American Oxygen

Encadenado: Madeline York

Cuarto días después de la muerte de mi madre.

Cuatro días después de la muerte de la madre de Ed.

Hospital general de Nina.

Laboratorio principal.

Ocho horas después de mi alta.

10° C

Desde que estaba encadenada a este hospital, han estado sacando miles de litros de mi sangre. Hasta la fecha no habían encontrado nada fuera de lo común, pero por si las dudas.

Papá me esperaba afuera en su coche. Sus pesadillas habían comenzado, según me había dicho Linda. Ella también tiene unas ojeras terribles.

—Ya estoy aquí— Me ubique en el asiento trasero mientras Linda estaba en el copiloto.

— ¿Cómo salieron tus análisis?—Papa comenzó a arrancar el coche mientras observaba a todos lado en busca de algún coche que lo ayudara a suicidarse.

—Bien. Hoy me realizaron los últimos, pero... no sé cómo saldrán esos.

—Te perdiste el velorio de mama—Comentó Linda.

—Lo sé.

Nos quedamos en silencio antes de que papá y Linda compartan una mirada.

— ¿Qué relación tienes con Edward Delevigne?—Papá me preguntó con la mirada fija en la carretera.

—Es mi amigo... ¿Por qué?

El suspiró antes de hablar.

—Ayer fue internado en una clínica de rehabilitación. Su padre lo encontró en su apartamento hecho un desastre y el trató de cortarse las venas. Se quería suicidar—Tragó saliva. Él no me había ido a visitar al hospital desde la última discusión—. Su padre dijo que ya había notado comportamiento extraño en él. Era muy posesivo y se alteraba por todo—Él no puede estar ahí. Todo se fue al bordo. No puedo hacer nada sin él.

Afortunadamente, papa quiso llevarme con Ed. No le pareció la idea, pero conmigo nada se puede.

El papá de Edward estaba conversando con un doctor desconocido antes de vernos por los pasillos. El desvió su total atención del señor con bata blanca y me observó con el ceño fruncido.

— ¿Dónde está?—Espeté.

—En Análisis. No podemos verlo hasta que esté en su habitación. Están tratándolo.

— ¿Por qué el progreso tarda tanto? Hace horas que está aquí, según sé—Esto se está yendo por la borda.

—Su caso es extraño. Hace mucho tiempo que no tenían algo parecido—Por su tono al decir las palabras, me di cuenta que estaba reteniendo las lágrimas.

—Lo siento—Traté de ser amable—. La muerte de la persona que amaba y ahora esto con su hijo... no sé cómo usted sigue adelante—Supongo que Ed heredó eso de él. El nunca, nunca se había rendido y nunca lo haría. Es exactamente eso lo que él no hace.

—No interesa. Margareth ya no me amaba y predecía eso de Ed desde hace tiempo—El continuo hablando con el doctor mientras Linda caminaba hasta llegar hasta mí.

El hospital estaba como cualquier otro. Pensé un momento en que era horrible y terrorífico, pero por lo que he visto... está muy limpio.

Limpio.

Limpio.

Esas palabras resonaron en mi mente hasta que Linda me tocó el hombro.

— ¿Cómo sigue?—Suspiró. Aun me pregunto porque es mi hermana. No nos parecemos en nada.

La única similitud son los irises tan azules y la piel blanca. Pero para ese momento, yo la tenía más aceitunada.

—Sigue en Análisis. Su padre está muy mal.

—Se nota—Se calla un momento—. ¿Y tú?

— ¿Yo qué?—Me giré hacia ella—. Sigo en Shock por todo esto. ¿De verdad resultó tan mal ante la muerte de su mamá?

Linda me tomó del brazo bruscamente y me alejó de las únicas dos personas que podrían habernos escuchado.

—Vamos, Mad... Tu y yo sabemos bien que él ya tenía este problema—Su tono era desafiante a comparación de unos segundos antes.

—Tal vez—Suspiré mirando hacia el suelo—. Tal vez no. No lo conocemos lo suficiente.

—Gabe si... y él me dijo que Ed ya tenía un problema de conducta desde que nos conocimos todos. ¿Te acuerdas? Tú y el tenían como diez años, creo.

—Sí y Tu dieciséis. Muy grande para Gabe de once, por cierto.

Ella bufó. —SI bueno. No estamos discutiendo por eso.

—Sabes—La miré—. No quiero seguir hablando de eso.

Había pasado ya bastantes horas como para que no nos dejaran verlo. Mis pies y piernas cesaron y se derrumbaron en el suelo. Linda se había hartado y había regresado a casa por su cuenta.

Yo tenía que verlo.

Si mis cálculos no fallaban, Gabe se divisó entre el pasillo a las veinte horas de la noche. Su abrigo se extendía a causa del aire girando alrededor del mientras caminaba.

Tenía barba. No se ducho.

—Hola—Se tumbó a mi lado mientras seguía mi vista hacia donde el padre de Ed estaba—. ¿Cómo está el?

—No hay datos de Ed todavía. Su padre está luchando por no entrar en un estado de desesperación.

— ¿Y tú?—Preguntó después de un rato.

—No merece estar ahí.

—Podemos hacer algo para tener informes.

— ¿Qué?—Me giré hacía el.

—Escabullirnos entre los informes y los expedientes.

Lo miré.

Gabe sabía perfectamente cómo hacer un sabotaje. Lo recuerdo en los días de secundaria cuando entró al laboratorio de ciencias avanzadas y altero los químicos de los frikis. Fue épico. También cuando cambio las bebidas de los deportivos por enjuague bucal. Él sabía perfectamente entrometerse en lugares prohibidos y no dejar rastro.

Caminábamos hacía la sala de espera donde preguntamos agradablemente a la enfermera que si podían darnos datos de Edward Delevigne. Ella respondió con un agradable ‹‹Todavía no podemos darle datos›› Entonces, siguió el plan de Gabe.

Esperamos hasta que ella tomara su tabla de metal y se fuera de su lugar de trabajo. Gabe buscó entre la computadora y yo entre los archivos en físico que se encontraban en carpetas. Hasta que...

MADELINE YORK.

Trastorno explosivo intermitente

Diagnosticado a la edad de seis años.

Síntomas: estrés, agresividad, piromanía, , entre otras.

Tratamiento: mezcla de y tratamiento farmacológico.

Notas: Decaída a los diecinueve años de edad. Secuestro prolongado y trastorno.

—Lo encontré—Susurró Gabe a unos centímetros de mí. Doble la hoja y la metí en el bolsillo trasero del pantalón.

— ¿Qué dice?

EDWARD DELEVIGNE

Trastorno explosivo intermitente

DIAGNOSTICADO A LA EDAD DE DIESINUEVE AÑOS.

SINTOMAS:

.....

DIAGNOSTICO: Psicópata fase tres.

Notas: no tratamiento. Estadía por un tiempo prolongado de diez años.

—Mierda...