si—. Estás loco, jamás te llamé

—Tengo el registro, idiota.

—Robaron mi celular. Hoy por la mañana—Su cara me decía que había sucedido todo lo contrario—Yo nunca te llamé.

—Recuérdame como es que eres novia de Gabe—A comparación de Gabe, ella era fría y arrogante con quien quería.

—Porque soy más lista que todos.

Por el rabillo del ojo, veía a Gabe llegar y caminar hacia nosotros.

—Amigo...—Se acercó a mí y me abrazo fuerte. Linda tuvo que hacerse a un lado para que el pudiera pasar—. Lamento tanto todo esto. Mi más grande pésame, si pudiera hacer algo por ti...

Me zafé de su agarre. — No hay nada que puedas hacer... me culpan a mí de su muerte.

—Lo se... Yo declaré la verdad, lo juro—Levantó sus manos en forma de defensa.

Sacudí la cabeza.

—No tienes que sentirte culpable... de seguro mi padre lo arregla—Él se volvió hacia Linda y le dio un beso rápido en los labios.

Pude ver a Negro a distancia y eso no me impedía ver su cara de enojado por la escena.

Tengo que ver a Madeline.

Papá me acompañó hasta la puerta de la habitación donde se encontraba Madeline. Me dijo:

—No la alteres, los doctores dicen que sufrió un ataque de estrés y tiene la presión muy alta.

Y luego desapareció.

A través del cristal ubicado en la pared, pude ver que ella jugaba con la pequeña manguera encajada en su vena.

—Hola—Dije en cuanto cruce la puerta. Ella desvío su atención de la manguera y me sonrío.

—Hola—Se veía dulce—Adivina que es lo que descubrí—Le respondí con un simple ‹‹ ¿Qué?››

—Ayer fueron asesinados un par de personas en un callejón de Nina—Sacó su teléfono desde las sabanas y me mostró las últimas noticias a través del navegador.

‹‹Ayer en la noche, alrededor de las veintidós horas y las dos horas, un par de jóvenes fueron asesinados tras el edifico central de comunicación en la ciudad de Nina.

El mismo día de hoy, la temeraria Elizabeth York fue asesinada al salir del club campestre junto a Margareth Montes, su acompañante y amiga.

Las dos muertas.

Se rumora que un nuevo asesino ronda las calles de Nina como ocurrió hace ya veinte años. Si es así... la masacre regresa.

Solo es cuestión de tiempo››

—Solo es un rumor—Me alejo de ella y me siento en el sofá frente a su cama—. Puede haber sucedido cualquier cosa, solo es curiosidad—Aunque en el fondo, pienso que hay algo raro en esto. No puedo hacérselo ver.

—Quien sabe—Me guiñó—. Yo pienso que hay algo raro en todo esto, y no tenemos nada que ver, te lo aseguro.

Cambia de tema.

— ¿Por qué te desmayaste?

—Dicen que tengo anemia.

Bueeno.

— ¿Y lo dices tan a la ligera?—Me sorprendió en ella.

—Si. Mientras más cerca este mi muerte, mejor. No quiero estar aquí para lo que viene.

— ¿Y qué es lo que viene?

—Ya te lo dije,

—Por dios, Madeline—Por un momento pensé que ella era más astuta. Más inteligente—. Esa "Masacre" ocurrió hace mucho tiempo y que yo sepa, atraparon al asesino. No puedes estar creyendo eso.

Ella se exaltó.

—Tienes que creerme, Ed... ellos van a venir y nos van a asesinar a todos—Su tono era tan duro y rígido.

— ¿Cómo sabes que son ellos?—Ella sabía algo que yo no y lo quería saber.

—Tú y yo sabemos bien quienes son.

—Pues, no lo sé.

—Deja de hacerte el estúpido, puede que con todos seas el tipo normal e inteligente, pero conmigo eres quien verdaderamente eres porque... somos iguales.

—Claro que no somos iguales. ¡Tú te perdiste tres años de tu vida disfrutando de un spa con algún enamorado tuyo mientras yo estaba aquí buscándote! ¡Llorándote hasta el cansancio! ¡No pude ver a nadie más como un desconocido o un amigo por ti!

—Yo no te pedí que hicieras eso.

—Yo no te pedí permiso para obsesionarme contigo. Te esperaba a todas horas, sabiendo que nunca aparecerías, sin embargo ¡Te esperé! ¿Y me dices que soy un idiota?

—Nosotros hacemos esto, Ed. Estamos destinados a sufrir hasta morir. Somos iguales y no podemos estar juntos.

—Define "Juntos"

—Sabes a lo que me refiero.

—No.

— ¿¡Qué es lo que quieres de mí!? —Me preguntó de repente.

—Te quiero ¡A ti! ¡A nadie más! Todo lo que eres tú y tus problemas de ira, tu inteligencia y tu locura.

— ¡Yo no estoy loca!

— ¡Yo tampoco lo estoy! Solo somos más inteligentes que los demás y ellos nos envidian.

—Por eso dicen que estamos locos.

Nos quedamos en silencio por un momento. Solo nuestras respiraciones agitadas por los gritos.

— ¿Qué vamos a hacer?—Murmuró

—Tenemos que salir del laberinto.

—Necesitamos trabajar los dos juntos para que esto sea posible.

— ¿Lo vamos a hacer juntos?—

—Claro.

— ¿Y después qué?

—Vamos a huir.


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