—Vamos, caminen —ordenó el guardia.
Alysa y Arkno comenzaron a observar la fauna local de Denkra, un lugar lleno de flores, bancos y lugares de descanso. A lo lejos, visualizaban una zona de cultivos, toda construcción era maravillosa a la vista.
Tras pausarse un momento para apreciar el paisaje, comenzaron a caminar nuevamente.
—Vamos Arkno —dijo con seguridad ante la incertidumbre que podía notar en la cara del mismo.
Al llegar al casillo de Denkra, el guardia de la entrada le murmuró al oído a su compañero el cuál custodiaba la entrada del castillo, dicho guardia procedió a abrir las grandes puertas y ambos pudieron entrar al trono.
—Golpea suavemente y se amable para con el rey... —dijo el guardia seriamente— No olvides hacerle una reverencia.
Alysa golpeó ligeramente la puerta dos veces, y un guardia le abrió desde adentro... Fue allí donde pudo ver por primera vez frente a frente al Rey de Denkra.
Él era un hombre adulto, alto y fornido el cual tenía una ostentosa barba que iba desde los costados de sus mejillas y se completaba con un bigote, la misma sobresalía descaradamente por la parte inferior de su rostro. Estaba vestido con una prenda blanca combinada con una elegante textura, su pantalón era verdoso y estaba atado con un cordón, sus botas negras deslumbraban a la vista. Ningún hombre más que aquel de extrema riqueza podía vestir de tal forma.
—Adelante —dijo el rey ante la mirada de asombro de Alysa y tanto ella como Arkno se acercaron comenzandose a sentir ligeramente nerviosos, sus corazones latían fuertemente.
Ambos hicieron una reverencia ante el rey.
—Soy Alysa Diamanti de Redem —miró al rey.
El mismo comenzó a observarla con detenimiento.
—Arkno Decario de Redem —replicó tras escuchar a Alysa.
—¿Qué buscan...? ¿De Redem, eh? Los guardias ya deberían haberlos decapitado —dijo confundido.
—Si, cuando aún eran dos.
—¿Qué sucedió? —preguntó el rey intrigado.
—Por mucho tiempo me cuestioné mis verdaderos orígenes, y al fin los descubrí...Seré breve. Mi sangre es dóthica, mi lugar no está en Redem. —explicó observando como el rey se levantaba de su trono anteriormente a pararse delante de ellos— Pero uno de tus guardias me quiso poner a prueba, así que maté a su colega... Espero eso no represente una molestia —lo miró a los ojos.
—Esos inútiles nunca cambian, podía haber sido tan fácil como traer una yegua. —dijo suspirando— O un brujo para que rompieras un escudo de protección.
—¿Tú eres un brujo también? —le preguntó a Arkno.
—No, yo soy un soldado destituido de Redem —respondió decididamente.
—Me ayudó a escapar de allí, si no fuera por él no hubiera llegado hasta aquí —recordó a Adriano con tristeza.
—Dime bruja... —comenzó a caminar alrededor de ellos— ¿Por qué has decidido volver a tu pueblo y más justo ahora? —preguntó.
—¿Acaso no puedo querer volver a mis orígenes, y estar de lado de mi pueblo?.
—¿Ahora, que guerra hemos iniciado? —retrucó la pregunta.
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Saga de Hechicería: La Sangre Mágica
FantasíaAlysa siente en lo más profundo que debe encontrar el camino hacia el verdadero propósito para el cuál fue elegida, ordenar cada pieza para lograr la redención de la humanidad con un solo objetivo: unificar la sangre mágica para siempre. Pero el pa...