Mala Gana: Madeline York

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Linda tomó mi bolsa y me miró.

— ¿Ya estas lista?—Su mirada decía algo.

—Quiero que me cuentes lo que no recuerde—Trague saliva—. Es muy feo vivir así. Ver a personas halando sobre algo que no sabes es igual o peor que escucharlas hablar en otro idioma. No me voy de aquí hasta que me cuentes.

Me aferre a las sabanas de la camilla.

— ¿Por qué quieres saber?—Dejó caer la enorme bolsa en el sofá.

—Ya te dije; Quiero recordar. Si no puedo por lo menos quiero saber que paso.

Se dejó caer en el mismo sofá junto a la bolsa e hizo un extraño movimiento con sus labios.

—Dime. ¿Por dónde empiezo?—Se había rendido. Eso significaba que me iba a contar.

— ¿Cómo era antes de quedar así?—Pregunté.

—La verdad—Asentí ante su ceño levemente fruncido. Lo hacía de mala gana—No eras muy feliz. Tenías un genio de los mil demonios y no eras muy amigable con todos. Antes de que ocurriera algo, eras bastante alegre, pero no con todos. Nunca tuviste una amiga fija, aunque si unos buenos amigos. Te querían y que quieren hasta la actualidad. Unas semanas antes de que te accidentaras te ibas y desaparecías por toda la tarde. Me dijiste que tenías un bebe y que era tuyo. No recuerdo que tuvieras novio más Michael y el lleva meses de desaparecido.

—Espera—La callé—. ¿Cuánto tiempo tengo aquí?

—Tres meses. Despertaste durante la cirugía de emergencia cuando llegaste aquí y no volviste a despertar hasta hace unos días.

Todo se reduce a minutos.

Nunca había dormido tanto y nunca había durado tan poco. Esto es extraño.

— ¿Cómo eran mis amigos?

—Gabe es tu mejor amigo y también mi novio. Es muy lindo con todos y te quiere mucho, creo que vino a verte alguna vez—El chico de los ojos verdes—Siempre ha estado al pendiente de ti y no deja que te hagan daño. Edward. Él es un chico muy lindo. Mi papa lo ayudó a salir de un problema hace tiempo y le está muy agradecido. Ya no está aquí. Lo transfirieron a Hong Kong.

— ¿Por qué?

—Es muy inteligente. Le va muy bien en la universidad y se le dio esa oportunidad al otro lado del país. Se fue antes de que tú tuvieras el accidente.

— ¿Y no ha venido a verme?—Si no lo hizo, entonces no le preocupo... y jamás fue mi amigo.

—La escuela no lo deja. Me dijo que vendrá cuando pueda.

— ¿Y Michael?—No me sonaba ese nombre en absoluto, pero de seguro si era alguien en mi antigua vida.

—Era tu novio antes de que te pasara algo y después ya no quisiste saber nada de el. Esta desaparecido.

Sin rodeos. Ya van varias veces que ella menciona ‹‹Lo que me pasó›› y no tiene la menor intensión de decírmelo hasta que yo le pregunte.

— ¿Y qué es lo que me pasó?—Pregunté. Ella suspiro para luego extender sus labios en una sonrisa maliciosa.

—Te secuestraron. Justo como ahora.

— ¿Ahora?—Justo cuando termine la palabra, se escucharon nudillos chocar contra la puerta.

Mi alarma sonó en mi interior, juntando las pistas.

Su sonrisa.

‹‹Justo ahora››

Las personas que intentaban retenerme en la camilla para intentar dormirme.

Las últimas palabras que escuché de ella.

—Llévensela lejos.


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