Capítulo 17

185 29 3
                                    

LIZABETA.
"Que ganas de hacer tu rostro asiento".
De: Lizabeta.
Para: Anton.

Mandé el mensaje sin pena ni vergüenza, hoy quería sacar a Anton de su zona de confort, saber que respondería ante esto. Él vio el mensaje, mi corazón se aceleró en el momento que empezó a escribir y se sintió como una eternidad para que al final enviara un maldito emoji de expresión antipática.

"¿En serio porque pensé que sería diferente? Ahs, me estresa tanto pero a la vez me sigue gustando el desgraciado" -pensé frustrada.

En ese momento entró una llamada de Anton y por poco se me cae el teléfono de las manos. ¡Anton nunca me llama! Esta es la primera vez, de inmediato contesto.

-Esto que tiene que ver con tu examen de reparación -preguntó con seriedad. -¿Te has estudiado algo de lo que te deje?

-Ah... ¿Cómo te explico que llevo horas leyendo el material que me mandaste y me hizo sentir más perdida de lo que ya estaba?

-Lizabeta. -dijo con un tono que no me gustó.

-¡Pero no te enojes! ¿Y si vienes y me lo explicas como la otra vez? -no se escuchó nada como por dos minutos.

-Dentro de una hora estoy allá debo resolver algunas cosas. -sonreí.

-¡De acuerdo! -él colgó. -Anton viene para acá.

Mire mi aspecto de arriba, abajo.

-Estoy echa un culo. ¡Anton no me puede ver en estas fachas!

//////////////////////////
MARCELLA
Ya faltaban pocos días para la graduación de la preparatoria Thebes que tendríamos Kira, Anton y yo. Estaba leyendo opciones sobre que estudiar luego de salir de la escuela, mi madre me aconsejó que tomara una carrera en administración de empresas, tengo dinero y uno de los mejores promedios académicos de mi generación por lo que podía estudiar en la universidad que quisiera. El asunto era que yo no deseaba estudiar una carrera en medicina o administración.

Quería irme a una academia de repostería. Hornear y cocinar si es algo que me gustaba, adoraba los dulces y todo lo que conllevaba prepararlos, decorarlos; tenía como meta a futuro tener mi propia tienda e industrias de repostería.

"Sería lindo tener una tienda a mi nombre".-pensé ilusionada.

Aún no le había comentado Akim mi decisión de carrera pero pronto lo haría. Me la paso mucho tiempo en la cocina de mi casa, horneando y probando nuevos postres. El horno ya estaba precalentado y cuando metí el molde con mi mezcla de chocolate oscuro y especias, toda la cocina empezó a oler a canela, vainilla, anís. Mientras seguí batiendo una crema pastelera para el relleno.

-Cella. -levanté la mirada de lo que estaba haciendo, saludé a mi madre con una sonrisa.

-Hola mamá. -Katrina cada vez que entraba a la cocina vestía tan elegante y refinada, no parecía combinar aquí. Ella misma lo había dicho, la cocina no es su lugar favorito.

-¿Preparas otro postre para Akim?

-No. Este es un pastel de práctica para mí, vi la receta por internet y quería hacerlo.

-Huele que será delicioso. -ella se sentó frente a la encimera de la cocina.

Con el paso de los años mi mamá había estado siempre para mí, mi padre ya ni lo veía, ni siquiera venía a dormir a la mansión. Lo agradecía porque él siempre era el causante de tanta discordia, aunque no le discutía que depositaba sin falta el dinero para los lujos que disfrutábamos mi madre y yo. Dejé de batir la crema para guardarla en el refrigerador y mientras el pastel se cocinaba me senté para hablar con mi madre.

𝐁𝐞𝐬𝐩𝐫𝐞𝐝𝐞𝐥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora