𝐁𝐞𝐬𝐩𝐫𝐞𝐝𝐞𝐥.

Capítulo 24

DÍAS DESPUÉS.
24 DE DICIEMBRE.
Era la mañana del 24 de diciembre y lo primero que Marcella vio fue a Akim, con quien había pasado la noche. Akim la rodeó con sus brazos, Cella se acurruco junto a él, recostando su cabeza en su pecho.

-Buenos días, Galletita. -la voz de él se escuchaba un poco ronca y somnolienta.

-Buenos días, Akim. -dijo Marcella con una sonrisa -Siento tanta pereza. No quiero salir de la cama.

Akim se rio, la abrazó más, pasando sus dedos entre el cabello despeinado y un poco enredado de Marcella.

-Ni yo, no sabes cómo quiero quedarme todo el día contigo en esta cama, pero el trabajo y nuestros padres pronto comenzaran a llamar. Sobre todo tu madre. -Cella hizo una meca y refunfuñó.

-Aunque luego me arrepentiré después, que se joda mi madre. Quiero estar unos cinco minutos más contigo Akim -Akim sonrió, aferrándose más a ella -Es lindo tenerte a mi lado cuando me despierto.

-¿No reuniremos más tarde?

-Sí, cenaré con mi madre y la acompañaré en su fiesta navideña, luego podrías pasar por mí.

-Perfecto, Galletita...

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KIRA
En días como estos me la paso muy ocupada con mamá y mi abuela, nosotras éramos las encargadas de planear toda la celebración para la cena navideña. Como yo era un asco para cocinar prefería encargarme de la decoración de la mesa. Desde la vajilla, manteles y servírtelas, todo yo lo escogía y este año los colores que había seleccionado eran: negro y dorado.

La mesa era perfecta, mantel de un color perlado, la más fina vajilla de porcelana que pude encontrar, encima tenían servilletas negras con el "feliz navidad" bordado con hilo dorado. Los centro de mesas fueron arbolitos de oro cuya base los hacia girar.

"Las cuándo caiga la noche terminaría de darle la magia que buscaba" -pensé contenta. Había siete puesto, mis padres, mi abuela, mis hermanas y yo, por último un puesto para Jared, lo invite a nuestra cena. Sabía que su padre Chris Howard organizaba una fiesta navideña mucho más glamurosa, mi monstruito dijo que le valía un carajo y que pasaría esta noche conmigo y mi familia. Sería bueno para que se conocieran mejor.

Estaba nerviosa por esta noche. Además también estaba ansiosa, había preparado con esmero el regalo de Jared. Estoy segura que se va ir para atrás en el momento en que me vea...

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JARED.
Carajo estoy nervioso. Pensé mientras me cambiaba la camisa por quinta vez, estaría en la mesa con toda la familia de mi princess, su padre que me odia, su madre que da miedo, su hermano que me venció en el cuadrilátero, el único que aún no sé si me odia es el gemelo de Kira. Por lo que me cuenta, su hermano Anton es muy antipático con todo.

Espero no cargarla esta noche.
En ese momento un animalito entró a mi habitación, empezando a ladrar. El pequeño perro Yorkie de pelaje negro y gris se veía bastante animado, lo levanté.

-Cuando ella te vea seguro se va volver loca. Te va adorar. -acaricié su cabecita suave y peluda. Nunca había tenido una mascota, mi padre no toleraba a los animales de ningún tipo por lo no podía tener uno aunque quisiera.

Este pequeño me pareció bastante lindo cuando lo vi por primera vez en la tienda de animales. Además fue el único que se me quedó mirando, apoyando sus dos patitas cortas y peludas en el vidrio de su caja de vidrio, donde era el único que quedaba; así que me lo llevé.

-Estaba pensando en un nombre para ti. Hasta ahora me gusta Bucky. -el perro ladró. -¿No te gusta? Pues te jodes porque a mi si, así que empezaré a decirte Bucky.