Capítulo 9

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ANTON
Este viaje en familia, mis padres lo llevaban planeando desde hace mucho tiempo; todo para celebrar los diecisiete años de Akim. Todos íbamos juntos en la camioneta más grande que tenía papá  en su colección: mis padres en los asientos de adelante mientras Akim, Cella, Kira y yo nos apretamos en el asiento trasero. Cella iba junto a Kira ambas riéndose de algo que veían en sus celulares. Marcella ya era considerada parte de nuestra familia, la pelirroja siempre me ha parecido una niña muy bonita, me agradaba. Cella es la única amiga verdadera de Kira y mía.

En cierto momento mientras aun íbamos en la camioneta sin llegar al puerto, Akim tenía la cabeza de Cella recostada en su hombro, su cara de bobo mientras admiraba a la pelirroja no se le quitaba. Siempre era así, mi hermano mayor era un libro abierto cuando se trataba de Marcella, solo un tonto no se daría cuenta de lo mucho que él la quería y la protegía; ya fuera de los matones del instituto o de cualquier tipo que quisiera acercársele.

Llegamos al puerto y el yate ya había sido preparado para nosotros. Era un barco enrome en el que solo iríamos nosotros, el capitán y un chef personal. Pasaríamos mínimos tres días a lo mucho luego regresaríamos. Kira y Cella fueron las primeras en correr a escoger una habitación para ellas en la parte superior del yate.  La habitación más grande fue la de mis padres, la segunda la escogieron las chicas y yo compartiría con Akim. Mientras dejaba mi mochila con mis cosas en la cama, mi hermano que hacía lo mismo.

—¿Piensas confesarte en este viaje? —pregunté burlón, haciendo que Akim frunciera su entrecejo.

—¿De qué hablas?

—Por favor, no te hagas el desentendido. Cella está aquí, no creo que no hayas pensado en pedirle que sea tu novia. Todos en Thebes ya lo asumen y por eso se mantienen lejos de ella. —Akim se rio.

—Eso me alegra, porque no quiero ninguna escoria cerca de ella.

—Solo tú. —su expresión fue de desagrado.

—No eres graciosos Anton. Y si, solo yo puedo estar cerca de mi galletita.

—Que posesivo eres —espeté con una media sonrisa —Cuidado y la asfixias porque mínimo Cella te deja.

—¡No seas cabron Anton!

KIRA
La habitación que escogimos Cella y yo estaba preciosa, equipada para nuestra comodidad con dos camas, su baño, tocador y hasta un armario entero para guardar nuestras cosas. No perdimos el tiempo y apenas el barco zarpó nos cambiamos la ropa por unos trajes de baño. Quería broncearme, estaba cansada de ser tan pálida, quería un poco de color en mi piel. Vi a Marcella ponerse un bello traje de baño rojo floreado y sus curvas resaltaban.

En el momento que salimos a cubierta, mis hermanos ya estaban ahí en traje de baño, Akim mostraba su cuerpo de toro por el constante ejercicio que hacía con papá. Anton era más delgado pero aun así tenía abdominales marcándose.

—¿Mamá y papá? —les pregunté cuando estuvimos frente a ellos.

—En su habitación, ya saldrán cuando quieran. —respondió Anton, mientras que Akim estaba más ocupado comiéndose con los ojos cada centímetro de la piel expuesta de Cella por el traje de baño, por lo cual me interpuse entre él y mi amiga.

—Mírame mejor a mí. —espeté con una ceja levantada.

—No. Cella es más bella que tú mocosa fea.

—Eres insufrible Akim. —refunfuñé.

Ya nos habíamos alejado lo suficiente del puerto, mientras el yate aún estaba en moviéndose aproveché para tirarme varios fotos sola y otras con Cella. Necesitaba subir fotos nuevas a mis redes, hace como medio mes que no subo nada nuevo, estás serían perfectas. Cuando el yate al fin ancló cerca de una isla, todos fuimos a la parte de abajo para poder tirarnos a nadar.
Akim y Anton fueron los primeros en lanzarse al agua.

𝐁𝐞𝐬𝐩𝐫𝐞𝐝𝐞𝐥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora