Marca los pasos: Cronos

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Había llegado el baile.

Durante las semanas pasadas, yo me dediqué a la propuesta y a comenzar a comer, ya que desde el inicio era mínimo la comida que nos daban. Madeline la pasaba sedada y lo menos cuerda posible como para hablar con ella; Se la llevaban muy temprano de la habitación y la regresaban tarde. Incluso una vez ni durmió en su cama.

Nos habían dado 30 minutos para arreglarnos para la "celebración". El vestuario consistía en un traje clásico; Pantalón de vestir negro con saco, zapatos y corbata del mismo color, camisa y antifaz sencillo blanco.

Para describir, casi nadie de nosotros sabía colocarse la corbata.

—En esos momentos donde la mujer tiene que estar presente—Murmuré.

Un chico tuvo que ayudarnos a todos—veinte—para poder tener las corbatas hechas.

—¿Dónde aprendiste?—Le pregunté mientras me dejaba inmóvil para poder hacer su trabajo. Fue ahí cuando descubrí que era oriental.

—Mi madre trabaja en la casa de los Hood... sirvienta. —Su respiración era agitada. Tenía a muchos a quien ayudar.

—¿Nada más?

—Gabriel es mi padre, pero nadie lo sabe. Ella es oriental y el americano... al final salí yo.

Terminó con su nudo y continuó con el de lado.

Mientras me colocaba los guantes blancos le hablé a un chico.

—¿Sabes que estuvieron haciendo todo este tiempo sin mí?

El me reconoció al instante, por lo que dijo:

—No lo sé. Yo estuve haciendo lo que me ordenaron.

—¿Y eso es...?—Pregunté. El miro hacía los lado y se acercó a mi oído.

—Acosar a una chica por internet... ya sabes, una londinense buena e inteligente.

—¿Por medio de qué?

—Tumblr.

Que estúpido. ¿De verdad? Pensé que esta cosa en la que estábamos tenía cosas más importantes que hacer más que acosar pubertas por internet.

— ¡ACOMODENSE EN FILA AL FINAL DEL PASILLO! ¡LA FIESTA VA A COMENZAR!—Gritó un guardia desde la puerta.

Acatamos las ordenes mientras nos acomodábamos al azar... al final terminé a seis chicos del final de la fila.

Todos se movían y "calentaban" como si fuera un partido de fútbol, otros se removían las manos junto conmigo.

La puerta se abrió en dos y comenzamos a salir. Con forme podía ver el salón de eventos, era en un tono completamente beige y todas las sillas y mesas estaban enfocadas a la pista de baile y conforme pasaba el tiempo, la gente iba llegando.

Gabe estaba en la mesa de anfitriones y cuando me vio levantó su copa de champagne hacía mí.

El soldado nos indicó que nos sentáramos en las sillas solitarias y en columna frente a la pista. Había una fila igual al otro lado del espacio, supongo que ahí se sentarían las chicas.

El soldado rápidamente se alejó y desapareció por la puerta. Supongo que no se sintió cómodo con su atuendo.

Siete minutos con treinta segundos después, la puerta que se encontraba del otro lado del lugar se abrió y dejaron ver a las personas con sus vestidos negros, zapatos de piso, antifaz negro y guantes blancos. Ellas siguieron la fila hasta las sillas y se sentaron en la columna de sillas frente a nosotros.

Ella mantenía su mirada baja.

Fue ahí cuando mi vista se convirtió en un lente de cámara fotográfica; Se volvía borrosa y regresaba a su estado normal, así estuvo por unos minutos hasta que la cabeza comenzó a zumbarme; No un dolor, sino algo poco molesto y placentero.

Pero el problema era que mi vista era inútil.

Lo único que escuché fue la voz de Gabe dando la bienvenida para después aparecer en la pista de baile junto con los demás.

La música seguía un ritmo lento y clásico acompañado de una voz femenina y grave. Las parejas se movían a través de la canción y sin darme cuenta, Madeline ya me estaba hablando.

—¿Qué estás haciendo?—Murmuró contra mi pecho.

—No lo sé—Dije en un hilo. Ella intentó levantar su cabeza y mirarme a la cara. Tomé su cabeza con mi mano y la sostuve en mi pecho.

—Te están drogando—Susurró.

—Me estoy dando cuenta—-Besé su corto cabello.

La canción cambio de ritmo y entonces ella se alejó para luego tomar a otro chico.

El tiempo que pasé en la pista siguiendo la música me di cuenta que no me había aprendido ninguna coreografía, pero sin embargo bailaba como un profesional.

Me habían drogado... y muy fuerte.

Cuando nos sentaron a todos, los síntomas comenzaron; la lengua me hormigueaba y tenía las manos entumecidas, no podía ver bien.

Madeline había bailado con tres chicos en la parte que estuvimos bailando para después Gabe tomar su mano y adueñarse de la pista junto con ella.

En ese momento los veía como se ejecutaban los últimos pasos de su canción cuando Gabe la soltó de repente y caminó hasta su mesa. Ella lo miraba con el ceño fruncido y fue ahí cuando caí.

Gabe había tirado una capsula de vidrio en medio de la pista y segundos después ella cayó y se estampó en el suelo.

Voces se escucharon por las mesas de los invitados. Dos hombres de traje negro se llevaron el cuerpo inconsciente y desaparecieron por su puerta.

Yo no pude hacer nada.

Cuando todo terminó, Gabe y su padre desaparecieron no sin antes darle órdenes a un guardia que luego me arrastró hacía el vacío.

—Te portaste muy bien—Me dijo el mayor.

—Mereces premio—Me dijo su hijo.

—Bien dicho, Gabe—Su padre le dio una palmada en su espalda para luego pasar de él—. Siempre te he dicho eres un buen muchacho—Dijo a centímetros de mi cara—. Creo que mereces un premio, ya que estos últimos días has estado muy bien.

—Solo dígalo y ya.

—Bien—Se incorporó—. Recuerdo que Atenea me dijo la primera vez que estuvo aquí ‹‹ ¿Y qué pasará con Cronos? ›› Yo le contesté: ‹‹Tiene muy buen potencial, puede llegar a ser muy importante aquí›› A lo que quiero llegar—Hizo una pausa—Que servirías muy bien al mando de American Psycho.

Levanté mi vista hacía el y pude ver el rostro tenso y de sorpresa de Gabe.

¿Qué era lo que acababa de decir?

American OxygenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora