American Oxygen

Por mí: Madeline York

Estar tanto tiempo en obscuridad puede ser aburrido, aburrido, aburrido y aburrido. Pero en mi caso, paso como menos de dos minutos. Estar en un laberinto sin nada que ver más obscuridad es una de las peores cosas que me han pasado en la vida y aunque fueron solo dos minutos... no tienes vida.

No puedes ver, soñar, moverte, gritar, llorar... todo es tan feo que le tienes miedo a todo. Si te mueves sientes que tienes alfileres a centímetros de ti. Que si gritas vendrán por ti y te mataran y que si lloras podrías quedarte dormida y no despertar. Y si sueñas... no puedes soñar.

Estar de pie en el mismo lugar en el que despertaste a la obscuridad y al abismo sin salida, sin poder hacer nada para salir, solo con tu cabeza dando miles y miles de vueltas, explotándote cuando tus pies no pueden soportar tu peso por más tiempo. Y en ese momento... vez un rayo de luz entre toda la agonía.

Y después sientes que la luz es demasiada, que va aumentando su velocidad y la notas irritable e inaguantable. Ya no hay más obscuridad, solo luz, luz, luz, y luz. Entonces se escuchan las voces que dicen:

‹‹Lo hemos conseguido, doctor››

‹‹Está viva››

‹‹Hemos detenido la hemorragia››

Y entonces... te das cuenta que estuviste a punto de morir y en donde de verdad estuviste fue en un quirófano todo este tiempo.

—Llévenla a terapia intensiva.

He aquí.

No hay obscuridad. Solo luz y luz... me estaba acostumbrando a la luz negra aunque fuera por dos minutos.

Parpadeo lentamente mientras invento una melodía en mi cabeza y sigo el ritmo con mi pie. Luego la melodía se vuelve una voz... instrumentos... canción.

‹‹ Here we are, don't turn away now,
we are the warriors that built this town.
Here we are, don't turn away now,
we are the warriors that built this town
from dust. ››

— Here we are, don't turn away now, we are the warriors that built this town. Here we are, don't turn away now, we are the warriors that built this town from dust—Podía escuchar los solo's de la guitarra en esa canción. La recordaba perfectamente. ¿Y por qué el resto de mi vida no?

Mantuve mi brazo alrededor de mi cabeza mientras sentía la comezón bajo el yeso. Bufé exasperada de esperar por tanto tiempo.

—Hola—Una bonita joven cerró la puerta detrás de ella. Venía vestida con una bata blanca y un estilo de coronita en su cabello repelado.

—Hola—Suspiré.

— ¿Cómo te sientes?—Se acercó a mí y me observo desde su altura.

—Bien... aunque un poco aburrida y siento algo en la parte detrás de mi cráneo que me duele y no me deja dormir tranquila.

Ella río. —Sí, es el vendaje que te colocaron en la cirugía. Con suerte no te lo enredaron alrededor de toda la cabeza, a muchas se le ve mal—Me contagio de su risa—. Vendrán tus visitas más tarde, por lo pronto, necesitas descansar— ¿Visitas?

—Espera... ¿Tengo familia?

—Si. Creo que el golpe te ocasiono un poco de amnesia y por eso no recuerdas mucho, no te preocupes. Lo harás después.

—Pero... Si no recuerdo a las personas ¿Por qué puedo recordar canciones?

Ella me miró antes de salir.

—Tal vez tu concentración se apoyaba en eso. Pensabas mucho en las canciones.

Y salió.