6

2.6K 383 247
                                    

Nunca hubiera imaginado hacer de aquello una rutina, pero sucedió.

Acompañaba a Wooyoung en la ida y la vuelta al club, me quedaba con él todo el rato y le esperaba cuando se iba. Siguió haciéndome preguntas sin parar, las cuales yo apenas respondía, así que acababa jugando con Chucky todo el tiempo porque yo no le hacía caso.

No obstante, acabé acostumbrándome a su manera irrefrenable de hablar. Y él se amoldó a mi silencio.

Cuando pasaron dos días sin contratiempos, comencé a sentirme ligeramente inquieto. Y es que hacía días que no tenía noticias de los chicos. No tenía por qué significar algo malo, pero tanta tranquilidad no era normal.

Supe que mi intuición no fallaba cuando recibí un mensaje al móvil. Solo usaba aquel aparato para emergencias, así que identifiqué problemas cuando lo desbloqueé y vi el mensaje de Hongjoong saltarme en la cara como una alarma.

Mensaje de "Cheetah":
🐍

Fruncí el ceño. Mierda. Guardé el móvil y eché a correr como alma que lleva el viento por los callejones, oriéntandome por los graffitis de las paredes.
Nada más llegar al descampado, visualicé a Hongjoong, quien estaba sentado sobre el muro con su pose usual, balanceando los pies. Jugaba con el móvil en su mano. Y en el medio del descampado, allí se hallaba Snake, enfrentando a uno de los míos.

Él giró la cabeza ante mi llegada y me dedicó una sonrisa.

–Pero bueno, ¿a quién tenemos aquí?

Caminé con decisión hasta ambos, no sin antes echarle una mirada confusa a Hongjoong.

–¿Qué coño quieres, Snake? –demandé, empujando hacia atrás a Jongho, quien enfrentaba a aquel hombre.

Jongho no se movió del sitio. Parecía molesto.

–Me ha dicho un pajarito que vais a participar este año de nuevo –respondió Snake, con su sonrisa de suficiencia– Muy atrevido por vuestra parte, después de la tremenda paliza del año pasado. Casi no salís de esa.

Snake nos pasaba a todos por edad. Lucía la destreza y el habla de alguien con experiencia, aunque tratara a la gente como sacos de basura. Llevaba la cabeza rapada al cero, y sobre ésta, tenía tatuada una enorme serpiente, lo que le otorgó el nombre.
Mas yo no me acobardé. Podría llevar años en el mundo de las calles, pero jamás me ganaría en técnica peleando.

Y por muy "serpiente" que le llamaran, quien soltaba el veneno por la boca era yo.

–Si has venido a darnos ánimos, te lo agradecemos de corazón –sonreí falsamente– Pero por ahora puedes retornar a tu guarida hasta que empiece la guerra. Lo digo para que puedas ir ingeniando maneras de hacer juego sucio y así ganar.

–¿Eres el portavoz de tu jefecito o qué?

Snake sabía que yo tenía razón, no podíamos enfrentarnos antes de tiempo, debíamos amoldarnos al tiempo de la "guerra". Por mucho que le jodiera, dio unos pasos hacia atrás cuando yo le miré impenetrable. Venía solo y tenía todas las de perder si buscaba pelea.

–Espero que esta vez seáis rivales dignos –dijo, mirándome por encima del hombro antes de pasar a mi lado con brusquedad.

–Largo –ordenó Jongho.

Snake rio, y se fue con las manos en los bolsillos de su cazadora de cuero. Yo respiré resignado y miré a Jongho, poniéndole una mano sobre el hombro.

–Podremos con ellos.

–Yo no estoy tan seguro –habló Hongjoong desde su sitio, con una sonrisa afable– Pero si tú lo dices, me lo creo.

IMPUROS - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora