Nicolas: Madeline York

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Lucky ones.

Once de la noche.

Carretera internacional.

Temperatura de 15 º

—Hola. Necesito esta receta surtida, por favor—Le informe cordialmente a la joven que atendía la farmacia. Tardo un momento en traer todas las pequeñas cajas y pasarlas por la maquina laser, ella me dijo el monto total y le ofrecí el dinero.

Salí de las puertas de la farmacia con una bolsa de plástico blanca y me acerque al coche que me esperaba.

—Ya era hora—Nick estaba en el asiento piloto y su mandíbula me decía que estaba preocupado por algo.

— ¿Qué te pasa?—Pregunté con una sonrisa mientras me arrastraba hacía el.

—He recibido el mensaje de Ed—Ouh.

Trague saliva. — ¿Qué respondió?

—Que tu padre está haciendo lo posible por sacarlo del hospital... y que te ama— Se giró hacia mí y dio un grito ahogado cuando se dio cuenta que prácticamente ya estaba encima de él.

—Solo es un pasatiempo—Le acaricie la mejilla—. Necesitamos a Edward para esto y tú lo sabes—Lo besé y el me correspondió al instante. Me separé unos pocos centímetros de el—. Solo te deseo a ti—Lo volví a besar y cada centímetro era como dividido por diez. El aumento su ritmo y tomo mis caderas para juntarlas con las de él. Gimió y yo seguí con su juego... si quería salir libre, tenía que jugar sucio.

Me levantó la blusa y regresó a mi boca. Busque a regañadientes su cinturón y cuando lo obtuve lo empecé a sacar... luego su pantalón y su bóxer, lo suficiente como para que tuviera total acceso.

Tranquila, Madeline... ya no eres virgen.

El hizo lo mismo con mis Jeans y estábamos los dos en las mismas condiciones, baje mi mano hasta la palanca del asiento, bajé el respaldo del mismo, con la intención de quedar totalmente sobre él.

—Aquí vamos—Susurró.

Lo metió de golpe y tuve que encajar mis uñas en sus hombros para no gritar demasiado fuerte. Se empezó a mover en un ritmo rápido y yo lo seguí. Hizo un intento de cambiar de posición y cuando por fin lo logró se apoyó en sus rodillas para admirarme por completa. Volvió a su posición anterior y mordió mis pezones.

—Ah...— Gemí demasiado fuerte para que me escuchara, pude sentir su sonrisa mientras besaba y succionaba. Sacó mi sujetador desde mis hombros y lo bajo hasta donde se encontraba su amigo trabajando. Apreté su nuca para que nunca se alejara mientras el bajaba hasta mi abdomen y lo lambia provocando pequeñas cosquillas. Me asuste cuando saco a su amigo de mí.

Hasta que comprendí que sus dedos ya se posaban dentro mientras que su lengua ayudaba a lamber. Gemí, gemí y gemí hasta el momento de gritar de lujuria. Tome su cabello y lo empuje a continuando.

Dijo.

—Eres una buena amante.

A lo que respondí.

—Soy muy masoquista. Me gusta el dolor. Demasiado.

Entonces él se detuvo y me miró.

—Bien dicho, York.

Después de haber pasado ese gran rato, regresamos a la guarida. Nos habían informado que iban a sacar a Michael Black del hospital esta noche.

Me pregunto si ellos sacaran a Edward.

—Madeline. Eres una novata y debes de estar muy confundida por esto, pero...—Hood había empezado a hablar, pero lo ignore.

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